La licencia científica y social para el GNL en Río Negro
El estudio ambiental asegura que los impactos serán menores y los riesgos pueden ser controlados con un buen plan de monitoreo y gestión. Hubo un amplio respaldo técnico y social al proyecto. Destacaron los beneficios económicos para la zona y la generación de exportaciones por USD 24 mil millones.
El miércoles pasado, el Gimnasio Municipal de San Antonio Este fue escenario de una extensa audiencia pública donde se debatió el estudio de impacto ambiental del proyecto de instalación de una unidad flotante de gas natural licuado (GNL) en el Golfo San Matías. La iniciativa, promovida por Southern Energy, empresa conformada por Pan American Energy (PAE) y la noruega Golar LNG, contempla la llegada del buque Hilli Episeyo a la costa rionegrina en 2027 para dar el puntapié inicial a la exportación de gas de Vaca Muerta a los mercados asiáticos y europeos.
La audiencia, que se extendió por más de 12 horas, reunió a 122 oradores que expusieron sus opiniones sobre los posibles impactos de la instalación del barco licuefactor. Fue un paso crucial en el proceso de aprobación del proyecto, que debe ser evaluado por la Secretaría de Ambiente de la provincia de Río Negro.
La secretaria de Energía de Río Negro, Andrea Confini, subrayó el esfuerzo realizado durante meses para involucrar a la comunidad en el proceso. Más de 1.000 personas participaron en charlas informativas y se realizaron 250 reuniones para aclarar dudas y explicar el alcance del proyecto.
La consultora Serman & Asociados presentó los detalles del estudio ambiental, que concluye que los impactos serían de “baja a moderada importancia”, y que habrá medidas de monitoreo y gestión para mitigar efectos adversos sobre el entorno. El estudio contó con la participación de un equipo multidisciplinario de profesionales con amplia experiencia en diferentes áreas como ciencias sociales, arqueología, paleontología, biología y oceanografía.
El buque Hilli Episeyo será el primer barco de estas características en operar en la zona, y llevará a cabo un proceso de licuefacción del gas natural para su exportación, con una capacidad de 2,45 millones de toneladas anuales.
Bajo impacto ambiental del GNL
Los expertos explicaron que los impactos en tierra sobre la vegetación y el suelo serán temporales durante el tendido del gasoducto, y se restituirán rápidamente. No se prevén afectaciones significativas en la fauna marina, aunque se instalarán hidrófonos para monitorear el impacto acústico. En cuanto al impacto sobre la calidad del agua, se modelaron las descargas del buque, y los resultados sugieren que no habrá alteraciones graves en el ecosistema marino, ya que los cambios de temperatura en el agua se mantendrán dentro de parámetros controlables.
Además, los riesgos de fugas de gas y derrames de hidrocarburos fueron evaluados como de baja probabilidad, con planes de contingencia diseñados para mitigar cualquier eventualidad.
A su vez el estudio propone medidas para minimizar la obstrucción de actividades económicas de subsistencia de familias de la zona como el resguardo del camino utilizado por los pulperos durante la temporada. Las restricciones de uso del espacio marítimo no generarán una afectación severa, ya que la zona no es una zona de pesca relevante, asegura el análisis de la consultora.
Por otro lado, Serman & Asociados considera que el impacto paisajístico será bajo, ya que el buque será la única infraestructura visible desde la costa, a unos 5 kilómetros de distancia mar adentro.
Los controles operativos
En el debate, se destacó la importancia de garantizar la seguridad operativa del buque. Daniel Zucas, gerente general de Termap, citó la experiencia de su empresa en operaciones offshore, donde se utilizan estrictos protocolos de seguridad y tecnología avanzada para evitar incidentes. Zucas remarcó que, a pesar de la baja probabilidad de ocurrencia de eventos negativos, es esencial estar preparados con planes de contingencia para mitigar cualquier tipo de riesgo.
Termap, con terminales ubicadas en Comodoro Rivadavia (Chubut) y Caleta Olivia (Santa Cruz), lleva tres décadas de operaciones en la cuenca del Golfo San Jorge. Durante este tiempo, ha realizado 7.196 operaciones de embarque, manejando un volumen total de 438 millones de barriles de petróleo.
”Uno tiene que trabajar con altos estándares para minimizar la probabilidad de falla. Pero, ante la ocurrencia de un evento de muy baja probabilidad, hay que estar preparado para minimizar el impacto”, destacó Zucas, en referencia a los planes de emergencia aprobados por la Prefectura Naval Argentina.
El impacto económico
Otro de los puntos destacados de la audiencia fue el impacto socioeconómico que generará el proyecto. Según la consultora, se prevé una creación significativa de empleo y el fortalecimiento de la economía regional. La construcción del proyecto generará 600 empleos directos, y una vez en operación, alrededor de 850 personas estarán empleadas de manera directa. Se estima que, entre 2027 y 2047, Argentina podría exportar entre 17.000 y 24.000 millones de dólares en GNL.
El proyecto también será beneficioso para las empresas locales, ya que se estima que más de la mitad de los bienes y servicios requeridos provendrán de proveedores regionales. Además, el desarrollo de la infraestructura también contribuirá al crecimiento de industrias vinculadas al sector energético.
El gerente de proyectos de Southern Energy, Marcos Porteau, destacó que el proyecto tiene como objetivo procesar 2,45 millones de toneladas de GNL por año, lo que representa el 10% de la demanda de gas en el país.El buque de PAE y Golar, al que ya se asociaron empresas como Pampa Energía, YPF y Harbour Energy busca posicionar a Argentina como un jugador relevante en la exportación de gas natural licuado, un mercado que ha sido históricamente complejo de acceder.
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