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Renovables: la apuesta a crecer en la turbulencia macro

  Sin los contratos en dólares de CAMMESA y sin nueva infraestructura, las empresas apuntan a la generación distribuida y grandes usuarios.

El financiamiento y la reducida capacidad de despacho en las redes de transmisión ponen tope hoy al desarrollo de proyectos de generación de energía de fuentes renovables. El sector advirtió sobre estas variables incluso antes del Covid-19; ya a tres meses de fin de año y lejos de avizorar una solución, la ausencia de políticas que promuevan el cumplimiento de la Ley 27.191 de fomento para el uso de renovables -que dispone que en 2025 alcancen un 20%de la matriz energética nacional- las profundiza.

En rigor, todo está atravesado por la variable financiera ya que se requieren también inversiones para poder ampliar la capacidad de transporte a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) desde los centros eólicos y solares más competitivos, sobre todo desde los lugares donde mayor recurso hay.

Esta condición abarca a todas las formas de generación energética, aunque en el caso de la eólica es mayor porque se observan importantes restricciones en las zonas de mayor recurso eólico, como en la región de la Patagonia, en la provincia de Buenos Aires y el Comahue.

“Las barreras son dos: la limitación en la red para los grandes parques de generación de renovables y el financiamiento. La Argentina está virtualmente afuera del mercado de capitales y nadie invierte en el país en este momento, ni argentinos ni extranjeros”, señaló a +e el presidente del Comité de Energía Solar Fotovoltaica de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) y directivo de la firma Aldar, Marcelo Álvarez.

“Ahora, en cuanto a la capacidad de transporte se puede hacer un montón de cosas con los proyectos de las primeras rondas de RenovAr que se caen por problemas financieros y no se ejecutan. Eso se puede reasignar para nuevas fuentes de energías renovables que con otros mecanismos sí se pongan en marcha. Hay opciones”, agregó el especialista en referencia a los proyectos que incumplieron hitos exigidos en contratos adjudicados en las rondas licitatorias que ofreció la gestión de Mauricio Macri.

Según cifras de CAMMESA son 2.000 MW que no mostraron signos de construcción y están obstaculizando las líneas de alta tensión para nuevos emprendimientos.

Desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández, referentes de la industrias de las energías limpias buscaron sin éxito espacios para promover las tecnologías que desarrollan en la Argentina.

La única definición que tuvo el Gobierno nacional hasta hoy sobre el sector fue que CAMMESA no iba a aceptar más contratos en dólares, como se hizo en el gobierno anterior.

No obstante, esa medida no es parte de ningún plan ni tampoco ofrece alguna promoción nueva para contratos privados, solo responde a una imposibilidad con la que se chocó la actual administración.

“No veo hoy ni a CAMMESA ni a la Secretaría de Energía lanzando programas del tipo RenovAr. La Argentina va a terminar 2020 con 42 GW de potencia instalada completa del mercado eléctrico para una demanda que en su mejor momento habrá alcanzado un pico de 27. Un programa que incorpore mayor cantidad de energía no parecería ni urgente ni necesario”, advirtió el vicepresidente de la Cámara Eólica Argentina (CEA) y CEO de Genneia, Walter Lanosa, en la Cumbre Eólica Latam 2020 organizada por el portal Energía Estratégica.

Las condiciones macroeconómicas hacen bastante difícil hablar de inversiones. Además hay que saber que las tarifas energéticas en la Argentina están congeladas, habrá que esperar qué pasa con eso. Cuando uno congela tarifas en pesos y las inversiones se hacen en dólares, proyectar cuánto y en qué momento se puede seguir avanzando en desarrollos de energías renovables va a estar un poco demorado”, evaluó.

En tanto, mientras el flamante secretario de Energía de la Nación, el neuquino Darío Martínez, reorganiza la cartera -que además de tener que acomodarse por el cambio de cabeza conductora también deberá adaptarse a la mudanza de Ministerio, ya que pasó de depender de Desarrollo Productivo al de Economía-, el sector de las renovables, que al menos hasta hoy no tuvo en ese ámbito una definición política clara maneja este recuento: sabe que no habrá más RenoVar, que no va a haber más financiamiento ni más infraestructura de red por lo menos en lo inmediato, además de que no habrá más contratos en dólares desde CAMMESA.

Desde el gobierno nacional, por caso, confían en que hay una oportunidad para alcanzar la meta planteada en la normativa para 2025 con la energía que se pueda llegar a agregar a partir del desarrollo de nuevos proyectos enmarcados en la Ley 27.424 de Generación Distribuida y en los contratos denominados MATER (Mercado a Término de Energías Renovables), que es la alternativa para los grandes usuarios que quieren cubrir su cuota de energía renovable por medio de contratos privados. Pero, por el momento, no hay planes que apuntalen esa dirección.

Para la modalidad de Generación Distribuida, por ejemplo Brasil tiene 3000 MW instalados y nosotros tenemos 2 MW. Hay mucho para hacer. Para más datos, la mitad de la potencia instalada que tiene Brasil en total es en Distribuida. No hay por qué limitar renovables a contratos en dólares con CAMMESA sino que se pueden hacer muchas otras cosas, todavía hay muchas opciones”, sostuvo Álvarez, quien asimismo calculó que para mediano plazo se podría empezar a trabajar en una “integración eléctrica latinoamericana para la compra y venta de energía eléctrica, ampliando la zona horaria a la latinoamericana de seis husos horarios”.

Por su parte, Lanosa consideró que el futuro de nueva potencia instalada en la Argentina “seguramente se vaya a dar por el canal de negociaciones que se pueda tener con grandes usuarios privados que, por razones de competitividad y responsabilidad empresarial, requieren tener desarrollo de energías renovables”.

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