El debate por el proyecto de ley del hidrógeno sigue abierto
Los especialistas continúan analizando las condiciones bajo las cuales se debe promover el desarrollo de la industria.
En el mundo ya comenzó la carrera por la transición energética -que tiene como objetivo realizar un conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía en el marco del cambio climático- y nuestro país busca no quedar rezagado. En este contexto, se está dando un debate importante en torno a las condiciones bajo las cuales debe promoverse el desarrollo de la industria del hidrógeno.
“En la transición tenemos tres recursos claves, en los que Argentina es muy fuerte: es urgente promover el GNL y su exportación; cuidar el desafío del litio para que no se convierta en una industria extractiva y pensar en hacer baterías y vehículos eléctricos; y, finalmente a largo plazo, desarrollar el hidrógeno de bajas emisiones para aplicaciones industriales y fertilizantes”, dijo Griselda Lambertini, secretaria académica del Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética de la Universidad de Buenos Aires (CEARE), en el marco del webinar “Proyectos de ley de promoción Gas Natural Licuado e Hidrógeno”, organizado por MEGSA.
Lambertini aseguró que “no estaríamos hablando de hidrógeno si no hubiera un mercado global para este recurso en el contexto del imperativo de la transición. Es una oportunidad de industrialización más que una oportunidad energética y que nos va a ayudar a descarbonizar algunas aplicaciones difíciles, como los combustibles de aviación y marítimos, o para hacer fertilizantes, por ejemplo”.
Antes de analizar el Proyecto de ley de promoción del Hidrógeno, Lambertini se tomó un momento para repasar la paleta de colores del recurso y explicó que “el hidrógeno no tiene color, pero se ha instalado en la jerga global una serie de colores de acuerdo a con qué se hace”.
“Lo que hoy el mundo consume en un 98% es el gris -que se hace a partir de gas y al que no le hace la captura de emisiones de carbono-; el azul -que es el que captura las emisiones-; el turquesa es una variante que no está instalado que es un poco más sustentable que el azul; después tenemos todas las variantes del hidrógeno verde -en los que interviene el agua y la electricidad-; y rosa, que se genera a partir de la energía nuclear”, enumeró.
A partir de la clarificación de conceptos, Lambertini repasó la ecuación económica y dijo que “aún con alto costo de capital, que ojalá logremos mitigar con las leyes de promoción, debido a que el 70% del costo del hidrógeno verde depende del precio de la energía renovable, seguimos siendo los más competitivos”.
“Este mes se firmó un acuerdo de cooperación en materia energética entre la Unión Europea (UE) y Argentina, que da pie para que cualquier país del bloque abra canales de cooperación y permita a los inversores privados desarrollar proyectos. La novedad es que en ese memorándum aparece el hidrógeno, el gas natural y el GNL”, señaló.
Tal como remarca Lambertini , este acuerdo de cooperación aplica a: Hidrógeno y derivados (desarrollo del H2 en aplicaciones industriales, transporte, almacenamiento de energía); energías renovables; eficiencia energética; gas natural y GNL.
Ese entendimiento es uno de los avances en relación al marco regulatorio indispensable para que los proyectos avancen. Pero no es el único adelanto en este sentido.
Por un lado, está el hecho que hay producción y consumo de hidrógeno gris en Argentina (aproximadamente 400.000 ton/año). En este punto, hay que atender el proceso de refinación de petróleo para reducir el contenido de sulfuro de los combustibles diésel; y, por otro lado, la industria química, especialmente la producción de fertilizantes.
Por otro lado, la Ley de Hidrógeno 26.123 de 2006 (que venció en 2021); la Estrategia Nacional de Hidrógeno; el Proyecto de Ley de Promoción del Hidrógeno; y, finalmente, la llamada Evaluación Ambiental Estratégica; el consorcio H2.Ar, el estudio para la creación de un mercado voluntario de “gas natural hidrogenado” junto con la misión europea del H2V en Argentina y Consorcio PTX Hub, que viene impulsado desde Alemania.
A la hora de repasar la letra chica del régimen de promoción, Lambertini hizo foco en la implementación, las competencias y cierto solapamiento que podría entorpecer, según la especialista, el avance.
“Según la experiencia del RenovAr, en algunos casos es fácil acceder a los beneficios y en otros casos, no tanto porque hay un cuello de botella en el proceso de las certificaciones. Y si la secretaría de Energía depende del INTI y de la AFIP…”, puntualizó.
Por otro lado, levantó una bandera de alerta al decir: “Se proyecta la creación de la Agencia Nacional de Hidrógeno (ANHIDRO) como asesor técnico y regulatorio de la Secretaría de Energía, no sé si habrá una superposición de competencias”.
“Asimismo, una de las tareas de esta agencia es elaborar el Plan Nacional de la Economía del H2 y aprobar el sistema de certificaciones. En cuanto al plan, ¿se cruza con la estrategia con la que se trabaja actualmente? No lo sabemos. Parece interesante, pero creo que su eficiencia depende de cómo se ponga en práctica. Puede ser un pantano, o no”.
Para terminar, señaló que “la norma prevé que se cree el Fondo de afectación específica en el marco del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) para financiar proveedores de bienes y servicios de alto contenido tecnológico. No me queda claro cómo va a funcionar. No pareciera que sea para financiar pilotos, es raro porque el beneficiario aporta para recibir los beneficios”.
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