Política

La hoja de ruta en la turbulencia

El gobierno de Alberto Fernández afronta el desafío de desarrollar Vaca Muerta con una macroeconomía en rojo. Nielsen presidirá una YPF que tendrá un rol estratégico y Lanziani fue designado en la Secretaría de Energía.

Faltan un par de días para la asunción del nuevo gobierno nacional a cargo de Alberto Fernández. El velo del misterio se comenzó a correr con la designación de los principales referentes del sector energético: Sergio Lanziani quedó al frente de la Secretaría de Energía, en tanto que Guillermo Nielsen fue confirmado ayer para la presidencia de YPF, la mayor productora del país.

Si bien siguen siendo una incógnita los principales lineamientos que impulsará el albertismo, hay una suerte de hoja de ruta que será parte sustancial de los próximos meses para el sector petrolero.

A continuación, algunas de las principales metas y desafíos que abordará el gobierno entrante, si es que asumirá el desarrollo el shale como una forma de reactivar la economía y obtener parte de los dólares que el país necesitará en los próximos años.

El principal escollo es una variable de la macroeconomía: el cerrojo a la movilidad de divisas es algo que impide que vuelvan a entrar fondos a Vaca Muerta, que mantuvo un ritmo de inversiones de entre 4000 y 6000 millones de dólares en los últimos cuatro años.

El decreto 929/2013, que permitió ciertas garantías para girar utilidades a Chevron, socia de YPF en Loma Campana, parece ser un modelo a adaptar en la actual coyuntura, según creen algunas fuentes de la industria. Sin duda que esto requerirá de un trabajo en tándem de Energía, Economía y Producción, y acaso el organigrama de ministerios arroje alguna pista en esas articulaciones que serán necesarias en los próximos años.

Luego, las condiciones de mercado. El shale oil de Vaca Muerta no necesitó más que eso en los últimos dos años. A diferencia del gas, la curva de conocimiento, la disponibilidad de infraestructura de evacuación y el precio internacional del barril lo pusieron como una alternativa central ante el escenario del shale gas. Neuquén consiguió su mejor producción de crudo en una década de la mano de la expansión de los no convencionales, que hoy posibilitan contrarrestar el declino de sus campos maduros, que caen al 12% anual.

La no intervención en el precio del barril es hoy un estímulo suficiente para que las petroleras aceleren si hay condiciones macroeconómicas.

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El futuro de Vaca Muerta, el de largo plazo, está atado al gas. Pero se requieren nuevos mercados e infraestructura. Los tendidos que permitirán más acceso al consumo residencial y diversificar exportaciones al Cono Sur: Chile, Brasil, son países limítrofes que ya son un mercado y pueden serlo en el futuro. Pero para eso se necesita “hacer caños”. El gobierno nacional que termina el 10 de este mes extendió hasta marzo próximo la licitación del gasoducto a Salliqueló, que, una vez adjudicado, podría llevar unos dos años de construcción.

Es central comenzar esa obra, aunque la incógnita pasa por saber quién pondrá los dólares y qué condiciones económicas lo harían viable.

Las tarifas, en este sentido, son centrales en el esquema productivo que permitiría los desarrollos de gas. Un primer punto de partida: las productoras claman por saber qué significa “desdolarizar” las tarifas en un contexto en el que también la idea es incentivar la producción.

Su dilema pasa por saber cómo hará el nuevo gobierno para garantizar un marco que posibilite precios razonables para producir y que eso vaya en tándem con aquello que viene diciendo de garantizar valores que les permitan a los usuarios pagar sus facturas.

Hay, por otra parte, un frente judicial. Las compañías habían ido a la Justicia Federal para pedir la inconstitucionalidad del decreto de necesidad y urgencia 566, que frenó el precio del Brent. Otro tanto hizo el gobierno neuquino, con una causa que está en la Corte Suprema: el pedido de que esa norma no quedara en vigencia, algo que no obtuvo el aval judicial, y en un solo mes le hizo perder a Neuquén unos $600 millones en regalías.

El gobernador Omar Gutiérrez acaba de pedir públicamente al Congreso que la vicameral de DNU no avale con su aprobación la normativa, para sentar un precedente que rija para el futuro de Vaca Muerta.

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