El Brent bajo le pone presión a las áreas convencionales
Los campos maduros producen el 30% del crudo en Neuquén. El dilema de cerrar pozos o seguir a pérdida.
El mundo hidrocarburífero que no es Vaca Muerta, ese gas y petróleo convencional que todavía representa más del 30% de la producción en Neuquén, empieza a crujir y a hacerse preguntas hacia adelante, por el desplome en el precio internacional del crudo.
Esos yacimientos maduros, que se ubican históricamente en las ciudades de Rincón de los Sauces y parte de la cuenca petrolera de Cutral Co y Plaza Huincul, están haciendo cuentas finas por la baja a un promedio de 34 dólares el barril Brent.
Es que por una cuestión de costos por el parate de la actividad que generó el coronavirus (COVID-19), sumado a la crisis del desplome del barril y la sobreoferta de petróleo en el mercado, en Vaca Muerta algunos yacimiento, como Loma Campana, tuvieron que bajar la producción a la mitad.
Pero la realidad de los yacimientos no convencionales que sacan “el viejo petróleo” neuquino es aún más compleja: la disyuntiva en estos días, dependiendo de cada área, es seguir produciendo a niveles marginales (a pérdida en algunos casos) o cerrar los pozos en cuestión, debido a que no se alcanzan a cubrir algunos costos operativos. Hay una infinidad de viejos pozos que, si bien están en producción, el petróleo que se saca es tan marginal que, en caso de cerrarse, se necesitaría otra gran inversión para reactivarlos (equipos de pulling), por lo que se salen del esquema de rentabilidad, mucho más con un bajo precio del barril. Para el ex secretario de Energía de la Nación José Luis Sureda, los yacimientos, en época de crisis del precio del barril, tienen que tomar decisiones complejas, de acuerdo con la producción diaria, la vida útil del pozo, los costos operativos y también los de volver a ponerlo en marcha.
“La economía de cada campo es una realidad variable. Al igual que la situación de caja de cada empresa. Habrá empreas que si tienen problemas financieros o deudas con algún crédito en un banco quizá opte por seguir produciendo e ir a pérdida”, evaluó Sureda a +e. Es que los campos que entran en crisis con el valor del barril de petróleo por debajo de los 60 dólares son los maduros. Las operadoras tienen que hacer una inversión más grande para poder extraer crudo, con un break even en torno a los 52 dólares (con un barril a 60 dólares menos retenciones), y casi no es posible imaginar con el escenario actual, donde el crudo ha tocado el piso, en algunos días, de 22 dólares.
Inversión extra
Hay áreas del segmento convencional que hoy están en ese límite y que requieren que las productoras hagan una inversión extra para sacar petróleo. Es que hay costos fijos que son inmutables, como los salarios, el pago de cánones o los alquileres, y mientras más bajo el valor del barril, más achique hacen las operadoras en las ganancias.
En ese contexto, hace unas semanas, antes de la pandemia del coronavirus, YPF había anunciado un plan para optimizar la producción de estos campos maduros, en zonas como Rincón de los Sauces, a través de un proceso de recuperación que incluye la inyección de polímeros.
Se trata de un método con el cual ya logró buenos márgenes de recuperación en pruebas que hizo en el sur del país, en yacimientos maduros de Comodoro Rivadavia.
Cerro Dragón es uno de los ejemplos de yacimiento convencional de alta producción (100.000 barriles por día) y con poca inversión y con un barril de petróleo a 40 dólares, según estiman desde la industria, es suficiente para que el yacimiento se mantenga en pie. Clausurarlo sería ingresar en un camino complejo ya que aporta grandes cantidades de crudo a la producción del país.
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