Inversores piden que se endurezca la contabilidad climática
Los inversores que gestionan más de 2,5 billones de dólares reclaman a los gobiernos que obliguen a las empresas y a los auditores a presentar cuentas financieras alineadas con el objetivo mundial de emisiones netas cero.
Por Simon Jessop
LONDRES (Reuters) - Los inversores que gestionan más de 2,5 billones de dólares han pedido a los Gobiernos que obliguen a las empresas y a los auditores a presentar cuentas financieras alineadas con el objetivo mundial de emisiones netas cero, según una carta vista por Reuters.
El grupo, que se dirigió al zar del clima del Reino Unido, Alok Sharma, en vísperas de la próxima ronda de negociaciones mundiales sobre el clima que se celebrará en Glasgow en noviembre, afirmó que era crucial hacerlo para aclarar el impacto financiero del cambio climático y ofrecer un incentivo para invertir en consecuencia.
En la carta del 14 de septiembre, el grupo de inversores afirma que los Gobiernos deben exigir a las empresas que aclaren las consecuencias financieras de una trayectoria de cero emisiones y que los auditores señalen los casos en que las empresas no lo hayan hecho.
La carta es consecuencia de un estudio reciente realizado por Carbon Tracker y el Proyecto de Contabilidad del Clima, según el cual más del 70% de las empresas más emisoras del mundo no revelaron todos los riesgos en sus informes para 2020, y el 80% de las auditorías no mostraron ninguna prueba de que se hubiera evaluado el riesgo.
"La mayoría (de las empresas) siguen utilizando hipótesis que presuponen una descarbonización escasa o nula y, por lo tanto, presentan resultados financieros basados en el incumplimiento de los compromisos asumidos por los Gobiernos y, en algunos casos, de los objetivos legales", afirma la carta.
La oficina de Sharma no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
La próxima conferencia sobre el clima, denominada COP26, se considera la más importante desde que los Gobiernos alcanzaron un acuerdo para limitar el calentamiento global en París en 2015, y ahora se pide a todas las partes que intensifiquen sus esfuerzos.
El organismo de control auditor británico ya ha advertido a las empresas y a los auditores para que hagan un trabajo mejor, mientras que los organismos mundiales de normalización contable y de auditoría han reafirmado la necesidad de evaluar los riesgos materiales, que pueden incluir el riesgo climático.
A pesar de que organismos de inversión que representan 100 billones de dólares en activos pidieron en septiembre unas cuentas en línea con los objetivos acordados en París, la inacción de las empresas y los auditores significaba que era necesaria la acción de los Gobiernos, dijo el grupo de inversores.
"Si optamos por esperar a que las empresas respondan a la presión de los inversores, podrían pasar años hasta que se obtengan las cifras que necesitamos para invertir de forma afín a los objetivos de París", señala la carta de los inversores.
Entre los firmantes de la carta se encuentran un organismo que representa a las pensiones de los gobiernos locales británicos, el plan de pensiones sueco AP2 e inversores como Sarasin & Partners, que ha coordinado la carta y un documento de posición que la acompaña, así como Candriam y Federated Hermes.
Para países como Reino Unido, que han convertido en una obligación legal alcanzar las emisiones netas cero, cambiar la legislación sobre contabilidad y auditoría sería "totalmente coherente" con otros esfuerzos gubernamentales, dijo el grupo de inversores.
Es mucho lo que está en juego. Compañías como BP se desprendieron de miles de millones de dólares el año pasado tras rebajar las hipótesis sobre el precio del petróleo a largo plazo. Sin una contabilidad adecuada, el dinero necesario para financiar la transición a una economía baja en carbono podría acabar en el lugar equivocado
"Las cuentas que omiten los impactos climáticos materiales desinforman a los ejecutivos, accionistas y acreedores y, por lo tanto, dan lugar a un capital mal dirigido", dijo el grupo de inversores.
(Información adicional de Nina Chestney; edición de Greg Roumeliotis y Philippa Fletcher, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdask)
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