vaca muerta

El mantra de Gutiérrez y Massa: "Precio, plazo y divisas"

Por fuera de la ley petrolera, el contexto central lo debería dar una política de precios internos acertada. Esa es la verdadera señal que esperan las petroleras.

POR FERNANDO CASTRO - Editor +e

El gobierno neuquino sigue con una campaña casi evangelizadora en los despachos oficiales. Es, en rigor, una postura que sostiene hace meses. En sus primeros acercamientos con el albertismo, midió parte del futuro y trató de explicar aspectos centrales de cómo podría funcionar el shale argentino como motor para traccionar la economía. Era una forma de plantear ese contexto y también de saber con lo que se iba a encontrar luego de años en que una gestión nacional primero había dado impulso a la producción, buscó y consiguió las buenas noticias que otros sectores de la economía no le daban, para terminar protagonizando una salida que golpeó duramente a la industria.

Para Gutiérrez, y para ese fenómeno cultural que también es el MPN, llegó el momento de redefinir el cuadro de situación con un gobierno de signo político totalmente diferente al que hasta hace meses estaba en La Rosada. Una coalición peronista de varios frentes internos. Esto también implicó una variable adicional dentro de la política provincial. Una en la que los referentes de La Rosada en Neuquén se convierten en actores de un mayor peso. Uno de ellos es el diputado nacional Darío Martínez, que conducirá la comisión de Energía en Diputados, disputando la agenda petrolera con un gobierno, como el provincial, que hasta hace casi nada la administraba casi con exclusividad.

El paso de los meses y las dilaciones sobre las cuestiones de fondo para el sector energético, producto de la coyuntura macroeconómica, son para el gobierno provincial una suerte de recordatorio constante. Neuquén viene diciendo en cada despacho oficial de Nación que hay tres condiciones para el desarrollo petrolero, ya no solo de Vaca Muerta, en los próximos años.

Una de ellas es el plazo de las concesiones. Esto está garantizado por la denominada ley corta, que dejó en manos de las provincias la potestad inalienable de los recursos hidrocarburíferos. Neuquén decidió otorgar concesiones no convencionales por 35 años.

Lo otro que viene planteando el gobierno neuquino es la necesidad de un instrumento financiero que permita a las empresas petroleras girar al exterior utilidades y dividendos. Desde septiembre pasado, esto había sido vedado con las restricciones anunciadas por el ex ministro de Hacienda Hernán Lacunza, en medio de la disparada del dólar durante la transición política del fin del mandato anterior.

Lo cierto es que hubo una flexibilización de ese contexto: la comunicación 6869 del Banco Central de la República Argentina del 16 de enero pasado autorizó a las empresas a girar hasta el 30% del capital que inviertan. Es la era del cepo light, que les da otra señal a las compañías que miran de reojo las condiciones macroeconómicas argentinas y las negociaciones con el FMI. Este nuevo marco se emitió casi en simultáneo con la reunión que mantuvieron ese día el presidente Alberto Fernández y las petroleras.

El precio interno de los hidrocarburos es el tercer elemento que plantea Neuquén en los despachos oficiales. Desde su óptica, es el principal problema a resolver, si lo que se busca es generar un proceso de inversiones que pueda capitalizar los miles de barriles que hay para ir a buscar no solo en Vaca Muerta, ahora que el gobierno nacional amplía la mirada hacia otras cuencas productoras.

Y fue parte de lo que hablaron el gobernador neuquino y Sergio Massa junto a Alma Sapag, diputada nacional hermana de Jorge, el ex gobernador al que el ex intendente de Tigre describió como “el político argentino que más sabe de la industria petrolera”. En la previa de la discusión por la ley petrolera en el Congreso, la cumbre y la foto de los tres permite un par de lecturas adicionales a la suerte de coincidencia que parece plasmar.

Está claro que Neuquén no se quiere llevar sorpresas con una ley de la que solo conoce el trazo grueso.

Es cierto, Gutiérrez se reunió y habla con Fernández, Kulfas y Nielsen. Pero tan cierto como eso es que la ley guardada “bajo siete llaves” sigue siendo una incógnita, al margen de las buenas intenciones y el contexto general que se explicitan funcionarios nacionales.

El gobierno neuquino se muestra expresando estas condiciones necesarias con uno de los articuladores principales del Frente de Todos y parte de la coalición peronista cruzada subyacida por disidencias. ¿Serán parte de diferentes visiones en torno a una ley para el sector?

Gutiérrez, en ese encuentro con Massa, también les marca un poco la cancha a sus pares peronistas de Neuquén y afianza canales de comunicación con otros sectores del peronismo. Ayer, el gobernador, dijo: “Vamos a tratar de que se haga la mejor ley petrolera”. Está claro que lo que sigue mandando es el tránsito hacia un posible acuerdo con el FMI. Mientras tanto, Neuquén se encarga de decir que lo que en rigor se necesita son condiciones de mercado. Algo que le explicó a Massa, en la recta final hacia el debate de la ley petrolera.

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