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Offshore: la ilusión de un megayacimiento argentino

Especialistas aseguran que aún hay margen para desarrollar la actividad petrolera offshore en la Argentina, en plena transición hacia fuentes de energía más limpias.

Especialistas aseguran que aún hay margen para desarrollar la actividad petrolera offshore en la Argentina, en plena transición hacia fuentes de energía más limpias que eviten que el calentamiento global alcance niveles catastróficos.

El tema se debatió esta semana durante el seminario denominado “La actividad offshore en el mar Argentino: desafíos y oportunidades para el sector energético”, organizado por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG).

Raúl Bertero, decano de la Facultad de Ingeniería de la UBA, aseguró que “de ninguna manera debemos renunciar a saber cuánto petróleo hay en el mar Argentino”, tras considerar que en el futuro el consumo de petróleo en el mundo irá en baja, aunque “no se espera una gran disminución hasta 2050 porque el proceso de electrificación vehicular va a continuar, pero el parque automotor va a seguir demandando crudo y alguien va a abastecer esa demanda, lo produzcamos nosotros o no”.

Bertero consideró que “es mucho menos perturbador del medioambiente un megayacimiento que muchos yacimientos pequeños”, en relación con la posibilidad de un hallazgo de magnitud en el offshore argentino.

“No deberíamos renunciar a la exploración offshore siempre que se compruebe un megayacimiento, se asegure que haya riesgos mínimos de afectar la fauna marina y parte de lo recursos se destinen a la educación pública”, indicó el decano de la Facultad de Ingeniería de la UBA.

Mientras que Daniel Redondo, consultor y ex secretario de Planeamiento Energético del gobierno de Mauricio Macri, coincidió en que Argentina no debe “renunciar al desarrollo de Vaca Muerta y del offshore”. “Tenemos que desarrollarlos al máximo potencial global, el autoabastecimiento es una limitación, no debemos apuntar a eso. Tenemos al menos 20 años para llegar a un desarrollo a nivel global de esos recursos”, señaló.

El presidente del IAPG, Ernesto López Anadón, aseguró que -en un escenario de transiciones energéticas- “quedarán en producción aquellos activos de menor costo por barril de petróleo equivalente y de menor intensidad de carbono. Tanto Vaca Muerta como el offshore profundo con megayacimientos de gran productividad están dentro de esos activos”.

“Los pozos de Vaca Muerta están teniendo espectaculares productividades con muy poca emisión comparados con otros proyectos petrolíferos”, agregó.

Según López Anadón, “Argentina tiene que crear condiciones de mercado que permitan generar inversiones de manera sustentable, abandonando la tentación de subsidiar, regular e intervenir en los precios relativos de los energéticos que es lo que se hace hoy en día”.

El titular del IAPG indicó que la industria petrolera debe trabajar en una agenda de captura y almacenamiento de carbono, tecnología que podía reducir un tercio las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector energético hacia 2050.

Los especialistas coincidieron en que a nivel mundial, la energía produce el 83% de los GEI, y el 35% corresponde a la quema de carbón. Destacaron que el reemplazo del gas por el uso del carbón y la electromovilidad permitirá reducir los gases de efecto invernadero, siempre que la electricidad provenga de fuentes renovables.

Sin embargo, ese tipo de energías tienen sus desventajas, como la intermitencia y el espacio necesario para sus instalaciones. Bertero ejemplificó que para alimentar un televisor hogareño todo el año con energía eólica se necesitan 37 m2, mientras que con generación térmica a gas solo son necesarios 0,1 m2.

“¿Por qué los países van a venir a Argentina a buscar energía eólica convertida en hidrógeno? La respuesta es que países europeos o Corea no tienen espacio donde colocar la energía eólica y solar, además del clima que no los favorece”, añadió. “Tenemos capacidad de producción de energía verde mucho más barata que cualquier país del mundo, y eso no lo decimos nosotros sino estudios europeos”, aseveró Bertero.

El decano de la Facultad de Ingeniería de la UBA advirtió que el desarrollo de la industria del hidrógeno requerirá “de una enorme cantidad de energía”. Se estima que para producir 300 millones de toneladas de hidrógeno será necesario utilizar 10 mil teravatios hora de energía, más de un tercio de los 27 mil teravatios hora que se generaron en todo el mundo en el año 2020. “Si Argentina capta el 10% del mercado mundial del hidrógeno, necesitaría 1000 TWh cuando produce 142 TWh”.

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