El precio sostén como forma de atenuar la crisis
Los recursos que deja el petróleo, incluso con la baja de la demanda, son una apuesta de los gobiernos provinciales ante la propagación del coronavirus en el país.
POR FERNANDO CASTRO - [email protected]
Por ahora se hace esperar. El precio sostén para el barril petrolero dentro del país abroqueló a las provincias productoras, a las cámaras empresarias y a los gremios del sector, que lo ven como uno de los eslabones para contrarrestar, al menos en algo, los duros efectos de la crisis que impacta en el sector petrolero.
Fuentes del gobierno nacional y la industrian creen que la medida sería anunciada la próxima semana. Mientras las provincias se plantan en un barril en Argentina en torno a los 51 dólares, y un esquema de retenciones que tiendan a cero a medida que la cotización internacional suba, en el gobierno nacional piensan en un número den entre 46/48 dólares.
Como sea, lo cierto es que será un paliativo en medio de un contexto en el que la industria petrolera es una más entre los actores económicos de peso que fueron afectados por la pandemia del coronavirus.
De hecho, la discusión entre las empresas pasó en los últimos días por la distribución de los costos de ese precio entre la cadena de refinación y las empresas productoras, con empresas integradas que están en ambos sectores.
Así las cosas, el nuevo valor sería sobre todo para garantizarles recursos a las provincias productoras, en medio de la escalada del virus que ya les restará fondos por la baja en la producción.
En los próximos meses, necesitarán más fondos para afrontar un panorama por demás complicado: una baja en la recaudación producto de la parálisis económica tras el arribo de la pandemia al país, la menor actividad hidrocarburífera con impacto en toda la economía en provincias como Neuquén, y la necesidad de extender su margen de respuestas con sistemas de salud golpeados que se ponen ante una prueba que nunca antes atravesaron.
Cualquier lógica del beneficio que podría acarrear el valor interno del crudo, debería ser leída desde esa perspectiva. Nadie espera que por actualizar el barril argentino al del precio de la nafta que rige en los surtidores se mantendrá el nivel de actividad. En ese sentido es clara la señal que dan las empresas al buscar mercados y salir con exportaciones al mundo para no tener que frenar pozos en los campos de la Cuenca Neuquina con la demanda de naftas cayendo en torno al 70%.
El repunte del Brent esta semana, ayer cerró en torno a los 35 dólares con un salto importante por las negociaciones entre Rusia y Arabia Saudita en la OPEP+, es un leve bálsamo sin una referencia definida políticamente en el mercado interno.
En el diálogo que mantuvo con el presidente Alberto Fernández, el gobernador Omar Gutiérrez compartió sus impresiones acerca de las medidas que se tomaron para atenuar la curva de crecimiento de casos del coronavirus.
Luego de ese contexto que forma parte del principal foco de preocupaciones para las provincias, le expresó al presidente su posición sobre la situación del sector hidrocarburífero.
Las fuentes consultadas informaron que habló de la necesidad de contar con un precio interno por sobre el barril internacional, un nuevo esquema de retenciones, atado al valor del barril, algo que viene diciendo hace meses; y la liberación de excedentes de petróleo para exportación para descomprimir el derrumbe de la actividad.
Lo cierto es que todavía no hay nada definido sobre cuál será el número final para el barril argentino. Fuentes del gobierno nacional sostienen que el margen de precios sobre el que estarían trabajando se encuentra entre los 46 y 48 dólares para el crudo comercializado internamente.
Esa sería la señal de precios internos para evitar profundizar un contexto que ya puso en guardia al sector sindical, con miles de trabajadores en sus casas.
Los gremios petroleros esperan una convocatoria del Ministerio de Trabajo de la Nación para negociar cómo se hace para contener salarialmente a empleados que no están participando de las guardias mínimas, aquellas que garantizan la producción.
-> Aquel “barril criollo” de la anterior crisis
La última experiencia de un barril interno fue entre 2014 y 2016, con la caída de los precios del petróleo después de un largo periodo de valores muy altos. Cuando el precio era alto, Nación captaba renta con las retenciones; con la caída, las empresas pidieron la compensación. Así se creaba el original “barril criollo” para contribuir al sostenimiento de la actividad y el empleo en las cuencas Neuquina y del Golfo San Jorge hasta que pasó la tormenta.
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