La seguridad de la industria petrolera, bajo la lupa
El fallecimiento del operario en un accidente en Río Negro reabrió el debate. El miércoles habrá una reunión de gremios y empresas en Neuquén.
El accidente y la muerte del operario de la empresa Rakiduamn puso en el foco de discusión la metodología de los contratos que tienen las operadoras con las empresas de servicios de Vaca Muerta. El mundo del negocio cambió y la industria necesita respuestas rápidas para una producción hidrocarburífera en alza, un fenómeno que, para el gremio petrolero, puede propiciar un escenario favorable a los errores y accidentes.
La ecuación, más allá de los estudios y reglamentaciones, es más simple para el gremio: a mayor producción, actividad y tiempo de trabajo, más probabilidades de escenarios de riesgo, a menos que haya un seguimiento real con capacitación llevada al terreno.
“Un trabajador está durmiendo a las dos de la mañana y lo llaman por una válvula; no sabe en qué condiciones está el problema, ni el check list, ni lo materiales, ni conoce las instalaciones. ¿Entonces cómo no van a pasar estos temas que ya los venimos diciendo?”, afirmó a +e Marcelo Rucci, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa.
La muerte de Víctor Vásquez, de 32 años, en un yacimiento de YPF de Río Negro (una más de las más de 100 que hubo en el país en 20 años) activó el Comité Mixto de Seguridad e Higiene, un esquema de trabajo que en la pandemia había quedado en el olvido.
La reunión está prevista para este miércoles en Neuquén con representantes de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales (CEOPE) y el gremio petrolero. No solo habrá un encuentro sino una salida “a campo” para señalar algunos aspectos a corregir en la seguridad dentro de los yacimientos.
Rucci hizo hincapié en la nueva forma de trabajo que tiene la industria a partir del shale, donde pese a los altos estándares de calidad que presentan algunas compañías, hay no logran contratos directos. Y en ese sentido, apuntó sobre los contratos “on call” que tienen muchas compañías de servicios con las operadoras, que son ni más ni menos que contrataciones por trabajo específicos “a demanda” y aislados.
Durante estos años, muchas empresas neuquinas altamente calificadas han tenido esta relación con las principales operadoras. Y conseguir un contrato de uno o dos años (que implica un plan de trabajo específico) cada vez es más difícil en el sector.
El sindicato cree que tiene que haber más personas por turnos, mejorar los diagramas de descanso y que las contratistas puedan tener un plan de trabajo y chequeo previo en las instalaciones. Implica que eso no se logra con contrataciones esporádicas.
“Creo que hay gente muy apurada en cumplir con la producción y las reglas de oro, como les dicen. Pero se está trabajando con mucha presión de gas, con desgaste de los materiales, corrosión, hay un montón de cosas a tener en cuenta”, comentó Rucci.
El sindicalista dijo que las operadoras tienen un manual de procedimiento en materia de seguridad e higiene pero que los planes se dibujan “en la teoría”. “En la práctica es muy diferente, hay cosas muy importantes que no se cumplen. Si se hubiese cumplido con todo el procedimiento, no habría sucedido esta muerte”, agregó.
La muerte de Víctor Vásquez (quien cumplía su último día de diagrama en un pozo nuevo en el yacimiento Río Neuquén en Barda del Medio), pese a la investigación y la demanda que pesa sobre YPF y Rakiduamn, desnuda un escenario del que se habla en el gremio: menos personas por turnos, poco seguimiento en los procesos y el apuro empresarial por retomar la actividad sin parar la producción.
“Antes había más seguimiento, se tomaban más recaudos porque los trabajadores estaban siempre con los fierros. Ahora te mandan a lugares que ni conocés”, describió Rucci.
Las muertes en el petróleo tienen un correlato con el aumento de la producción y la cantidad de personas en los yacimientos, de manera contradictoria al planteo gremial.
El pico de fallecimientos, según las estadísticas del Instituto Argentino del Gas Petróleo (IAPG), fue en 2006 con 13 muertes en todo el país, coincidente con una crecida en la producción petrolera. Además, en casi 20 años se duplicó la cantidad de trabajadores petroleros en los yacimientos, con altas y bajas en todo el período.
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