Los costos de la transición energética bajo la lupa
Argentina no es un acreedor ambiental y al momento de idear una transición hay que pensar en el impacto del posible aumento de costos.
¿Cuál es la agenda de transición energética del país? ¿Cuáles son sus pilares? ¿Cómo se planea financiar el pasaje a una matriz de emisión cero? Estas son las cuestiones que ahondó Cecilia Garibotti, subsecretaria de Planeamiento Energético, en el webinar “La transición energética en Argentina”, organizado por el Mercado Electrónico del Gas (Megsa).
“Al mismo tiempo que podemos reconocer que el sector energético es responsable de una buena parte de las emisiones, es un sector estratégico en el desarrollo de los países y por eso la transición genera tensiones”, comenzó diciendo la funcionaria.
¿Por qué se habla de tensiones? Según Garibotti, la transición implica cambiar la forma de producción, distribución y consumo de energía y se debe dar permitiendo que siga creciendo un sector claramente estratégico.
“La tensión se da porque hay que ver si se puede hacer la descarbonización y si implica un sistema mucho más caro porque generaría tensiones con el crecimiento económico. Si queremos que crezca nuestra población y nuestra economía, sabemos que habrá mayor demanda de energía y necesitamos sistemas que no sean más caros para que no afecte el desarrollo”, explicó.
En este punto, Garibotti aseguró que “la descarbonización es importante, pero también tenemos que cuidar a las poblaciones presentes y al momento de idear una transición hay que pensar en el impacto del posible aumento de costos”.
Una agenda con bemoles
Más allá del objetivo general de tener una matriz más limpia, Garibotti puso el foco en la necesidad de contar con financiamiento externo al decir: “Nosotros somos acreedores ambientales a nivel global, no somos deudores. Nuestro nivel de emisiones es relativamente bajo y tenemos necesidades económicas. Si queremos cumplir con un proceso de transición justa, uno de los pilares en los que hacemos foco es en la necesidad de financiamiento”.
Por otro lado, la funcionaria remarcó la necesidad de contemplar situaciones particulares a la hora de diseñar una estrategia de transición. “No se puede tener una misma estrategia para todos los sectores. Hay algunos en los que la aplicación es más sencilla, y otros en los que es más compleja. El transporte no es lo mismo que la generación eléctrica en el uso de los combustibles; las necesidades de la industria no es lo mismo que lo domiciliario. Hay que pensar en la coordinación entre los distintos actores”, dijo.
“Pensar que industrias full eléctricas pueden pasar a un sistema full renovable no es algo creíble por los costos que implicaría. Pero sí podés intensificar lo que es eficiencia energética y nos genera mejores escenarios, más creíbles en el sentido que no requiere escenario de disrupción para el 2030”, puntualizó la funcionaria.
De potencialidades y desafíos
Según la funcionaria, la Secretaría de Energía propone varias líneas de acción de cara a 2030. En un repaso rápido, habló de eficiencia energética; energía limpia en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); gasificación; desarrollo de capacidades tecnológicas nacionales; resiliencia del sistema energético a través de la ampliación de la red eléctrica y la promoción de la generación distribuida; federalización del Desarrollo energético; y, finalmente, una estrategia nacional para el desarrollo del hidrógeno.
Para avanzar con este mapa de ruta y apalancados en el recurso gas - “genera menos emisiones, abundancia a un precio competitivo y que permite cumplir con ser sostenible y justo”-, Argentina tiene desafíos importantes a la hora de llevar adelante la transición.
“En la Patagonia tenemos los mejores vientos, los factores de carga de la región oscilan entre el 55% y el 65% cuando a nivel mundial la media es del 35%. Tenemos mucho potencial, pero el problema de la intermitencia y el aprovechamiento depende de las infraestructuras”.
Esta misma limitante aparece en cuanto a la energía solar. “También tenemos un gran potencial en recursos solares. En 2023 la generación solar fue de 2928 GWh, con un aumento interanual de 33% respecto a 2022. Sin embargo, encontramos el límite de la infraestructura para la incorporación de mayor energía”.
En cuanto a la energía hidroeléctrica y nuclear, Garibotti hizo un repaso rápido y dijo: “La energía nuclear es otro de los sectores que es considerado con cero emisiones sin el problema de las intermitencias de las renovables. En Argentina tienen uno de los proyectos más desarrollados con los reactores modulares tipo CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares)”.
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