Seguridad, el velo que se corrió con NAO
En 25 años, la industria tuvo más de 110 muertes. La aceleración de la actividad y los diagramas de trabajo vuelven al debate que nunca termina de frenar los accidentes fatales.
Las muertes en el incendio y la explosión de la refinería New American Oil (NAO) de Plaza Huincul aceleraron el debate pendiente en la industria sobre cómo evitar nuevas tragedias en medio del boom de Vaca Muerta. Esta vez, el accidente se salió de los estándares del upstream, donde los operarios en los yacimientos trabajan con altas presiones en las válvulas o en el proceso de la perforación. La Justicia neuquina investiga si hubo negligencia por parte de la empresa, como si el accidente se saliera de la mecánica del trabajo diario.
En lo que va en más de 25 años en la industria, hubo más de 110 muertes en el sector hidrocarburífero en todo el país, y de acuerdo con las estadísticas del Instituto Argentino el Petróleo y el Gas (IAPG), los picos más altos de muertes coinciden con una aceleración de la actividad en las cuencas. Es decir, el algoritmo es simple desde un punto de vista: más actividad, más personas en los pozos, mayor movimiento con la posibilidad de que los protocolos de prevención no funcionen de manera correcta.
Los especialistas en seguridad coinciden en que cada vez que se produce un aumento de la actividad hidrocarburífera, hay que poner especial atención en todos los procesos. Pero también en los diagramas de trabajo y descanso de los operarios, algo que viene reclamando el gremio.
Una parte de los accidentes se produce en los últimos dos días de los diagramas con un “trabajador cansado”, entre el 13 y el 14 o el 9 y el 10, entienden desde el gremio petrolero.
Pero el accidente en NAO corrió un velo para ver un problema del que poco se habla de manera explícita y que es el grado de inversión y mantenimiento que tienen las empresas operadoras, de servicios y también las pymes, para un mejor funcionamiento. El debate se da en un contexto de país donde casi no hay acceso al crédito y donde cada vez es más complejo conseguir divisas y acceder a las importaciones.
“Imaginate que algunas empresas ya no pueden comprar vehículos para hacer los recambios que te permiten en los yacimientos. Si partimos desde ahí, hay muchas dificultades y esto termina siendo perjudicial para la seguridad”, confió a +e un especialista en Seguridad Industrial, que conoce muy bien las estadísticas de accidentes y las alarmas que se encienden en Vaca Muerta cada vez que se produce una muerte.
El pico de muertes en el país relacionadas con la industria se produjo en 2006. Fallecieron 13 operarios en un año donde hubo un boom de la producción petrolera.
En Vaca Muerta, específicamente en 2018 -cuando se produjo uno de los boom- murieron seis operarios, pero solo en la Cuenca Neuquina. También con una producción más que importante en la provincia, en un año que marcó una etapa de llegada constante de inversiones.
Pero la “aceleración” de la actividad aún no alcanza a explicar la profundidad de por qué se producen las víctimas fatales. Los especialistas y académicos coinciden en que no es suficiente establecer una relación directa entre la cantidad de operarios que trabajan en la industria, el nivel de producción, el precio del crudo y el gas o la flexibilización de tareas por el nuevo convenio laboral de Vaca Muerta.
Un ejemplo: en casi 20 años se duplicó la cantidad de trabajadores petroleros en los yacimientos, con altas y bajas en todo el período. En 1999 había 52.319 personas registradas en la actividad, mientras que en 2017 hubo 90.077 operarios. El pico se registró en 2016, con 103.547 trabajadores.
El riesgo de muertes en la industria petrolera es alto. Se trabaja con presiones, vehículos pesados y herramientas que tienen un protocolo de seguridad para utilizarlas.
En su momento, el gremio petrolero habló de “humanizar el trabajo”, para dejar atrás etapas en las que se producían mucho las muertes en la industria, en la década de los 70, con el petróleo convencional. Una época en la que no había redes, controles estrictos ni protocolos. Hoy, con todo el andamiaje, nadie parece encontrarles la vuelta a las tragedias del sector.
El gremio pide un stop y revisar los protocolos
Marcelo Rucci, secretario general de Petroleros Privados, tuvo que impulsar un paro de actividades, al menos hasta que surjan acciones concretas para mejorar la seguridad de la convocatoria con las operadoras para la semana pasada. El sindicalista recordó que desde 2018 ya fallecieron 15 trabajadores de la industria hidrocarburífera en accidentes.
El incendio en la refinería de NAO puso nuevamente en debate los estándares de seguridad de la industria y las inspecciones para monitorear el cumplimiento de los protocolos. El referente sindical apuntó a la necesidad de tener criterios en común y reforzar las tareas destinadas a la prevención y la seguridad.
“Hartos de no tener respuesta. Hemos transitado todos los caminos para poder llevar adelante un plan de seguridad integrada con las empresas, todo ha sido dilataciones, todo ha sido encuentros que no han traído o no han solucionado absolutamente nada. Han mandado a las reuniones de seguridad, personas de tercera, cuarta línea, que no resuelven ni toman decisiones de nada. Y cuando uno les pregunta qué van a hacer, dicen que de arriba no deciden”, sostuvo.
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