Los soldadores, las estrellas del VMOS
Durante una visita a la Sierra Grande, se vio el día a día del trabajo en VMOS, que marcha a ritmo récord en el tendido del ducto que llevará la producción de Vaca Muerta al mundo.
Los indicadores del proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) son extraordinarios desde cualquier perspectiva. Su magnitud no solo reside en las proyecciones de alcanzar hasta 700.000 barriles diarios, ni en la inversión de unos 2.528 millones de dólares. Tampoco se limita a la promesa de generar divisas entre 15.000 y 20.000 millones de dólares al finalizar esta década. Los números de VMOS son asombrosos y su magnitud más notable reside en la vertiginosa velocidad de su progreso.
Una reciente visita de +e a Sierra Grande permitió dimensionar la relevancia de la obra in situ, conociendo las historias de quienes la construyen y, sobre todo, la tecnología de soldadura automática que permite un avance de más de 3 kilómetros diarios.
La tecnología de los 10 minutos
En medio de un temporal de viento, Matías Churrún, del área de prevención del proyecto VMOS, detalla el proceso que acelera el tendido del ducto. La soldadura automática es la clave: optimiza los tiempos y, en un hito para Argentina, permite superar los 3 km de avance diario.
Tal como cuenta Churrun, el sistema funciona con cabezales motorizados de doble torcha que se desplazan sobre una banda metálica en el diámetro exterior del tubo, trabajando dos cabezales de forma simultánea. Y, después, equipos de potencia avanzada aseguran uniones precisas y consistentes.
"Hacemos una primera pasada en un minuto, y luego seis casetas completan la costura. Al finalizar, un equipo de control de calidad verifica que esté aprobada", explica Churrún. Agrega que el proceso completo de soldadura automática tarda apenas 10 minutos por unión, lo que se traduce en 300 metros por hora y un avance promedio de 3,5 kilómetros en un día, bajo buenas condiciones climáticas.
El personal que opera esta tecnología es internacional y diverso: "Hay un presentador que hace la primera pasada, la soldadura va por adentro con un equipo que se trajo de Italia, y los que sueldan son turcos. Pero tenemos mucha gente local: de Sierra Grande, Valcheta, Lamarque y Beltrán", aclara Churrún.
El corazón del proyecto: el equipo
La mano de obra del VMOS es un reflejo de la diversidad del proyecto. "Somos de todos lados, pero nos llevamos bien porque es el tercer proyecto en el que trabajamos juntos. Somos un equipo de 1.500 personas", comenta Churrún.
Joaquín Orellano, un soldador de Catriel, es uno de los operarios locales clave. "Estuve en los tres últimos proyectos, primero como ayudante y ahora soldando la línea regular", asegura. Mientras se prepara para el punteo final en la caseta, explica que utilizan "un alambre de cobre" en el proceso.
A su lado, Iskender Uçmaz, supervisor general de línea de la soldadura automática, originario de Turquía, se muestra conforme con el progreso. "Todo excelente, trabajamos en familia. Todo tranquilo en Río Negro", concluye sonriente.
Uçmaz, que llegó al país para trabajar en el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y decidió quedarse para formar parte del VMOS, está vinculado a Argentina desde hace décadas. “Llevo a Techint en la sangre”, dijo. Su relación con la empresa se remonta a 1978, cuando su padre empezó a trabajar en Techint Ingeniería y Construcción, más concretamente en el gasoducto Shedgum-Yanbu en Arabia Saudita.
Los tiempos de la megaobra de Argentina
"El trabajo fluye", asegura Juan Carlos País, gerente de Operaciones de SACD. Con una extensión total de 437 kilómetros, el ducto ya superó los 380 kilómetros tendidos.
La etapa de soldadura principal está programada para finalizar los primeros días de noviembre. Posteriormente, vendrán tareas cruciales como empalmes y ensayos no destructivos para garantizar la integridad de la infraestructura, un "control exhaustivo que hacemos tramo por tramo", detalla País.
El plan exige que las instalaciones de superficie acompañen el tendido de cañerías. "La obra la tenemos que entregar en mayo del año que viene. Después de la tubería, hay que avanzar con las 28 instalaciones superficiales", puntualizó el gerente, reafirmando el ambicioso cronograma de la obra más importante de Argentina.
La cuenta regresiva ya comenzó y, como dice País, “el trabajo fluye”. La soldadura automática, que permite sumar kilómetros de ducto cada día, es tan importante como el compromiso de los 1.500 trabajadores —desde Catriel hasta Turquía— que enfrentan los desafíos del clima patagónico para llevar el shale de Vaca Muerta al mundo.
En esta nota












