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Harvard: el problema de los paneles solares desechados

"En una industria en la que las soluciones de circularidad como el reciclaje siguen siendo lamentablemente inadecuadas, el gran volumen de paneles desechados pronto supondrá un riesgo", explica la publicación internacional.

Frente al crecimiento de la utilización de la energía solar como fuente de generación eléctrica a nivel global, desde la revista Harvard Business Review analizaron los efectos ambientales que pueden causar los residuos de este tipo de energías renovables.

Según la publicación titulada "El lado oscuro de la energía solar", el rendimiento de las energías fotovoltaicas logrado en Estados Unidos “se debe en gran parte al Crédito Fiscal de Inversiones Solares, que sufragan el 26% de los gastos para todos los clientes residenciales y comerciales". Tras la pandemia de coronavirus, las instalaciones domésticas de paneles solares lograron recuperarse por completo, y los analistas pronostican un incremento de más de 19 gigavatios de capacidad total instalados, en comparación con los 13 gigavatios alcanzados cierre de 2019.

“Todo esto es una gran noticia, no solo para el sector sino también para cualquiera que reconozca la necesidad de pasar de los combustibles fósiles a las energías renovables en aras del futuro de nuestro planeta. Pero hay una advertencia masiva de la que están hablando muy pocos”, manifestaron desde la entidad.

En este punto, los analistas indicaron que los incentivos económicos mencionados, “se alinean rápidamente para alentar a los clientes a cambiar sus paneles existentes por modelos más nuevos, más baratos y eficientes, y en una industria en la que las soluciones de circularidad como el reciclaje siguen siendo lamentablemente inadecuadas, el gran volumen de paneles desechados pronto supondrá un riesgo”.

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Foto de archivo. Un trabajador inspecciona paneles solares en una planta de energía solar en Kunming, provincia de Yunnan, China. 25 de mayo de 2010. Imagen entregada por un tercero. REUTERS/Stringer
Foto de archivo. Un trabajador inspecciona paneles solares en una planta de energía solar en Kunming, provincia de Yunnan, China. 25 de mayo de 2010. Imagen entregada por un tercero. REUTERS/Stringer

Al respecto, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) afirma que “se prevén grandes cantidades de residuos anuales a principios del decenio de 2030” y detalla que “se podrían sumar 78 millones de toneladas para el año 2050”.

Pese a estas declaraciones, los expertos señalan que las predicciones de IRENA “se basan en que los clientes mantendrán sus paneles en su lugar durante todo su ciclo de vida de 30 años y no tienen en cuenta la posibilidad de un reemplazo precoz generalizado”.

“Si se producen reemplazos tempranos de paneles en base a lo previsto a las estadísticas oficiales, se pueden producir 50 veces más residuos en tan solo cuatro años de lo que IRENA prevé: la cifra se traduce en unas 315.000 toneladas métricas de residuos, sobre la base de una estimación de 90 toneladas por MW relación peso/potencia”, detalla el informe.

“La actual capacidad circular de la industria no está lamentablemente preparada para el diluvio de residuos que es probable que llegue”, añadieron.

En la actualidad, hay un solo fabricante de paneles solares en Estados Unidos que cuenta con una iniciativa de reciclaje en marcha, que solo es aplicada a los productos propios de la compañía. “Algunos gobiernos pueden clasificar los paneles como residuos peligrosos, debido a las pequeñas cantidades de metales pesados que contienen. Esta clasificación conlleva una serie de costosas restricciones, ya que los residuos peligrosos solo se pueden transportar en los horarios designados y a través de rutas seleccionadas”, explicaron.

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Para los expertos de Harvard Business Review, la economía de la energía solar, tan brillante que parece desde el punto de vista de 2021, “se oscurecerá rápidamente a medida que la industria se hunda bajo el peso de su propia basura”, ya que el total de los costos imprevistos podrían aplastar la competitividad de la industria. “Si trazamos las instalaciones futuras de acuerdo con una curva de crecimiento logístico que limita a 700 GW para 2050 junto con la curva de sustitución temprana, vemos que el volumen de residuos supera al de las nuevas instalaciones para el año 2031. Para 2035, los paneles desechados superarían 2,56 veces a las nuevas unidades vendidas”, afirmaron.

Ante esta situación, los especialistas consideraron que, para construir la capacidad necesaria de reciclaje de paneles solares, es necesario contar con el apoyo de subsidios gubernamentales. “Son probablemente la única forma de desarrollar rápidamente una capacidad acorde a la magnitud del inminente problema de los residuos. El coste de crear infraestructura al final de la vida útil para la energía solar es una parte ineludible del paquete de I+D que acompaña al soporte de la energía verde”, dijeron.

“De todos los sectores, la tecnología sostenible no puede permitirse el lujo de tener una poca visión respecto de los residuos que crea. Una estrategia para entrar en la economía circular es absolutamente esencial, y cuanto antes esté lista, mejor”, concluye la publicación.

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