Alto Valle

El corazón eléctrico del Alto Valle por dentro

Aconcagua Energía celebra 10 años y expande su operación en la Central Térmica Alto Valle, clave para el suministro eléctrico de Río Negro y Neuquén.

El cielo gris amenaza con descargar una lluvia, un fenómeno cada vez más frecuente en el Alto Valle. Apenas una brisa se desliza entre los árboles y la estructura de hormigón que alberga una de las principales fuentes de energía eléctrica para los centros urbanos de Río Negro y Neuquén.

Como parte de un sistema complejo, la Central Térmica Alto Valle, ubicada sobre la margen del río Neuquén, a metros del puente carretero que une ambas provincias, abrió sus puertas a periodistas para celebrar los 10 años del grupo energético que hoy la opera: Aconcagua Energía, que la adquirió en diciembre de 2023.

Inaugurada el 24 de febrero de 1969, cuatro meses antes de la llegada del hombre a la Luna, la Central Térmica Alto Valle fue concebida para abastecer de energía el obrador del complejo hidroeléctrico El Chocón-Cerros Colorados y para satisfacer la creciente demanda de electricidad en la región, impulsada por el desarrollo de la fruticultura y la expansión urbana.

Historia

En sus inicios, contaba con una potencia instalada de 15 MW. Con el tiempo, tras diversos cambios de propietarios, incluyendo Duke Energy y Orazul Energy, la central alcanzó una capacidad de 97 MW, gracias a sus cinco turbinas: dos de vapor (una actualmente en reparación y programada para mantenimiento en abril), dos de ciclo combinado y una de ciclo abierto.

En el patio de la enorme estructura que alberga las dos Turbinas de Vapor marca Parsons, "que tiene paredes de hormigón de como 3 metros de ancho; que fue pensada que ante una eventualidad explotara para arriba y no para los costados", acotó, como una nota de color, uno de los directivos de Aconcagua que participó de la recorrida, queda de pie -como adorno- la vieja chimenea de concreto que se usaba para dispersar el vapor usado hace más de 50 años.

Junto a esa mole brutalista de hormigón (que incluye una escalera caracol suspendida a unos 15 metros del suelo) se encuentran las dos turbinas de ciclo combinado, con una imponente estructura de metal que la sostiene y afirma los quemadores y la chimenea de dispersión de gas. Y lindante a estas turbinas y antes de llegar al Río Neuquén, otro edificio de corte setentista -de líneas rectas y economía de diseño- alberga la turbina de ciclo abierto.

El ruido abruma al diálogo y apaga los pasos. Un cartel refleja que hace más de 10 años no se registran accidentes en la operación. Y un video muestra el recorrido de un drone por sobre la ciudad de Neuquén, mientras el guía explica que el gas para abastecer a las turbinas proviene de la Cuenca Neuquina, suministrado a través de un gasoducto de 12 pulgadas de diámetro conectado al Neuba II. Este ducto, soterrado en su recorrido de 5,5 kilómetros, parte de Rincón de Emilio y atraviesa barrios privados, terrenos de la Legislatura, plazas y otras zonas urbanizadas a lo largo de la margen del río Neuquén.

Central Hidroeléctrica Alto Valle (2).jpeg

La Central Térmica

El drone sobrevuela esa traza. Con el crecimiento urbano, se implementaron medidas adicionales de seguridad, como la instalación de monolitos de hierro para evitar daños por intervenciones municipales. Además, la planta mantiene un monitoreo constante para garantizar la seguridad operativa, explicó Javier Luccas, Gerente de Operaciones y Mantenimiento de la Central Térmica.

Dentro del predio coexiste otra empresa: EPEN, que es la responsable de la operación de la subestación transformadora. En la orilla rionegrina, Transcomahue opera una similar, en espejo.

El agua para la operación de las turbinas se toma del Río Neuquén y se usa tras un proceso de limpieza de agentes orgánicos y minerales. "Cada tanto, cuando los químicos nos dicen, debemos parar la operación y limpiar las calderillas", acotó uno de los operarios que se define "como de los mas antiguos" en la empresa.

Luccas explicó como funciona la Central y destacó que el sistema que operan "tiene la ventaja de poder operar de manera conjunta una turbina a vapor con una de ciclo combinada", lo que define como una situación excepcional -no habitual- dentro del servicio que prestan.

Una década de crecimiento en el sector

A lo largo de su historia, la Central Térmica Alto Valle ha pasado por diversas administraciones estatales y privadas. En diciembre de 2023, la operación quedó en manos de Aconcagua Energía, una empresa argentina que adquirió los activos de generación eléctrica de Orazul Energy. Aconcagua ya operaba campos petroleros e hidroeléctricos en la región y con esta adquisición incorporó la planta a su portafolio.

Fundada por exejecutivos de YPF, Aconcagua Energía comenzó sus operaciones con la explotación de yacimientos convencionales y, con el tiempo, diversificó sus actividades. Actualmente, la empresa no solo gestiona la Central Térmica Alto Valle y la hidroeléctrica Planicie Banderita, sino que también administra parques solares en Mendoza y posee activos en el sector eólico. En el ámbito petrolero, produce aproximadamente 13.000 barriles equivalentes de petróleo diarios.

Aconcagua Energía opera un portafolio de 832 MW de capacidad instalada, compuesto por fuentes hidroeléctricas, térmicas, solares y eólicas. Su objetivo a corto plazo es alcanzar 1.000 MW (1 GW), consolidándose como un actor relevante en el mercado eléctrico argentino. Con presencia en Mendoza, Río Negro, Neuquén y Buenos Aires, la empresa también gestiona la Central Térmica Entre Lomas en Río Negro, el Complejo Hidroeléctrico Cerros Colorados en Neuquén y participa en la generación de energía eólica con el Proyecto Coronel Dorrego en Buenos Aires. Asimismo, su actividad upstream se extiende a múltiples yacimientos en Mendoza, Río Negro y Neuquén, consolidándose como una de las principales empresas energéticas del país.

En esta nota

Dejá tu comentario

Las más leídas