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La falta de recurso humano puede ser un nuevo cuello de botella

Los actores de la industria buscan llevar a cabo capacitaciones para dar respuesta a la enorme demanda de empleo que requerirá el Pozo Argerich.

La falta de insumos y la saturación de los sistema de evacuación de la producción son algunos de los cuellos de botella que tiene Vaca Muerta. El primero se aplica para todas las cuencas productivas, pero hay otro obstáculo que puede aparecer en el corto tiempo: la falta de recurso humano.

Octubre puede ser clave para la exploración sísmica en el bloque CAN 100, que se encuentra a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata. Los actores de la industria proyectan que el Pozo Argerich demandará una gran cantidad de trabajo a partir de las tareas encargadas por el consorcio integrado por Equinor, Shell e YPF.

“Eso va a hacer que Mar del Plata tenga también una transformación importante. Ya se están estudiando diversas alternativas para dar respuesta a la demanda de mano de obra calificada para desempeñarse en esos pozos, pero también hay que responder a toda esa infraestructura que permita que ese petróleo sea llevado a las costas para que sea utilizado en las refinerías o en el caso de que haya exportaciones un puerto que permita la salida de los buques”, consideró el presidente del consejo superior del Colegio de Ingenieros de la Provincia Buenos Aires (CIPBA), Alejandro Passarini, en diálogo con +e.

La falta de recurso humano puede ser una limitante para los diferentes proyectos hidrocarburíferos en el país. El CIPBA lleva a cabo capacitaciones donde se genera conciencia sobre la necesidad de contar con mano de obra calificada. “Es un desafío que tenemos por delante no solamente de sacar el recurso natural sino también de capacitar trabajadores”, aseveró.

En Buenos Aires ya se piensa en el futuro. La formación de los trabajadores será vital para seguir dando pasos concretos en el offshore. “Ya tenemos algunas universidades que han incorporado la carrera de Ingeniería en Petróleo. Pero además lo que nosotros pretendemos es desarrollar no sólo el ingeniero petrolero sino incluir al técnico y al operario petrolero con una especialización que es novedosa para la Argentina. Hay que generar esa mano de obra calificada y eso se logra capacitando”, destacó.

“El hecho de capacitar a ese operario, a ese técnico o a ese ingeniero hace que también mejore la calidad de su salario. Siempre estamos acostumbrados a nivelar para abajo, pero en esta oportunidad tendremos que nivelar para arriba”, agregó.

A partir de ahí, Passarini manifestó que se debe aprovechar el momento para lograr beneficios al país, pero siempre y cuando se pueda estar a la altura de las circunstancias. “El desafío es grande porque se tiene que cumplir con la demanda de las empresas y de los trabajos que implica el offshore. Los desafíos hacen que tengamos que agudizar el ingenio y ponernos a la altura de las circunstancias. Sino la historia después nos juzgará”, consideró.

El CIPBA pone su granito de arena en esta misión. Han apoyado las distintas acciones para que el Pozo Argerich deje de ser una promesa y se convierta en una realidad. “Son acciones que estamos impulsando porque nosotros entendemos que el offshore debe tomarse como una política de Estado para que, de alguna manera, no sea una oportunidad perdida sino una oportunidad ganada”, subrayó Passarini.

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