Mendoza puso primera para no "desaprovechar" la oportunidad del cobre
La minera canadiense Kobrea comenzará el trabajo de exploración en los cupríferos El Perdido y Elena.
Mendoza tiene un enorme potencial geológico y por estos días todas las miradas están puestas en el cobre, metal cuya demanda internacional está en alza por la transición energética. Puntualmente, el foco está en Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO), herramienta desarrollada por Impulsa Mendoza para delimitar, estudiar y explotar una zona de casi 20.000 km2 y 1,9 millones hectáreas.
“En un momento en que el cobre es clave para la transición energética, no podemos desaprovechar esta ventana de oportunidades. Mendoza está lista para impulsar una minería sostenible que genere crecimiento, empleo genuino y atraiga inversiones de clase mundial, fortaleciendo nuestra matriz productiva”, dijo hace unos días el gobernador Alfredo Cornejo.
En el marco de “no desaprovechar esta ventana de oportunidades”, la Legislatura aprobó las Declaraciones de Impacto Ambiental de 34 proyectos en la localidad de Malargüe. Tras la aprobación, el director de Minería de la provincia, Jerónimo Shantal, aseguró que fue un “hito importantísimo" para Mendoza y Argentina, por la cantidad de proyectos que se aprobaron en simultáneo.
Luz verde para el cobre
Todo parece indicar que la explotación de aquel enorme potencial está en la línea de largada, ya que esta semana se conoció que la minera canadiense Kobrea comenzará el trabajo de exploración en los cupríferos El Perdido y Elena.
"Es la primera vez que se aprueba la exploración mineral, incluidas perforaciones, en cualquiera de los proyectos de Kobrea. Estamos sumamente emocionados de comenzar el trabajo de campo en El Perdido y Elena, que culminará con el primer programa de perforación en los proyectos de Kobrea", comentó el CEO de la compañía, James Hedalen, a través de un comunicado.
Proyecto por proyecto
Ahora la empresa canadiense tiene luz verde para explorar oro, cobre y molibdeno en los proyectos El Perdido y Elena en Mendoza, con objetivos prometedores.
Para empezar, El Perdido, que abarca 6.878 hectáreas, alberga un sistema de pórfido Cu-Au-Mo identificado en superficie, pero que aún no ha sido perforado. Este objetivo de pórfido se caracteriza por una huella de alteración hidrotermal de 2 x 3 kilómetros con ensamblajes de alteración típicos de pórfidos, incluyendo alteración potásica localizada en superficie.
Una zona de vetillas de stockwork de cuarzo de 900 x 500 metros coincide con geoquímica anómala de cobre, oro y molibdeno en rocas, intrusiones de pórfidos de diorita de cuarzo, brechas con biotita y alteración potásica, en un área dominada por alteración fílica. Datos magnetométricos en tierra recopilados en 2013 revelan una anomalía magnética subterránea de aproximadamente 1.000 metros de ancho y profundidad, rodeada por una firma magnética reducida, lo que representa un objetivo geofísico atractivo para la exploración de pórfidos Cu-Au-Mo.
En cuanto al proyecto Elena, que abarca 13.818 hectáreas, incluye una tendencia poco explorada de 5 x 7 kilómetros con alteración hidrotermal de alto nivel que podría estar asociada a uno o más sistemas de pórfidos de cobre ± oro ± molibdeno. En el proyecto Elena se han identificado tres prospectos de pórfidos históricos: Las Cargas, Tiburcio y Cerro Bayo.
El prospecto Las Cargas presenta una anomalía de color de 1,5 x 1,5 kilómetros con alteración fílica-argílica generalizada, donde un muestreo histórico limitado identificó brechas cementadas con calcocita con hasta un 50% de contenido de cobre. El prospecto Tiburcio presenta una anomalía de color de 1,5 x 2 kilómetros, pero no cuenta con muestreos reportados. El prospecto Cerro Bayo se define por una anomalía de color de 2 x 2 kilómetros asociada a un cuerpo intrusivo dacítico con alteración argílica avanzada, habiendo sido sometido a un muestreo geoquímico muy limitado.
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