Patagonia

Fuego invisible: Acuerdo clave por mantos de carbón en Parques Nacionales de la Patagonia

Bajo el suelo de la Patagonia, en zona de Parques Nacionales, yace un tesoro geológico que también es una amenaza latente. ¿Qué secretos guardan los mantos de carbón de la cuenca de Ñirihuau?

La geología de la Patagonia es una ventana a la tumultuosa historia tectónica de Sudamérica, pero también presenta desafíos contemporáneos. Recientemente -en el marco de la Argentina Oil anda Gas 2025- la Secretaría de Minería de Río Negro y el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) firmaron un convenio para evaluar los riesgos geológicos asociados a los mantos carbonosos de la cuenca de Ñirihuau, ubicada en la zona cordillerana de la provincia, en el limite cib Chubut.

Este acuerdo busca caracterizar los riesgos que incluyen incendios subterráneos, emisión de gases e inestabilidad de suelos, que pueden impactar a comunidades, infraestructura y recursos naturales.

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El interés surgió a raíz de los incendios del verano anterior, que dejaron al descubierto pequeños mantos de carbón que permanecieron encendidos incluso después de la extinción del fuego principal, constituyendo un riesgo potencial clave a investigar.

El proyecto conjunto elaborará una cartografía de detalle para conocer la distribución y espesores de estos mantos y desarrollar herramientas de prevención y mitigación.

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Una formación carbón

Para comprender el origen de estos riesgos, es fundamental analizar la compleja historia geológica de la región. La cuenca de Ñirihuau, desarrollada en la faja plegada y corrida de la precordillera patagónica, entre los 42º y 42º10´ S, es una estructura clave. Su relleno está compuesto principalmente por facies sedimentarias y volcánicas de edad oligocena-miocena.

El estudio de la formación Ñirihuau, la unidad principal, revela un espesor aproximado de 2,000 metros y una compleja estratigrafía. Los geólogos identificaron once litotipos distintos, que se agrupan en cuatro miembros con características ambientales bien diferenciadas:

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  • Miembro 1: Se interpreta como un ambiente lacustre somero. Su composición es mayoritariamente clástica cuarzosa de grano fino. Es en este miembro donde se desarrollaron significativos niveles de carbón de extensión regional, el foco de los estudios de riesgo actuales.
  • Miembro 2: Muestra una importante participación volcaniclástica en un ambiente fluvio-lacustre. Contiene potentes bancos de coquinas de hasta 20 metros compuestas por pelecípodos de agua dulce.
  • Miembro 3: Interpretado como un ambiente lacustre somero interdigitado con un delta de tipo Gylbert, con una composición principalmente feldespática y cuarzosa.
  • Miembro 4: Con un espesor de unos 500 metros, presenta características de un ambiente fluvial con notables variaciones de energía y la presencia de bancos de ortoconglomerados en sus niveles superiores.

El origen de una cuenca

La característica más reveladora de la cuenca de Ñirihuau es que su relleno sedimentario es sincrónico con la deformación tectónica que levantó los Andes Patagónicos. La evidencia principal de este fenómeno son las discordancias progresivas observadas tanto en la Formación Ñirihuau como en la suprayacente Formación Collón Cura.

Estas discordancias, que muestran variaciones en la inclinación de los estratos (por ejemplo, de 6º a 30º en pocos metros en el Miembro 2, o de 40º a 80º en el Miembro 4), indican que la sedimentación ocurrió mientras el terreno se estaba plegando y levantando.

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Este proceso permite clasificar a Ñirihuau como una cuenca desarrollada en el tope de cuña (wedge-top) de un sistema de antepaís. La deformación fue generada por una cuña de basamento con vergencia este que, al propagarse, generó una faja de pliegues y corrimientos. El acortamiento total absorbido por este sector de la Precordillera Patagónica se ha cuantificado en 2.5 km.

La datación de estas formaciones sitúa esta fase de construcción orogénica entre los ~22 Ma (edad obtenida en los términos intermedios de la Formación Ñirihuau) y los ~15 Ma (edad basal de la Formación Collón Cura). Este marco temporal confirma que la cuenca no es una cuenca extensional, sino que su evolución está íntimamente ligada al avance del frente orogénico andino durante el Neógeno.

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