Alerta en la capital del petróleo: "Texas necesita agua"
Jim Wright, comisionado de la Comisión de Ferrocarriles de Texas, que regula la industria petrolera, expresó su creciente preocupación por la crisis hídrica que se potenció en los últimos tiempos. Explicó que se trabaja en el Permian para reponer el recurso.
Houston, enviado especial. Uno de los principales problemas ambientales de Texas es la escasez de agua en un Estado donde reina el fracking y el petróleo es el motor de una de las economías más grandes del mundo.
James “Jim” Wright, comisionado de la Comisión de Ferrocarriles de Texas, expresó su creciente preocupación por la crisis hídrica que se potenció en los últimos tiempos, y aseguró que el futuro de Texas pasa, más que por el petróleo o el gas, por el manejo sostenible del agua.
“Sí, el agua ha sido algo con lo que sueño y duermo cada noche durante los últimos dos años”, declaró Wright durante el Bilateral Energy Summit, organizado por la Cámara de Comercio Argentina-Texas en el Club del Petróleo de Houston. “La gente suele preguntar: ‘¿A qué te dedicas en Texas?’. Yo digo: ‘Nos dedicamos al agua’. No al petróleo ni al gas”.
La Comisión de Ferrocarriles de Texas es la agencia estatal que regula la industria del petróleo y el gas, los servicios públicos de gas, la seguridad de los oleoductos y de la industria del GLP, la minería de carbón y uranio de superficie. Dejó de regular los ferrocarriles en 2005, cuando las últimas funciones ferroviarias se transfirieron al Departamento de Transporte de Texas, pero mantiene su nombre.
Es la agencia reguladora más antigua del estado. Desde la década de 1930 hasta la de 1960, estableció en gran medida los precios mundiales del petróleo, pero fue desplazada por la OPEP a partir de 1973.
El problema del agua
Wright explicó que por cada barril de crudo que se extrae en Texas, se utilizan cuatro barriles de agua. Es decir, que el Permian produce 6 millones de barriles diarios de petróleo y demanda 24 millones de barriles diarios de agua para sostener ese nivel de extracción de crudo.
Advirtió que la disminución de las lluvias, especialmente al oeste del meridiano 98, pone al Estado en un “punto crítico”, que afecta seriamente tanto la disponibilidad de aguas superficiales como la producción agrícola.
En respuesta, Wright destacó el trabajo de la industria energética en el Permian, donde actualmente se están produciendo cerca de 200.000 toneladas de agua para intentar reponer fuentes hídricas. Sin embargo, reconoció los desafíos asociados, como el aumento de la actividad sísmica debido a inyecciones profundas y el riesgo de contaminación de acuíferos por pozos antiguos mal gestionados.
“Mi función en la Comisión de Ferrocarriles es asegurarme de no contaminar sus aguas subterráneas ni arruinar a nadie. No voy a permitir que sucedan ambas cosas. Texas necesita agua”, afirmó con contundencia.
Wright también hizo referencia a la necesidad de apoyo legislativo y recursos fiscales: “No estoy muy seguro de cuánto dinero se destinará, pero les aseguro que parte de nuestros impuestos se destinará a encontrar otras fuentes de agua. El agua producida debe ser una prioridad”.
Cambiar el funcionamiento de los mercados de carbono
Más allá del agua, el comisionado abordó el papel emergente de Texas en el mercado de captura y almacenamiento de carbono. Confirmó que la Comisión firmó un memorando de entendimiento con la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para obtener primacía regulatoria sobre los pozos de inyección de CO2, con el objetivo de acelerar inversiones en el mercado de créditos. “Es esencialmente otra fuente de ingresos para nosotros en Texas”, señaló.
No obstante, advirtió sobre la necesidad de una mayor regulación en este sector: “El mercado de créditos de carbono necesita un mejor enfoque. Actualmente no está realmente regulado en los estados. ¿Quién debe comprar esos créditos? ¿Quién debe ser responsable? Necesitamos respuestas”.
En un estado históricamente ligado al petróleo, las palabras de Wright marcan un giro de enfoque hacia los retos ambientales y de sostenibilidad que enfrentará Texas en las próximas décadas. “A veces hablo durante días sobre esto. Y es porque está de moda, sí, pero también porque es urgente”, concluyó.
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