Vaca Muerta

Vaca Muerta se sostiene con más pozos y enfrenta el desafío de los costos

La producción de shale oil creció un 25% en febrero, pero el impulso proviene del aumento de perforaciones más que de mejoras de productividad. La advertencia de Gerold sobre el futuro del sector.

La producción de shale oil en Vaca Muerta alcanzó en febrero un nuevo récord de 441.748 barriles por día, según datos presentados por el consultor energético Daniel Gerold durante el tradicional almuerzo del Club del Petróleo, realizado el 15 de abril en la ciudad de Buenos Aires. El dato representa un incremento del 25,3% interanual y confirma la centralidad de Vaca Muerta en el cambio estructural de la balanza energética del país.

Durante su exposición, Gerold mostró una evolución de la producción no convencional desde enero de 2021 hasta fines de 2025, acompañada por la cantidad de pozos activos. En la primera etapa (2021 a mediados de 2023) el crecimiento en la producción estuvo impulsado principalmente por la mejora en la productividad individual de los pozos. Pero a partir del segundo semestre de 2023, el patrón cambia: el incremento de volumen se explica casi exclusivamente por el mayor número de perforaciones activas.

Solo en enero y febrero de este año se conectaron 78 nuevos pozos de shale, un 23,8% más que en el mismo período de 2024. Esta intensificación perforadora permitió compensar el freno en la productividad, pero también implica mayores exigencias en inversión, logística e infraestructura.

Costos, precios y márgenes

El contexto internacional no ayuda. En el último año el precio del petróleo cayó un 30% y desde el denominado “Liberation Day” del 2 de abril —un hito que marcó un giro pesimista en las expectativas del mercado— el descenso fue del 17%. “El menor ingreso obliga a eficientizar toda la cadena de valor”, advirtió Gerold.

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Vaca Muerta crece pese a los altos costos operativos.

Vaca Muerta crece pese a los altos costos operativos.

A esto se suma el impacto de la inflación local y el retraso cambiario. Mientras los costos dolarizados aumentaron un 11% en marzo, el precio de exportación del crudo se ubicó en torno a los 58-59 dólares por barril, muy por debajo de los niveles de equilibrio de muchos proyectos. En el mercado interno, el precio en pesos de los combustibles aumentó solo un 11% interanual, sin reflejar la inflación real.

Aunque el break-even operativo de Vaca Muerta sigue siendo más bajo que el del Permian estadounidense, la competitividad del sector depende ahora de su capacidad para reducir costos, coordinar infraestructura de transporte y procesamiento, y asegurar nuevas fuentes de financiamiento. “El capital generado y financiado es la otra parte del análisis”, advirtió Gerold.

Oportunidad y advertencia

El panorama ofrece luces y sombras. Por un lado, el sector energético argentino lideró las exportaciones netas en 2024, con un aumento del 44% en las ventas externas de petróleo y un aporte positivo de 5.670 millones de dólares en la balanza energética. Por otro, el crecimiento sostenido basado en una mayor cantidad de pozos, en lugar de mayor productividad, puede volverse insostenible si no se acompaña con eficiencia y planificación.

“La energía convencional no va a desaparecer del mapa. Pero hay que administrar bien los ciclos, con foco en resultados reales y concretos”, concluyó Gerold.

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