China: ¿Cuál es el avance que pone en jaque el dominio energético global?
El gigante asiático descubrió una fuente de energía casi infinita. ¿Cuál es el hallazgo podría alterar el equilibrio geopolítico energético mundial?
China es el país más contaminante del planeta y este gigante parece decidido a transformar su matriz energética y dejar atrás su dependencia de los combustibles fósiles. Su estrategia se basa en una de las llamadas "tierras raras": el torio, un metal ligeramente radioactivo que podría convertirse en una fuente de energía prácticamente inagotable.
Según un estudio desclasificado citado por el South China Morning Post y publicado en Geological Review, el país asiático cuenta con reservas de torio suficientes para satisfacer sus necesidades energéticas durante 60.000 años, un recurso escondido en los residuos mineros que hasta ahora permanecen intactos.
El gobierno de Xi Jinping ve en el torio una solución no solo para China, sino para el mundo entero. En el distrito minero de Bayan Obo, en Mongolia Interior, los desechos de cinco años podrían generar un millón de toneladas de torio, una cantidad capaz de alimentar incluso a los hogares estadounidenses durante mil años.
Este elemento, hasta 200 veces más potente que el uranio, según la Asociación Mundial Nuclear, se perfila como la gran apuesta de Beijing para alcanzar la independencia energética y combatir la crisis climática.
“Durante más de un siglo, las naciones han librado guerras por los combustibles fósiles, cuando la verdadera fuente de energía estaba justo debajo de nuestros pies”, afirmó un geólogo anónimo al South China Morning Post.
El estudio, liderado por Fan Honghai del Laboratorio Nacional Clave de Exploración y Minería de Recursos de Uranio y Teledetección Nuclear, identificó 233 zonas ricas en torio en China, distribuidas en cinco cinturones geológicos clave.
¿Qué es el torio?
En este punto, hay varias preguntas clave. La primera es de qué estamos hablando cuando hablamos de torio y la segunda es: ¿por qué es tan prometedor?
Para empezar a desandar el camino, vale decir que fue descubierto en 1828 por el químico sueco Jons Jakob Berzelius y es un metal plateado que abunda en rocas y suelos, es tres veces más común que el uranio.
Se trata de un elemento químico radiactivo, metálico y de color blanco plateado, que se encuentra en la tabla periódica con el símbolo Th y el número atómico 90. Es un metal ligeramente radiactivo y se puede usar como fuente de energía nuclear a través de un proceso llamado ciclo del combustible de torio.
El uso principal del torio es como potencial combustible nuclear alternativo al uranio en reactores nucleares. Se considera una opción más segura y eficiente que el uranio convencional, ya que produce menos residuos radiactivos de larga duración y es más difícil de convertir en armas nucleares.
Además del sector energético, el torio tiene aplicaciones en la industria aeroespacial debido a su alta resistencia y punto de fusión, en la fabricación de lentes de alta calidad para cámaras y equipos científicos, y en la producción de electrodos para soldadura de tungsteno.
El torio se extrae principalmente de minerales como la monacita, la torianita y la torita, a menudo como subproducto de la minería de tierras raras. La extracción comienza con la separación física del mineral que contiene torio de otros materiales mediante métodos gravitacionales o magnéticos. Luego, se emplean procesos químicos como la lixiviación ácida o alcalina para disolver el torio. Posteriormente, se somete a técnicas de separación para aislar el torio de otros elementos. Finalmente, el torio se precipita como hidróxido u oxalato y se calcina para obtener óxido de torio puro.
El procesamiento del torio para su uso en reactores nucleares implica la conversión del óxido en combustible, generalmente en forma de dióxido de torio (ThO2) o como parte de una mezcla con otros elementos como el uranio.
Entre el desafío global y la carrera en solitario
En este punto resulta clara la importancia del depósito de Bayan Obo; se instala como la mayor mina de tierras raras del mundo, ya que alberga más de un millón de toneladas de torio sin explotar.
No obstante, la extracción de este recurso enfrenta algunas dificultades. Y así llegamos a la tercera pregunta clave: ¿por qué no se explota? Imposible ensayar una respuesta sin mencionar la necesidad de emplear grandes cantidades de ácido y energía para su refinamiento.
Extraerlo de forma rentable requiere avances tecnológicos y grandes inversiones, obstáculos que han mantenido al mundo anclado en los combustibles fósiles y las fuentes renovables convencionales.
Sin embargo, China no parece detenerse. En 2024, aprobó la construcción de la primera planta de reactores de sal fundida de torio en el desierto de Gobi, con operaciones previstas para 2029. Este proyecto podría marcar un hito en la carrera por la energía limpia.
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