Precios

"Los precios en surtidor tienen un atraso que ronda el 35%"

Así lo aseguró Alberto Boz, presidente de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior, quien analizó impacto que tendrá el aumento del crudo a nivel internacional en el mercado interno.

En Argentina, la combinación entre el precio local de un commodity energético cada vez más alejado de la referencia mundial y el crecimiento de su volumen de consumo, al final termina perjudicando tanto a los jugadores integrados como los no integrados, limitando la inversión.

Las cifras que hoy caracterizan al mercado de combustibles en el país son alarmantes y al mismo tiempo contundentes. Hace 10 años operaban unas 6.500 estaciones de servicio, aproximadamente. Hoy existen 5.006, según los datos aportados por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), que agrupa a todas las estaciones de servicio del país. Al cierre de las bocas de expendio de la última década se agrega que actualmente unas 2.500 están por debajo del punto de equilibrio.

Una estación de servicio necesita vender 320 mil metros cúbicos de combustible al mes para poder superar los costos operativos. Hace una década necesitaba 140 mil. “Los precios en surtidor tienen un atraso que ronda el 35%”, aseguró Alberto Boz, presidente de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (FAENI) y vicepresidente Segundo de CECHA.

En diálogo con +e, el dirigente hizo hincapié en el impacto que tendrá el aumento del crudo en los precios de venta, y habló sobre las consecuencias que puede generar al sector la decisión de postergar hasta junio la actualización impositiva sobre los combustibles.

-¿Qué consecuencias puede ocasionar en los precios al surtidor, el incremento del precio internacional del barril de crudo?

-Los valores actuales del Brent, superando la marca de 110 u$s/barril del año 2014, pueden generar una situación de inestabilidad para nuestro mercado local, pues las empresas que no están integradas y que necesiten importar combustibles para completar el abastecimiento de sus estaciones de bandera, con estos valores internacionales, sumado al tipo de cambio local, hace imposible que tal importación se realice, generando un volumen faltante de determinados productos que de continuar esta escalada de precios internacionales, ni las empresas integradas podrán compensar con su producción lo que el mercado reclama. Ante esta coyuntura, el precio surge como la variable que deberán analizar las empresas petroleras y el gobierno nacional. Los valores de los combustibles en Argentina están rezagados en un 30% comparado con el resto de la región.

-¿Cómo se soluciona eso en el actual contexto inflacionario?

-Obviamente no hay solución mágica en el corto plazo, ni con los precios rezagados de los combustibles, ni con la inflación. El equilibrio entre el costo de la producción y la renta mínima que requiere el productor hoy se encuentra atado al llamado costo del barril interno, costo convenido entre el productor y el refinador con intervención del gobierno nacional, de manera tal que no frene la producción ni acelere los precios al público. Respecto a esto último, se observa, por ejemplo, con las recurrentes postergaciones de actualizar los impuestos, tal el caso del reciente Decreto 98/2022 que difiere al 1/6/2022 la aplicación de los incrementos en los montos del impuesto a los combustibles y al dióxido de carbono.

Desde la mirada de una estación de servicio es imposible señalar una solución, las variables en juego van más allá de la comercialización, pues nosotros no determinamos los precios, son las empresas petroleras y los mayoristas quienes los determinan. Obviamente necesitamos que se actualicen nuestros ingresos, ya que previo al último incremento del 2 de febrero, estuvimos prácticamente 9 meses con los ingresos congelados, mientras que los egresos se incrementaban al ritmo de la inflación y algunos por encima de esta referencia. Desde nuestro punto de vista, la solución es más compleja y no necesariamente pasa por incrementar los precios al público.

-¿Qué consecuencias puede generar al sector la decisión de postergar hasta junio la actualización impositiva sobre los combustibles?

-Afecta a la recaudación del estado y su reparto, ya que el tributo siendo nacional se distribuye entre otros al transporte, la seguridad social, las provincias, etc. Por lo tanto, la postergación impacta levemente a la estación de servicio, pero sí es importante para quienes son receptores de este reparto. Tener en cuenta que no hay actualización impositiva de las naftas y el gasoil prácticamente desde junio 2021.

-¿Cuál es la situación que se presenta hoy ante la discusión entre las petroleras privadas no integradas y las refinerías, y del otro lado las integradas privadas y las estaciones de servicio para actualizar los precios en los surtidores?

-En realidad, el gran desafío que tiene la industria argentina de los hidrocarburos es la creciente brecha entre el precio al que los combustibles se comercializan localmente (principalmente en las estaciones de servicio), y el precio real de mercado internacional. La brecha está en la actualidad en niveles históricamente elevados debido al conflicto desatado en el este de Europa: los combustibles se venden a nivel local un 40% de lo que cuestan en el mundo. A su vez, el aumento de consumo evidenciado desde el fin de la pandemia, está impulsando mayores importaciones de productos terminados, por supuesto a precio internacional. La combinación entre el precio local de un commodity energético cada vez más alejado de la referencia mundial y el crecimiento de su volumen de consumo, al final termina perjudicando tanto a los jugadores integrados como los no integrados, limitando los incentivos al crecimiento y a la inversión. Desde nuestro sector y ante tales situaciones excepcionales, entendemos que el Estado puede aplicar herramientas de morigeración de efectos temporarios.

El panorama regional

Álvaro Ríos Roca, socio director de Gas Energy Latina y exsecretario ejecutivo de OLADE, aseguró a +e que “tras meses de congelamiento, los combustibles en Argentina se ubican entre los más baratos de la región. Tomando en cuenta la cotización marginal, nuestro país se posiciona como segundo en la escala regional, tan sólo por detrás de Venezuela, y duodécimo a nivel mundial. Los precios en el surtidor están desfasados en un 70%, aproximadamente”. En opinión del especialista, existe una disociación importante en el mercado de combustibles entre costos y precios lo que redunda en una pelea entre refinadores, productores, consumidores y gobierno. “Oficialismo y oposición deberían ponerse de acuerdo en un aumento gradual de precios. El país necesita más mercado y menos regulación”. Sobre el futuro del precio de los combustibles, Eduardo Fernández, consultor independiente, considera que el acuerdo con el FMI será clave, en un mercado donde hay un retraso del precio en la cadena de valor, acompañada por una devaluación.

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