Crecen importaciones, demanda y subsidios
Presión sobre el dólar. Las compras de energía en el exterior y el gasto del Estado para sostener las tarifas se ubican en los niveles más altos en 30 años.
El aumento de los precios internacionales de los commodities generó un notorio deterioro del saldo comercial del sector energético argentino en el primer semestre del año, que se combinó con un crecimiento de la demanda doméstica y un notable incremento de los subsidios estatales para sostener las tarifas. Ese combo es explosivo para la macroeconomía y explica, en parte, la crisis cambiaria por la falta de dólares.
Un informe de la consultora Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo, detalla las variables del mercado energético argentino en la primera mitad del año y destaca que “la disminución de la oferta local de gas natural, producto de la saturación de la capacidad de transporte en la Cuenca Neuquina y del declino de las restantes cuencas productivas y el aumento de la demanda, condujo a una creciente necesidad de importaciones”.
La consultora también pone en relieve que la política de precios orientada a abaratar el costo de la energía en la economía local provocó un incremento de la demanda doméstica de productos energéticos, que está por encima de los niveles prepandemia.
Entre el primer semestre de 2022 e idéntico período de 2019, las ventas de naftas aumentaron un 8%, las de gasoil un 12%, la demanda de gas natural en el segmento residencial un 17% y la de energía eléctrica un 18%.
El crecimiento de la demanda y el aumento de los precios internacionales generó, a pesar del incremento en las exportaciones de petróleo, en un rojo en la balanza energética de 2.648 millones de dólares en el primer semestre de 2022, el déficit más elevado desde 2014, debido a que el nivel de importaciones es el más elevado de los últimos 30 años.
Pero además, los niveles de subsidios a la energía, que este año rondarían los 15.600 millones de dólares, también se ubican entre los más altos en tres décadas.
El análisis de Economía & Energía indica, además, que la segmentación tarifaria que puso en marcha el Gobierno no tendrá un impacto significativo en la reducción de ese gasto.
Si bien en 2022 los subsidios a la energía no registrarían un sensible incremento en términos del PIB y rondarían el 2,5 % versus el 2,3% de 2021, estarán por encima de lo pautado en la hoja de ruta presentada por el Estado argentino ante el FMI, en donde se contemplaba una reducción de 0,6 puntos con respecto al año pasado.
Los subsidios al sector devengados durante el primer semestre del año totalizaron u$s 7352 millones, un 90% más que en idéntico período del pasado año. La suba anual rondaría el 42%.
De concretarse las proyecciones, entre 2010 y 2022, se habrán destinado 134.655 millones de dólares para subsidiar las tarifas de electricidad y gas en la Argentina. El pico más alto de los últimos 30 años se registró en 2014, con u$s 15.753 millones, equivalentes al 2,8% del PBI.
Según indica el informe de la consultora, si el usuario residencial pagara el costo pleno de energía, el traslado a tarifa en el caso del gas natural implicaría un aumento del 85%, en promedio, y del 196% para la electricidad, para el AMBA. El impacto resultaría inferior en las distribuidoras eléctricas del interior del país, en las que el peso del costo de la energía es menor que en la región Metropolitana porque los costos del Valor Agregado de Distribución (VAD) en los últimos años se han actualizado por encima de lo que sucedió en la jurisdicción federal, donde permanecieron prácticamente congelados generando una menor cobrabilidad de la energía por parte de Cammesa.
Por otra parte, Economía & Energía señala que la reducción de la gran masa de subsidios que planea el Gobierno a través de la segmentación tarifaria tendrá un impacto poco significativo.
La consultora indica que si se avanza en la quita de subsidios en tres tramos (agosto, octubre y diciembre) al 10% del consumo a nivel nacional, el ahorro en el monto total durante lo que queda del año sería solo de u$s 29 millones, es decir menos del 0,2% de los más de u$s 15.500 millones que se gastarán. Si se aplicara una quita de subsidios al 50% de los usuarios del país, el ahorro sería de apenas u$s 143 millones.
De todos modos, el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, anunció que la quita de subsidios irá más allá y alcanzará incluso a quienes se anotaron en el registro online para aplicar la segmentación por poder adquisitivo de los hogares.
“Los 4 millones de hogares que no solicitaron subsidios serán el primer corte”, aseguró. Agregó que “entre los más de 9 millones que sí pidieron mantener el subsidio se va a promover el ahorro por consumo”, y detalló que en luz se subsidiará hasta 400 kilowatts, en materia de gas la quita seguirá la misma lógica y en agua la segmentación se iniciará en septiembre.
El titular de Economía explicó que las medidas tienen que ver con que “el contexto global encareció la energía y el agua entre 4 y 10 veces de acuerdo con la zona del mundo en la que le toque vivir a cada uno”.
“No podemos seguir con un esquema en que quien más gasta la energía o el agua es quien más subsidios recibe”, comentó Massa.
Detalló que en electricidad se subsidiará “hasta 400 kilowatts, alcanzando al 80% de los usuarios pero solo el 50% del consumo total residencial”.
En esta nota
Comentarios