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GPNK: ¿los conflictos quedaron atrás?

La Confederación Mapuche del Neuquén criticó que la obra avanzó sobre territorios comunitarios sin la Consulta y el Consentimiento de las comunidades.

Se completó la obra del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), en una primera etapa, y los conflictos en Vaca Muerta que prometían serias amenazas con los reclamos de las comunidades mapuche se han disipado.

La advertencia del vocero de la Zonal Xaunko, Gabriel “Rolo” Cherqui, que rezaba “sin consulta no hay gasoducto”, se ha disgregado con el empuje político y empresarial que tuvo esta obra clave para avanzar en la estabilización del déficit energético del país.

El gobierno de Neuquén reglamentó la consulta previa, libre e informada, establecida en el convenio 169 de la OIT, respecto del respeto que debe tener el Estado cada vez que interviene en territorio mapuche. La impulsó no solo por los temas conflictivos con la petroleras, sino por otra razón más importante: el revés judicial que tiene en la Corte Suprema de Justicia de la Nación por un fallo que llama a respetar la voz de los pueblos originarios, luego de la municipalización de Villa Pehuenia-Moquehue en 2004.

Pero la consulta indígena, como se la conoce, aún está lejos de ser aplicada y solo hay “mesas de diálogo”, que parecen reemplazar tamaña expectativa jurídica.

La cabecera del gasoducto de TGS está ubicada en Tratayén, y recorre tierras fiscales y algunos campos en los alrededores de Vaca Muerta. En esa zona, la Confederación Mapuche de Neuquén intenta que se reconozca a una comunidad, la Fvta Xayen, que se autodeterminó en 2017, con serios conflictos y una denuncia de usurpación en campos privados, como el de Paredes, Galván, Formaro y Ferracioli, entre otros.

Todo terminó en una mediación en el Ministerio Público Fiscal de Neuquén con el fiscal José Gerez, pero el reclamo por la incorporación de esa comunidad, cuya lonco es Liliana Romero, aún persiste.

Mientras, la Confederación lanzó una proclama, donde contó que “no hay nada que celebrar en el gasoducto”.

“Dos demandas mapuche tiene el ministro Massa (de Economía de la Nación y precandidato a presidente por Unión por la Patria) en sus manos: el compromiso de no avanzar en planes sobre territorios comunitarios sin la Consulta y el Consentimiento mapuche, y el compromiso de ejercer control sobre las graves consecuencias en nuestra vida física y cultural que la explotación de Vaca Muerta ha generado y generará, como son derrames, sismos, acumulación de residuos tóxicos (basura petrolera), invasión de extraños en nuestros territorios que alteran nuestra vida comunitaria, nuestros centros ceremoniales arrasados por esta ocupación ajena a nuestra vida espiritual, ingreso de flagelos de la sociedad como adicciones, juegos y prostitución”, señalaron.

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