Vaca Muerta

"Vaca Muerta no puede esperar que se estabilice la macroeconomía para crecer"

Pablo Besmedrisnik, director de Invenómica, considera que durante 2022 la importación de energía va a tener un costo fiscal y cambiario enorme, que se verá reflejado en la cuenta de subsidios y en el saldo comercial de 2022. "Habrá que ver si para el invierno los precios se mantienen a este nivel", afirma.

En la Argentina de hoy, podría decirse que la discontinuidad de políticas serias en el sector energético, sumada a la inestabilidad macroeconómica de los últimos años, genera un cocktail explosivo que se traduce entre otras cosas, en incertidumbre y falta de inversión.

Pablo Besmedrisnik, director de Invenómica, está convencido de que el marco macroeconómico inestable actual conspira para el crecimiento fuerte del sector petrolero y gasífero argentino, y está muy lejos de su real potencial.

"Hace años que Argentina a nivel macroeconómico no tiene un plan serio, y sin rumbo difícilmente haya un desarrollo estratégico para la industria hidrocarburífera. Si políticamente no hay coherencia, cualquier plan se desvanece", resalta.

Y enfatiza: "Perdimos una oportunidad enorme de generar una fuente de ingresos de divisas para el país en este año por no haber hecho las inversiones necesarias que se debieron realizar en materia de infraestructura para monetizar las reservas de gas natural de Vaca Muerta. El desarrollo de esta mega yacimiento no puede esperar a que se arregle la macroeconomía para seguir creciendo. Aunque tampoco surgió ninguna idea o propuesta superadora por parte del sector privado".

En opinión del especialista, la economía argentina evidencia una volatilidad notable en sus variables centrales como para darse el lujo de no tener aún un plan definido tanto a nivel macroeconómico como para el sector energético.

"Con volatilidad alta y sin plan, los privados eligen inversiones de corto plazo. Asumirán que la Argentina es un país riesgoso y por lo tanto procurarán invertir en activos de fácil salida y con altas tasas de retorno. La conclusión es un déficit ingente y una exposición alta al ciclo económico y de precios global" advierte.

Y reconoce que frente a la necesidad generar de divisas, si el país no tiene acceso al mercado privado de financiamiento, tarde o temprano deberá sentarse a renegociar la deuda en el algún momento.

"El sector energético argentino debe ser parte de la solución y no del problema para enfrentar la coyuntura internacional. Y para que ello suceda la salida obligada es la inversión y la mayor producción local, alejando lo máximo posible el escenario fácil de la importación que expone a la economía a un riesgo inaceptable, tal como sucede con la actual situación bélica", explica el director de Invenómica.

El economista tampoco le escapó a los conceptos de inflación y dolarización. "La inflación es un problema serio que no se va a solucionar en los próximos meses. Las herramientas y medidas para lidiar con la inflación de corto plazo ya están gastadas".

En cuanto a la idea de dolarizar la economía se muestra cauto.

"Primero tenemos que generar un equilibrio en las cuentas fiscales y normalizar la emisión monetaria en forma razonable y generar dólares, necesitamos una economía capaz de generar divisas. Una vez cumplida esta etapa estamos en condiciones de ponernos a debatir si es viable o no dolarizar la economía", comentó.

Secuelas de la crisis internacional

La irrupción militar de Rusia en Ucrania tiene algunas consecuencias indefinidas, pero otras muy claras. En este marco, Besmedrisnik considera, que "la crisis bélica y el déficit comercial incremental en 2022, mostrará la vulnerabilidad argentina ante los ciclos económicos globales y su limitada capacidad de anticipación de sus políticas públicas".

De acuerdo con la mirada del especialista, aumentará la presión al alza del precio del gas y el petróleo, y aquellos países que no alcanzan la autosuficiencia sufrirán consecuencias en sus balances de pagos y en sus cuentas fiscales, lesionando el crecimiento económico.

"Ese será el caso de la Argentina. Y es particularmente grave cuando los subsidios a la energía y la inflación son centrales para cuadrar la planificación económica con las necesidades financieras en el marco de un acuerdo con el FMI", sostiene.

Y puntualiza: "Esta crisis internacional le infla el pecho a los operadores del sector petrolero por el aumento de la rentabilidad en los negocios, pero en el mediano y largo plazo claramente reduce las expectativas de crecimiento de la industria, porque se va a acelerar el desarrollo de energías alternativas para los próximos 30 años".

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