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El éxodo del convencional: SLB y Halliburton apuntan todos sus cañones a Vaca Muerta

Las gigantes del servicio petrolero abandonan la Cuenca del Golfo San Jorge para enfocarse en el shale neuquino, donde los costos son más bajos y la rentabilidad más alta.

El mapa petrolero argentino se sigue reconfigurando dejando una serie de interrogantes de cara al futuro. Es que Halliburton y SLB (exSchlumberger), dos pesos pesados del mundo de servicios petroleros decidieron volcar todos sus activos a Vaca Muerta dejando atrás al convencional.

La decisión de abandonar la Cuenca del Golfo San Jorge es una crónica de larga data debido a los altos costos que significa operar en el convencional y la alta rentabilidad que ofrece el shale.

La salida de SLB fue anunciada en los últimos días por el secretario adjunto del Sindicato de Petroleros Privados de Chubut, Carlos Gómez, quien advirtió que la empresa comenzó a desactivar su base en Comodoro Rivadavia y avanza en la rescisión de contratos con operadoras.

La situación, según el dirigente, es crítica: “Los trabajadores siguen operando, pero Schlumberger ha tomado la decisión que ya tomó Halliburton de irse de Comodoro Rivadavia, dejando al personal en situación de despido”.

El impacto es profundo. La reducción de la actividad perforadora ya alcanza el 45% en la cuenca, y las empresas proveedoras de servicios especiales ven esfumarse sus contratos. A falta de proyectos nuevos, muchas pymes locales que dependen de estos gigantes comienzan a cerrar sus puertas o a aplicar recortes masivos.

Un éxodo que no se detiene

El caso de Halliburton fue el más emblemático. En marzo, la empresa oficializó ante el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut su retirada definitiva de la provincia, en el marco de la conciliación obligatoria por los 300 despidos anunciados en la actividad convencional. De ese total, 140 trabajadores pertenecían al gremio convencional y otros 160 estaban bajo el convenio del Sindicato de Petroleros Jerárquicos de la Patagonia Austral.

El retiro de SLB y Halliburton son los más resonantes, pero la migración de compañías del Golfo San Jorge hacia Vaca Muerta fue una tendencia en los últimos años. Esto generó que en la meca del convencional solo sigan activas tres compañías de servicios especiales: Geopatagonia, Latitud 45 y San Antonio.

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SLB también deja el convencional para dedicarse al shale neuquino.

SLB también deja el convencional para dedicarse al shale neuquino.

Rentabilidad vs costos

Tal como informó +e, la razón detrás de este fenómeno tiene nombre y apellido: lifting cost. El costo de extraer un barril de petróleo es el indicador que desnuda la competitividad de cada cuenca. En Vaca Muerta, el lifting cost ronda los 4,2 a 5 dólares por barril, gracias a una combinación de alta productividad, infraestructura moderna y economías de escala. En contraste, operar en la Cuenca del Golfo San Jorge cuesta en promedio 23,4 dólares por barril.

Esto significa que, incluso en contextos de precios internacionales ajustados, Vaca Muerta sigue siendo rentable. Cada pozo produce miles de barriles diarios, lo que diluye los costos fijos, mientras que en los yacimientos convencionales el rendimiento es marginal. A eso se suma la antigüedad de los pozos y equipos, el declino natural de la producción y los altos costos asociados al tratamiento del agua, muy presente en el crudo extraído en la Cuenca del Golfo San Jorge.

Un golpe al convencional

La salida de dos pesos pesados del convencional tiene un doble efecto negativo. Por un lado, los despidos directos afectan a cientos de familias que dependen del empleo en el sector. Por otro, se rompe la cadena de valor que sostiene a decenas de contratistas y pymes regionales, lo que genera una parálisis progresiva en la actividad económica local.

“Las empresas no pueden facturar si no hay actividad, y eso impacta directamente en la capacidad de sostener los puestos de trabajo”, alertó Gómez. La pérdida de servicios como los perfiles eléctricos obligará, además, a importar esos trabajos desde otras regiones, incrementando los costos para las operadoras que aún mantienen presencia en Chubut y Santa Cruz.

Los gremios trazaron un escenario alarmante. Sin políticas activas que promuevan la inversión en cuencas maduras, sin estímulos fiscales ni subsidios específicos, la migración hacia el shale es inevitable. Y esa lógica de mercado profundiza las asimetrías: mientras Neuquén bate récords de producción, otras provincias se desangran lentamente.

La salida de SLB y Halliburton es más que un dato puntual: es un síntoma. El sistema energético argentino se está reconfigurando hacia el no convencional, empujado por la necesidad de reducir costos y aumentar la eficiencia. Las cuencas maduras hoy no logran atraer inversiones ni mantener su actividad. “La cuenca está golpeada, no la quiere nadie. Tenemos que prender una vela para que venga alguien”, afirmó el titular de petroleros convencionales, Jorge Ávila.

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