La hora del midstream en Vaca Muerta: ¿se puede replicar el modelo del Permian?
En Estados Unidos, la cuna tecnológica del shale y espejo de competitividad de Neuquén, el segmento se desarrolló de forma muy diferente, con el nacimiento de midstramers independientes.
Más allá del contexto macroeconómico, el gran desafío que enfrenta hoy Vaca Muerta para dar el salto exportador que permita alcanzar la zanahoria del millón de barriles diarios de producción hacia 2030, es el desarrollo de la infraestructura necesaria para evacuar y procesar el petróleo y el gas.
Si bien ya hay en marcha obras por más de 10 mil millones de dólares, a cargo tanto del sector público como privado, el dinamismo de la industria está reconfigurado la industria petrolera local.
Entre los proyectos en marcha y ya terminados se destacan el Duplicar Plus de Oldelval, la ampliación de la terminal de almacenaje y exportación de petróleo de Puerto Rosales, que opera la empresa Oiltanking Ebytem (OTE), la reactivación del bombeo de crudo hacia Chile a través del Oleoducto Trasandino (Otasa), el oleoducto Vaca Muerta Norte de YPF, ya en operación, y el inicio del megaproyecto del Vaca Muerta Sur, comprende la construcción de un nuevo oleoducto troncal y una terminal de exportación en la costa de Río Negro.
En materia gasífera, se destacan el hito del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner y la demorada reversión del Gasoducto del Norte. Incluso hay en carpeta proyectos más ambiciosos como la planta de licuefacción de YPF y Petronas, con una inversión del orden e los 40 mil millones de dólares, y otros de menor magnitud como el proyecto NGL de Tecpetrol para la industrialización de los líquidos ricos del gas natural de Vaca Muerta, que demandaría una inversión cercana a los 2.500 millones de dólares.
La nueva era en Vaca Muerta abre la puerta del nacimiento de los midstreamers, un segmento que inauguró TGS con la construcción del gasoducto Vaca Muerta Norte y la planta de acondicionamiento en Tratayén.
La consolidación de ese negocio como un segmento independiente de la industria, aún tiene un largo trecho para recorrer en el país. Hoy las compañías que intervienen en el midstream como Oldelval, TGS, Mega, son sociedades conformadas por las principales operadoras.
En cambio en el Permian de Estados Unidos, la cuna tecnológica del shale y espejo de competitividad de Vaca Muerta, el segmento se desarrolló de forma muy diferente.
De Neuquén al Permian
El consultor Jorge Foglietta, un especialista con 48 años de trayectoria entre Neuquén y Norteamérica en proyectos de tecnología de procesos e ingeniería de facilidades de producción de petróleo y gas, procesamiento criogénico de gas y fraccionamiento de líquidos, refinación de petróleo y LNG, aseguró que en Vaca Muerta “debemos mirar qué hacen otros y de ahí tomar los modelos que nos sirvan y adecuarlos”.
Radicado en Estados Unidos desde 1989, Foglietta señaló durante la Primera Jornada Midstream organizada por el IAPG Comahue, que “entender el desarrollo del ese sector es entender la idiosincracia norteamericana, es cultural”.
Comentó que “el midstream lo inventaron los grandes petroleros en los ’80, inmersos en los problemas de los precios cambiantes del petróleo. Una petrolera pura sangre es exploradora y perforadora. Su riqueza está en las reservas que acumula, invertir dinero en llevar el petróleo representa un gasto. Para un petrolero invertir 2.500 millones en plantas y cañerías representó en algún momento un tema complicado. Entonces inventaron el negocio del midstream”.
En ese entonces, muchas compañías empezaron a desprenderse de su segmento de transporte y procesamiento intermedio antes de llegar al downstream. Así, nació un nuevo tipo de empresas llamadas master limited partnerships (MLP), sociedades que cotizan en el mercado de valores, particularmente en gasoductos y oleoductos, plantas de procesamiento de gas y fraccionamiento.
Un negocio de bajo riesgo
Apareció como un negocio de bajo riesgo con muy poca regulación comercial. Impositivamente, ante al IRS, una MLP tiene un pass trough, los impuestos no se pagan a nivel entidad sino que lo hacen los miembros de la sociedad.
Las MLPs cobran un feed por lo cual no toman riesgos en sus precios. En EE.UU el transporte y almacenamiento de crudo es considerada una parte separada de la cadena de producción, lo cual permitió el surgimiento de los midstreamers.
“Son empresas de servicio, que operan para terceros, es decir, ofrecen servicios a otros. Toman el gas, lo transportan, lo procesan y entregan productos en la otra punta y cobra tanto”, destacó el consultor.
“El midstream se corresponde con lo que es el país, que ni siquiera tiene Ministerio de Economía, tiene la Secretaría del Tesoro, que sería el equivalente del BCRA que baja y sube tasas, y el resto está en manos del soberano. Por sobre todo tienen un gran respeto a la Constitución que consagra las libertades individuales, entre ellas la libertad de hacer lo que se les dé la gana. La forma de desarrollar los negocios forma parte de ese desarrollo cultural”, explicó Foglietta.
El boom del shale
Hacia 2008, con la revolución del shale, el boom de producción desafió a los sistemas de transporte de crudo. Así es que los ferrocarriles han sido para este negocio un desarrollo muy importante, al punto que el 75% del petróleo de la cuenca de Bakken (Nebraska) es transportado por ferrocarril, con un volumen del orden de un millón de barriles diarios, casi el doble de lo que produce hoy la Argentina.
El crecimiento continuo de la producción de Permian puso en relieve la necesidad de ampliar la capacidad de procesamiento. En 2023 entraron en funcionamiento más de 1.2 Bcf/d, a los que se suman en el actual semestre unos 1.7 Bcf/d, y otros 1,8 Bcf/d en los próximos meses.
En los últimos seis años la producción de crudo y gas de Permian se triplicó, para alcanzar 6,1 millones de barriles diarios de petróleo y 17,1 Bcf/d de gas.
“A lo largo del renacimiento de la cuenca durante la era del shale, las empresas del midstream han trabajado mano a mano con los productores para garantizar el desarrollo de sistemas de gathering, plantas de procesamiento de gas, gasoductos y otras infraestructura”, indicó el consultor. Incluso, en EE.UU, muchos de los midtreamers mayores se han involucrado en el área de la petroquímica.
Un negocio en transformación
En la actualidad, el negocio está mutando. Compañías que hace 20 o 30 años vendieron sus segmentos intermedios, vuelvan a comprar esas empresas de midstream, “dado que están muy bien desarrollados, sirven para su propósito, la plata la gastó otro, se fortalecieron en el E&P y ahora pueden consolidarse de nuevo en un negocio de buen provecho”, comentó el especialista.
Por caso, la petrolera Sunoco adquirirá NuStar Energy, por unos 7,3 mil millones de dólares; EQT comprará el gasoducto Mountain Valley, en una operación del orden de los 5.200 millones de dólares; y gigantes del midestram como Enbridge y Oneok siguen expandiendo sus negocios en las redes de gasoductos y oleoductos. También se destacan las recientes adquisiciones de productoras del shale sobre otras compañías, como la reciente compra de Marathon Oil por parte de ConocoPhillips, en un acuerdo que ronda los 17.100 millones de dólares.
Foglietta señaló que hoy Vaca Muerta también atraviesa un desafío similar en cuanto a la infraestructura del midstream, aunque en una escala mucho menor.
“Tenemos un potencial humano y técnico invalorable y esa tiene que ser la base para decir que podemos hacerlo”, dijo, y agregó: “Nos hace falta inteligencia logística para entender qué tenemos en la mano”.
Las diferencias entre Permian y Vaca Muerta
Entre las diferencias entre Permian y Vaca Muerta, además de la escala, destacó que en EE.UU el planeamiento estratégico de las obras del midstream están en manos de los privados, quienes apuestan a la innovación constante, con estructuras evolutivas que optimizan el negocio, con amplio desarrollo tecnológico. En cambio, en Argentina, la propiedad estatal desincentiva el desarrollo del midstream.
“El mayor desafío para los próximos años es completar los proyectos que están en carpeta, que van en camino de ayudar, pero hay que hacer más. Estamos viendo plantas que tienen la capacidad de extraer líquidos pero no tenemos cómo sacarlos”.
Y consideró que sería bueno “ir a buscar socios al extranjero que estén en el midstream, serían alianzas interesantes para tener un entendimiento del segmento por el hecho mismo de que nosotros mismos no lo hemos cultivado. El mistreamer puro no es un operador, es una compañía de servicios”.
Entre los desarrollos estratégicos para Vaca Muerta, Foglietta enumeró obras de evacuación de petróleo crudo y el gas al mercado interno y exportación, la exportación de LNG, el fraccionamiento y exportación de líquidos refrigerados del gas, y de etano licuado.
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