EFO: el gas tiene nueva vida bajo tierra
Quintana Energy iniciará un proyecto de reinyección y almacenamiento durante el verano para vender el gas en invierno, con mejores precios. Nace un nuevo esquema de negocio.
Entre el vergel de chacras que abraza a Estación Fernández Oro (EFO), los parrales de uva y los frutales que decoran el paisaje no son lo único que promete cosecha. Bajo la tierra de este yacimiento rionegrino, un nuevo ciclo comienza a gestarse. De la mano de Quintana Energy, el gas vuelve a encontrar su camino. Aunque esta vez será regreso al subsuelo.
Carlos Gilardone, CEO de la compañía, lo define como un cambio de paradigma: "Nuestro modelo es simple pero disruptivo: comprar gas en verano, almacenarlo en el yacimiento, y producirlo en invierno". Detrás de esa aparente simpleza hay un despliegue técnico y financiero que revela la ambición de una compañía que ha decidido no administrar un declive, sino escribir una historia de recuperación.
El proyecto de almacenamiento y reinyección de gas que Quintana comenzará a aplicar como prueba piloto en los próximos meses en EFO marca un antes y un después para este campo, que hasta hace poco, en manos de YPF no era rentable. Los pozos tight se preparan para funcionar como garrafas subterráneas: se les inyectará gas seco comprado a otros productores durante los meses de baja demanda para volver a producirlo cuando el frío haga encender las estufas.
La turboexpander, el alma de EFO
El corazón de esta revolución está en la planta turboexpander que Quintana adquirió junto al campo tras una dura negociación con YPF, que le demandó una inversión de 27 millones de dólares. La petrolera bajo control estatal planeaba llevársela. Con una capacidad instalada de 4,8 millones de metros cúbicos diarios, la estructura que separa los gases no solo es una pieza estratégica, sino el verdadero pivote del nuevo modelo de negocios. Permite separar los componentes más ricos y más cotizados del gas.
“Sin la planta, el modelo no camina”, advierte Gilardone sin rodeos. La clave es la recuperación de líquidos: EFO es un yacimiento de gas retrógrado, donde el hidrocarburo líquido queda atrapado en el reservorio cuando la presión cae. Pero si se reinyecta gas, esos líquidos vuelven a mezclarse y pueden ser extraídos. “Es un doble juego: almacenamos gas y al mismo tiempo recuperamos riqueza que estaba perdida”.
La prueba piloto pondrá a prueba la capacidad de inyección de 300.000 metros cúbicos diarios, casi la mitad de la producción actual del yacimiento, que asciende a 750 mil m3 diarios. Pero no se trata de probar lo que ya se sabe que funciona. Se trata, como insiste Gilardone, de documentarlo con precisión quirúrgica para ganar la confianza de inversores y bancos.
Quintana asumió la operación del campo el 1 de febrero de 2025, tras adquirirlo en el marco del Plan Andes por el cual YPF se desprendió de yacimientos maduros en varias cuencas del país. La premisa de la nueva operadora es clara: eficiencia o muerte. En apenas dos meses, lograron reducir el Opex en un 23%, al bajar el costo operativo de 18 dólares por barril equivalente a 14, con la mira puesta en alcanzar los 11 dólares a fin de año.
Durante la recorrida por el campo, se palpa el ambiente de transformación. En una reunión con los nuevos empleados, donde las camperas y mamelucos de Quintana vestían por igual a técnicos, supervisores y directores, el management transmitió una mezcla de orgullo y determinación.
"Somos un solo mameluco", proclamó Gilardone en ese encuentro, rodeado de trabajadores con décadas de experiencia y de jóvenes recién incorporados. El centenar de personas que trabaja en el yacimiento a la vera de la Ruta 22 son empleados de la operadora. Ya no hay contratistas."Este campo tiene futuro porque lo estamos rediseñando juntos, desde abajo y con respeto: por el equipo, por las comunidades, por el medio ambiente y por las mujeres que trabajan con nosotros”, dijo el CEO de la empresa.
Un almacén de gas
Más allá de EFO, el proyecto encaja en una visión más amplia: consolidar un negocio de almacenamiento energético. En un mercado donde el gas es abundante en verano y escaso –y caro– en invierno, la posibilidad de guardar energía bajo tierra puede cambiar las reglas del juego.
También se explorarán nuevas oportunidades como realizar workover en los pozos petroleros de la formación Quintuco, perforar un nuevo pozo a la formación Lajas o reactivar pozos perforados en el flanco sur, comenta Ariel Fernández, gerente de EFO, yacimiento que conoce al detalle y en el cual encontró su lugar en el mundo. Ahora muestra muestra sincero entusiasmo con el nuevo proyecto, que promete garantizar actividad al menos hasta el fin de la concesión, en 2036.
Quintana ya compró equipos para proveerse de su propia energía eléctrica generada con gas del yacimiento, con el objetivo de vender electricidad al sistema.
“El gas no vale nada en enero porque baja la demanda argentina. En julio, se vuelve oro”, resume un técnico del equipo de subsuelo. Ese diferencial estacional es el que Quintana busca capitalizar. No solo en Río Negro. Mendoza Sur –el otro bloque que la compañía adquirió– ya tiene fecha de cierre para junio, y allí los desafíos son mayores. “Si EFO fue el precalentamiento, Mendoza es la final de la Champions”, bromeó Gilardone ante su equipo.
El horizonte Vaca Muerta
El nuevo modelo de negocios que Quintana ensaya en Estación Fernández Oro tiene el potencial de escalar no solo dentro del campo, sino en otros proyectos como El Portón, o incluso en la formación Vaca Muerta Muerta, donde ya tienen un compromiso de perforación para 2027 en tierras mendocinas.
En los pozos depletados se espera almacenar el gas asociado de los pozos que realizarán en el shale, uno vertical (piloto) y dos horizontales de 1500 metros.
“La geología en Mendoza es una continuación de Neuquén. Las propiedades petrofísicas son similares. Hay mucho potencial”, asegura Gilardone.
La reinyección y el almacenamiento son, en definitiva, el esqueleto técnico de una nueva narrativa: una donde los campos maduros no se abandonan, se reinventan; donde la eficiencia no es un eslogan, es una condición de existencia; y donde el gas, como la confianza, puede recuperarse.
Entre los frutales de Allen, el gas comenzará a volver al subsuelo. Como la hormiga, que almacena alimentos para el invierno.
En esta nota