Parches para Vaca Muerta en medio de la transición a octubre
Escribe Fernando Castro - Editor +e
El gobierno nacional trata de salir de su propia encerrona en la industria petrolera. La autorización de un nuevo aumento de las naftas y ese otro salto para el techo interno del Brent tiene algo de intento de recomponer un escenario luego de la decisión que paralizó la industria en un solo paso. En el origen, es decir, antes del Decreto 566, está esa escena de la devaluación de la moneda en un 20 por ciento en un solo día. Algo así como verle la cara al monstruo. Lo siguiente, según esa explicación, fue echar manos a un freno en los precios de insumos básicos vía naftas y el congelamiento del barril. Es lo primero que dijo Gustavo Lopetegui cuando explicó lo que para muchos sigue siendo inexplicable. No está del todo claro el poder de daño de ese DNU, que además de frenar el principal proyecto energético del país, también provocó encontronazos entre las empresas integradas y las que son solo productoras de petróleo.
Desde esa norma fatídica, lo cierto es que el gobierno nacional parece haber tratado de buscarle la vuelta a una suerte de callejón sin salida. Sobre todo esta semana, en un momento en el que también quiso otorgar un subsidio a las productoras y a las provincias con áreas petroleras, para ir compensando la diferencia entre el dólar oficial y el permitido para la cotización del barril del petróleo.
Lo cierto es que no tuvo éxito en ese primer intento. Hubo dos variables que le conspiraron en contra. Una es interna y la otra, de neto corte internacional (está claro que a la suerte hay que acompañarla).
El requisito de tener que retirar demandas judiciales para recibir el beneficio se dio de frente con rotundas negativas de las voces más cantantes en todo este conflicto: la del gobierno neuquino y la de Vista Oil & Gas, la empresa presidida por Miguel Galuccio que tuvo la buena nueva de un préstamo de 300 millones de dólares desde Estados Unidos, en medio de la crisis, como si a todo esto le faltaran más puntas para seguir analizando.
Y lo otro, acaso central, los drones y los bombardeos en las refinerías de Aramco, en Arabia Saudita, la empresa que produce una tajada importante de todo el petróleo del mundo. Como un relámpago, el ataque se trasladó a los precios, por lo que se amplió la brecha del petróleo en el mundo respecto del precio local, y sumó más evidencias para el cálculo de todo lo que estaban perdiendo las compañías que operan en Vaca Muerta.
El miércoles, mientras autorizaba el aumento, Nación también se sacó de encima el lastre de un subsidio no querido por casi nadie y que no movía la aguja de forma central, y al mismo tiempo dio otro paso camino de ir generando una salida para ese problema que, como se dice más arriba, se autogeneró.
Todo esto en medio de un incremento de precios en las góndolas de los supermercados, que medio que le saca la lengua al DNU cuya razón de ser fue el no traslado de una suba de precios a la canasta básica, algo que quizás sea más notorio el mes que viene. Casi como nota al pie: consultores de los más serios que se puedan encontrar ponen en duda el grado de incidencia de las naftas en la cadena alimenticia, al margen de un sistema de transporte que funciona en buena medida a gasoil para el traslado de mercaderías.
Como telón de fondo, el tema no menor de la transición hacia octubre, en cuyo comienzo, ni más ni menos, está el contundente resultado de las PASO y la suerte -algunos dicen- echada de un gobierno y las preguntas sobre qué es lo que vendrá.
Lo cierto es que tampoco hay nada tan claro: excepto más de lo mismo que aquello que ya en junio pasado Guillermo Nielsen, en el Precoloquio de Idea, lanzó para casi en simultáneo despertar las críticas de Lopetegui desde el mismo escenario: “A lo mejor probar con capitalismo no vendría mal”, le había dicho el secretario de Energía al economista cercano a Alberto Fernández, que se deshacía en fundamentos sobre las prerrogativas fiscales e impositivas que Argentina debiera ofrecer a inversores para ponerlos en igualdad de condiciones que en Permian. Eran (hace tan poco) otros tiempos. El 4% de incremento a los combustibles, también, les viene a tirar algo de alivio a todas las productoras en general, si bien queda camino por transitar. Es un paso para seguir descomprimiendo parte de esa incertidumbre política.
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