Wintershall Dea analiza dejar sus actividades en Rusia
La compañía también solicitó a Europa que avale más inversiones en petróleo y gas. Los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania en Wintershall Dea.
La guerra de Rusia y Ucrania ha destruido las bases de las relaciones económicas. Es por eso que Wintershall Dea consideró que el conflicto bélico fue un punto de inflexión. Al principio del conflicto, la empresa adoptó una posición clara, con un rechazo taxativo de los nuevos proyectos y la cancelación del financiamiento de Nord Stream 2. La guerra de Rusia y sus consecuencias están destruyendo las bases de las relaciones económicas, dado que Rusia se ha vuelto imprevisible en todos los sentidos.
“En las últimas décadas hemos realizado inversiones en nuestra actividad en Rusia y hemos acumulado recursos en ese país. En la actualidad estamos analizando si las actividades internacionales de Wintershall Dea pueden separarse legalmente de nuestro negocio en Rusia”, Mario Mehren, CEO de Wintershall Dea.
En este sentido, el directivo pidió un aumento de la inversión en la expansión del sector energético. Esto incluye más inversión en la producción mundial de gas y petróleo, ya que los combustibles fósiles seguirán siendo necesarios a largo plazo. “Es necesario que los importadores puedan volver a cerrar contratos de suministro a largo plazo. Esto estabilizaría los mercados y fomentaría las inversiones”, destacó.
Asimismo, según Mehren, debe llegarse a un sólido compromiso para desarrollar la infraestructura de captura y almacenamiento de carbono (CAC) e hidrógeno. “La necesidad de proteger el clima, junto al suministro de energía asequible, siguen siendo los desafíos mundiales más importantes”, subrayó.
Wintershall Dea registró un sólido rendimiento financiero en el tercer trimestre, impulsado por la estabilidad de las operaciones y unas condiciones macroeconómicas favorables. Al mismo tiempo, la empresa registra una pérdida no monetaria por deterioro de valor en su participación en Nord Stream AG, por un valor de 175 millones de euros.
Diversificación
“El tercer trimestre fue intenso y hemos avanzado en muchas áreas”, señala Mehren. Ayer mismo (24 de octubre), Wintershall Dea adquirió un 37 % de las participaciones del bloque Hokchi de México, en asociación con Hokchi Energy. “Estamos cumpliendo nuestros planes de crecimiento en México. Este recurso de producción en etapa inicial contribuirá con valiosos barriles durante muchos años”.
Wintershall Dea logró otro hito en América Latina el pasado trimestre. “En colaboración con nuestros socios, hemos tomado la decisión final de invertir en el proyecto de gas offshore Fénix en Argentina. Con una puesta en marcha prevista para 2025 y una producción máxima esperada de unos 65.000 barriles equivalentes de petróleo (bpe) al día, Fénix impulsará considerablemente el suministro de gas de Argentina y reducirá aún más la dependencia del país de las importaciones de GNL”.
En julio, Wintershall Dea inició las operaciones en su campo Nova de Noruega, que está aumentando la producción de crudo en el momento en que más se necesita. Se espera la próxima puesta en marcha de dos importantes proyectos en Noruega: Njord y Dvalin. Los tres yacimientos aumentarán eventualmente su producción hasta alcanzar unos 150.000 bpe diarios de energía. “El 75 % de nuestras inversiones totales desde nuestra fusión en 2019 se han realizado en Noruega: 3.100 millones de euros. Y continuamos ampliando estratégicamente nuestras actividades”, sostuvo Mehren.
Descarbonización
Tras la diversificación, la segunda prioridad estratégica de Wintershall Dea es la descarbonización. La empresa está confeccionando una cartera de proyectos de CAC e hidrógeno, que en conjunto permitirían reducir entre 20 y 30 millones de CO2 anuales para 2040.
En el tercer trimestre, Wintershall Dea ha firmado una iniciativa de cooperación con Equinor. “Junto a Equinor tenemos previsto desarrollar una infraestructura y una cadena de valor de CAC que conecte la industria alemana con el sistema de almacenamiento de CO2 noruego”, afirmó Mehren.
La cooperación abarca una canalización entre Alemania y Noruega capaz de transportar hasta 40 millones de toneladas de CO2 al año para su almacenamiento seguro bajo el Mar del Norte noruego. Esta cifra equivale a alrededor del 20 % de todas las emisiones de CO2 industriales de Alemania.
Por otra parte, Wintershall Dea ha obtenido su primera licencia de almacenamiento de CO2 en Noruega. La licencia Luna, que será operada por Wintershall Dea, tiene una capacidad estimada de inyección de CO2 de hasta 5 millones de toneladas al año. “Nuestra estrategia es confeccionar una cartera de proyectos de CAC e hidrógeno, y lo estamos cumpliendo. Luna y nuestra cooperación con Equinor son hitos importantes en este sentido”, manifestó Mehren.
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