El precio inflado de cumplir con la seguridad pyme
El recambio de flotas de vehículos para ingresar a Vaca Muerta es otro de los factores que desalientan al sector. Camionetas costosas, ponen en jaque a los contratos con operadoras.
La pandemia, la inflación y el poco acceso al crédito son otros ingredientes que dejan un sabor amargo a la gran torta de Vaca Muerta, con cada vez más condiciones para las pymes neuquinas. Uno de estos puntos y relacionados con la seguridad, es algo que se viene discutiendo en estos días: el recambio de flotas de vehículos, necesario para cumplir estándares de calidad en la prestación de servicios en el sector no convencional.
El problema lo tienen las empresas más chicas que deben que cumplir con exigencias y desembolsar grandes inversiones en mantenimiento, compra de neumáticos, camionetas y hasta equipamiento importado, en un contexto adverso donde la plaza argentina está cada vez más inundada de pesos.
Una de las exigencias que se tienen que cumplir con contrato con las operadoras de Vaca Muerta es la antigüedad del modelo de los vehículos habilitados para circular en los yacimientos, el kilometraje, equipamiento y las condiciones técnicas al día.
Se sabe que las operadoras, cada vez que se realizan contratos de servicios con las compañías pymes, exigen por disposición de seguridad, vehículos que cumplan con estándares de calidad y buen funcionamiento. En el caso de los vehículos livianos, que son las camionetas, el modelo del ingreso al yacimiento no puede ser mayor a cinco años o 350.000 kilómetros recorridos. Y en el caso de vehículos pesados como camiones, la antigüedad exigida es de unos 10 años.
En cuanto a la maquinaría especial, como grúas las operadoras ponen un plazo mucho más largo pero también se tiene que cumplir determinadas condiciones de funcionamiento. Es que las inspecciones en ese sentido, se realizan en forma permanente, forman parte de los “check list” dentro de los yacimientos.
Si bien estas normativas no sorprenden a nadie, el contexto para adquirir un vehículo cero kilómetro, y mucho más en Neuquén, es complejo. Mucho más si hay que recambiar una flota de camionetas.
Una camioneta base modelo 2022 hoy pareciera “no tener precio”, pero ronda los $5 millones y un camón no baja de los $20 millones por unidad. Por lo que cada compañía tiene que acceder a créditos o hacer el mejor arreglo con las concesionarias.
“Si voy hoy querés cambiar una camioneta, porque un camión es casi imposible, con entrega inmediata, no hay directamente. Pero si pagás al contado y entre un 30 o 40 por ciento más, mágicamente aparecen los vehículos. Es un termómetro de cómo está el país. Nadie quiere perder ni quedarse con los pesos encima”, confió a +e una fuente del sector que conoce los mecanismos de estándares de seguridad.
Es que si se acceden a los vehículos mediante planes de ahorro, es muy complejo para las petroleras tener disponibilidad de los mismos para presentarse a las licitaciones. En cambio, en el contexto inflacionario y la falta de proyección sobre el valor de las unidades, entró un juego especulativo de “inflar los precios” para tener el stock al día, según coinciden algunos actores consultados de la industria.
El tema de la seguridad en los yacimientos con las muertes que hubo en el sector por accidentes y la mesa que exigió el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, para armar un plan y bajar el índices de riesgos, también juega en contra a las pymes, por el actual estado económico del país. Si bien las empresas chicas pueden acudir al mercado financiero el costo operativo y de mantenimiento para sostener los contratos con las operadoras, es alto. Y nadie quiere correr riesgos de accidentes ante un escenario no favorable por las últimas muertes petroleras registradas en Neuquén.
Una situación que corrió el velo de la seguridad que fue el accidente con la explosión y las tres muertes en la refinería New American Oil (NAO), donde otra vez se puso sobre la mesa un debate urgente, que termina por postergarse con el tiempo.
“Hay operadoras que son exigentes. Los nuevos contratos no se discuten, hay que cumplir las condiciones para ingresar a los yacimientos con vehículos, pero los que ya están adentro tiene otra flexibilidad, siempre con controles e inspecciones”, indicó.
Uno de los factores que flexibilizó el control y cumplimiento de estándares de modelos de vehículos en los yacimientos fue la pandemia del coronavirus, cuando en abril de 2020 se paralizó toda la actividad. Pese a ser una actividad esencial la producción hidrocaburífera, muchas empresas quedaron con las flotas sin usar, guardadas en galpones. “Ahí se perdió más de un año, y fue comprensible, se corrió un poco la regla de las exigencias”, indicaron las fuentes del sector hidrocarburífero.
> Drama y alivio con los neumáticos
Uno de los temas que preocupó a las empresas petroleras, sobre todo a las compañías de servicios en estas semanas fue el faltante de neumáticos debido al conflicto paritario que hubo en el país, con las empresas y sindicatos. Los precios están por las nubes y hubo un momento en que no se conseguía stock en ninguna parte del Alto Valle. Por suerte, el pronóstico que parecía dramático se solucionó y todo volvió a la normalidad. Pero los neumáticos son un parte importante del mantenimiento vehicular y también sujeto a los controles por parte de los inspectores de seguridad en los yacimientos petroleros de Vaca Muerta.
Desde la Asociación del Comercio, Industria, Producción y Afines del Neuquén (ACIPAN), que integra la Federación de Cámaras del Sector Energético del Neuquén (FECENE) habían manifestado su preocupación por un tema, debido a que el sector de las pymes es el más golpeado a la hora hacer inversiones en mantenimiento y stock en las empresas.
“Hubo muchísima preocupación pero por suerte es un problema que se arregló”, indicó Daniel González, presidente de la asociación de comerciantes. Es que según los precio actuales el recambio de cubiertas para una camioneta no baja de $250 mil pesos y si esto se traslada a una flota, el monto es difícil de pagarlo, siempre hablando del sector de la compañías más pequeñas que tiene que batallar con la compra de insumo dolarizados, las importaciones, y los altos impuestos que se pagan para seguir funcionando en el sector.
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