Los desafíos que ve la industria sobre el acuerdo para exportar gas a Brasil
Las empresas del sector están entusiasmadas con la apertura de un nuevo mercado, pero marcan varios escollos a sortear.
El saludo entre Javier Milei y Lula da Silva en el marco de la cumbre del G20 que derivó en la posterior firma de un Memorándum de Entendimiento entre los ministros Luis Caputo y Alexandre Silveira fue toda una señal de acercamiento político muy celebrada por la industria energética por considerarla una condición indispensable para poder avanzar hacia el sueño de exportar gas de Vaca Muerta a Brasil.
Las empresas se ilusionan con la apertura de un nuevo mercado, pero son conscientes de que faltan muchos pasos para cumplir este objetivo que necesitará de la articulación público y privada.
El primer eslabón, sostienen las fuentes consultadas, pasa por concretar una exportación “simbólica” durante este verano que se acerca. “No importa que sean 500 mil metros cúbicos diarios o un millón, lo importante es que empecemos a enviar gas a Brasil. Así sucedió con Chile y es la manera de abrir un nuevo mercado. Se hace de forma paulatina”, explican.
Ya para un escenario posterior de exportación en firme por entre 10 a 15 millones de m3/d que es el número que tiene en la cabeza la industria, se necesita primero la firma de un contrato a 15 años que podría ser con Petrobras o con un pool de industriales offtakers brasileños. “Sin eso no vamos a conseguir el financiamiento para realizar las obras de conexión”, avisan.
El acuerdo firmado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y su par de Minas y Energía brasileño, Alexander Silveira, establece que los envíos comenzarán en 2025 con 2 millones de metros cúbicos diarios y se prevé alcanzar los 30 millones diarios de exportación en cinco años.
Las rutas de Neuquén a Brasil
En ese sentido, no se descarta ninguna de las rutas que establece el convenio. “Donde se consiga el contrato que acerque el financiamiento, por ahí vamos”, dice una de las partes interesadas del lado argentino.
La opción natural es el camino por Bolivia, un país que entre las empresas argentinas genera mucha desconfianza por su inestabilidad política, más allá del alto peaje que pretenden cobrar de entre 1,5 a 2 dólares por millón de BTU.
“El peaje no debería superar los 70 centavos de dólar y el precio del gas argentino tendría que estar alineado al promedio del Plan Gas de 3,5 dólares. Sino no vamos a llegar con un precio competitivo”, afirman.
Financiamiento para los gasoductos
A la hora del financiamiento, Brasil no descarta poner a disposición una línea del BNDES, su banco de desarrollo al que quiso acudir sin éxito el gobierno de Alberto Fernández. “No alcanza con una sola alternativa. Hay que buscar soluciones creativas y muchas estructuras. Desde sindicatos de bancos, bancos de desarrollo, multilaterales y mercados privados”, destaca un experto en finanzas.
En relación al resto de los caminos hacia el país vecino, si bien corren con la desventaja de necesitar la construcción de nuevos gasoductos, acaparan el interés de otros actores que podrían colaborar con el financiamiento.
“Paraguay está muy interesado en que se haga un gasoducto por su país y lo mismo pasa con los Estados del sur de Brasil como Río Grande do Sul o Santa Catarina. Puede haber novedades en ese sentido”, anticipan.
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