Vaca Muerta

Cómo le pega a Vaca Muerta las dudas sobre el futuro del dólar después de las elecciones

El mercado descuenta un salto en el tipo de cambio que modificaría el esquema de costos y precios actual.

La tensión sobre el futuro del dólar que sacude al mercado financiero argentino desde hace varias semanas y que no se logró tranquilizar ni siquiera con el anuncio de apoyo de los Estados Unidos, también es un tema de debate dentro de la industria energética.

Una modificación cambiaria impactaría de diversas maneras a Vaca Muerta. Algunas de forma positiva, otras neutras y otras de manera negativa. “Con una devaluación, vas a tener una ganancia de competitividad porque se te van a licuar los costos en pesos y algunos servicios se podrían abaratar un 10%”, sostiene un especialista en Supply Chain que trabaja en una petrolera de las más importantes.

La tensión cambiaria y su impacto en el sector energético

Dentro de esta cuenta, una de las cosas que tienen más peso relativo entre los gastos en pesos son los salarios, más otros servicios contratados a proveedores locales que no impliquen insumos dolarizados.

Siguiendo con el lado positivo para las empresas, aquellas que exportan sus hidrocarburos recibirán mayores ingresos en pesos, lo que también sería una noticia relevante para las provincias productoras al recibir mayores regalías.

Por el lado de los costos en dólares, el efecto sería prácticamente neutro. “Los equipos se encarecen en la misma medida en que sube el tipo de cambio. Entonces, en dólares, te sigue costando lo mismo”, afirman desde el sector.

Por su parte, el director de la consultora Aleph Energy, Daniel Dreizzen, dice que “no habría un impacto significativo de una eventual devaluación en la competitividad del Oil & Gas”. “Gran parte de los costos están en dólares y con eso se mantienen. Y la parte en pesos baja, pero ya había subido mucho en los últimos años en dólares”.

Incertidumbre en el mercado interno

Una de las dudas que persiste es qué pasará con los ingresos de la facturación dentro del mercado interno, ya que el traslado a precios no es automático, muchas veces es frenado desde la política y en otras genera caídas de ventas.

“El consumo interno va a caer un poco, pero más por caída de cantidades, no por baja de precio. Si los salarios de la población en general se atrasan respecto al precio de los combustibles, tenés menos poder de compra y puede caer el consumo”, remarca otra fuente.

En este caso, habrá una puja entre refinadoras, productoras de crudo no integradas y las autoridades nacionales para ver cómo se irá trasladando este ajuste cambiario. Por su parte, si bien la producción de gas está dolarizada por el Plan Gas, se paga con un retraso de 60 días. Con lo cual, una variación del dólar implicaría menores ingresos.

De todas formas, el consenso general es que los efectos tenderán a neutralizarse. Sobre todo, porque no se espera un movimiento muy fuerte y porque el traslado a precios con una economía estancada no ha sido tan importante como en otras devaluaciones.

“Es neutro porque las petroleras se manejan en dólares. Lo que puede afectar es la parte impositiva, alguna retención, salarios. Van a ganar por un lado, y van a perder por otro. Yo creo que les preocupa más la falta de planificación por la inestabilidad macroeconómica, el encarecimiento del financiamiento y las oscilaciones del precio del barril. El costo financiero local se ha puesto imposible, con lo cual, todo el financiamiento de las inversiones debe buscarse afuera”, indica el analista financiero, Francisco Uriburu.

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