Fuerte puja por destrabar la explotación en el Amazonas
El proyecto cuenta con el apoyo de Lula da Silva aunque todavía no ha salido del papel porque no tiene el visto bueno de las autoridades ambientales.
Hace pocos días el pueblo ecuatoriano rechazó la explotación petrolífera de una zona protegida del Amazonas que alberga dos tribus indígenas y comprende un punto importante de biodiversidad. De este modo, Ecuador marcó un camino que quizá no sea el mismo que recorra Brasil.
De hecho, Petrobras ha vuelto a presentar la solicitud para explorar la zona de la desembocadura del Amazonas, que forma parte de un horizonte petrolero llamado Margen Ecuatorial, que se cree que puede contar con reservas de 10.000 millones de barriles de crudo.
La petrolera estatal ha depositado muchas esperanzas en estos yacimientos, por lo que ha destinado la mitad del presupuesto para exploración hasta 2027, 11.000 millones de reales (más de 2.00 millones de dólares) para las perforaciones en esa región.
El proyecto cuenta con el apoyo del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aunque todavía no ha salido del papel porque no tiene el visto bueno de las autoridades ambientales.
La administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva no dice “si” ni “no”, pero la estatal empresa brasileña Petrobras quiere perforar pozos submarinos de alta calidad de crudo a 300 kilómetros de la desembocadura del Amazonas, en el Atlántico.
Mientras pasa la cumbre de la Amazonia, se habla del peligro de la deforestación, se esperan informes de entes reguladores y definiciones técnica como políticas, Joelson Falcão Mendes, director de Exploración y Producción, dijo que ve potencial para seguir produciendo petróleo hasta dentro de tres o cuatro décadas.
"Nuestra industria es de largo plazo. Pretendemos continuar produciendo petróleo dentro de dos, tres o cuatro décadas", dijo Mendes hace unos días durante un panel de la 24 Asamblea Anual del Santander, un foro económico organizado por este banco en São Paulo.
A primera vista esta afirmación no implica nada concreto, pero para que la petrolera cumpla con ese objetivo se deben trascender fronteras de producción y eso implica avanzar sobre la Amazonia.
De hecho, para elevar las reservas, según Mendes, será necesario que Petrobras pueda explorar nuevos horizontes petroleros, entre los que citó el Margen Ecuatorial, una región ubicada en el norte de Brasil, cuya explotación causa polémica por su proximidad a la desembocadura del Amazonas.
La madre de todas las polémicas
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva mostró una posición sinuosa en la cumbre de la Amazonia, que se llevó a cabo en Belem, como quien intenta hacer equilibrio entre el desarrollo económico y la ambiciosa agenda ecológica esbozada por la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, que supervisa el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama).
La última semana trascendió en medios internacionales que la Procuraduría General de la Unión (AGU) estaría a punto de emitir un dictamen en el que se declare que Petrobras no necesita una evaluación exhaustiva del impacto ambiental antes de iniciar las prospecciones petrolíferas en la región ecológicamente sensible de Foz do Amazonas, situada frente a la costa septentrional de Brasil.
Por ahora, la cuestión está en un punto muerto entre los reguladores y Petrobras. Y, en el medio, Lula ha dicho que está a favor de la investigación para determinar si hay petróleo en la región e insiste en que cualquier exploración se lleve a cabo de forma segura para evitar problemas medioambientales.
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