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Las renovables esperan definiciones sobre proyectos frenados

La Cámara Eólica Argentina presentó una propuesta a CAMMESA y al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo para que los proyectos para desarrollos renovables que estén detenidos y que no tienen ninguna posibilidad de ejecución sean removidos.

Para la Cámara Eólica Argentina (CEA), el gran obstáculo que hoy tiene el sector está en los proyectos adjudicados en las rondas RenovAr que no han tenido ningún avance ni tienen la intención de llevarse a cabo, ya que obstaculizan la capacidad de transporte para otros que sí podrían avanzar.

Esa preocupación la comparten con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) y con el Gobierno nacional. “La idea de las autoridades es asignarle prioridad al tema porque si se soluciona, al dejar liberada la capacidad de transporte y de despacho, se abre la posibilidad de generar algún proyecto nuevo, con financiación propia, algo local. Estamos en esa instancia”, señaló a +e el gerente general de la CEA, Héctor Ruíz Moreno.

La entidad que representa un 75% de las empresas vinculadas a la generación eólica del país presentó una propuesta a CAMMESA sobre cómo lidiar con estos temas, a fin de que esos proyectos detenidos y que no tienen ninguna posibilidad de ejecución, sean removidos. “En la Cámara elaboramos una propuesta a pedido de CAMMESA, y luego también tuvimos oportunidad de hablarlo con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, a quien le enviamos el documento la semana pasada”, indicó Ruíz Moreno.

Lo que resulta más complicado para avanzar sobre la desarticulación de esos proyectos que no se han iniciado es el temor a que se genere una judicialización generalizada. Tienen condiciones de garantía, de ejecución y de obra, a las que los adjudicatarios podrían apelar para presentar una medida cautelar o un amparo. Si se desprende un escenario de este tipo, lejos de agilizar o motivar nuevos proyectos, el panorama de desarrollo sin dudas empeoraría.

“La autoridad nacional, y también CAMMESA, ya han actuado y han otorgado varios plazos que se fueron planteando para quienes tienen a su cargo proyectos que no se han iniciado. En la CEA nos parece que no es solo una cuestión de plazos sino de decisiones y de negociación. Y además del plazo y la negociación, plateamos que se podría pensar en alguna chance para que la salida de esos proyectos no le sea a quienes están a cargo tan onerosa”, detalló Ruíz Moreno. “Todo esto tiene sus dificultades para implementarse, porque hay contratos de por medio, hay responsabilidades en el ámbito público también, la desarticulación de eso o la puesta en marcha de esa liberación es complicada”, evaluó.

En total, en el país están operando unos 45 parques eólicos, mientras que los proyectados o en construcción son poco más de 20. Entre esos 20, los que, aunque con demoras sí están en desarrollo, sumarían entre 500 y 1000 MW; en tanto, entre 5 y 10 proyectos no han mostrado ningún tipo de avance.

En algunos casos, los retrasos en gran medida se explican por todo el contexto mundial de la pandemia. En esos casos, se considera que esos proyectos siguen en construcción, aunque no han cumplido con las fechas establecidas. En otros casos, se advierte claramente que no han tenido ningún tipo de avance.

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Argentina tiene un enorme potencia en las renovables. Las empresas empiezan a aprovecharlo.

Argentina tiene un enorme potencia en las renovables. Las empresas empiezan a aprovecharlo.

Vientos Neuquinos es el proyecto de energía eólica que está en Bajada Colorada. Su producción está dentro del programa MATER.

“Aquellos proyectos que ya estaban lanzados, que estaban por encima de un 70% de ejecución, se han ido terminando, como el caso de la empresa Geneia o la firma Goldwind. Los proyectos que no tenían rango de ejecución o que no mostraban ningún tipo de iniciación, siguen exactamente igual y constituyen sin ninguna duda un problema para el sector. Porque obstaculizan o retienen capacidad de transporte, que si estuviese liberada probablemente empresas locales estarían interesadas en desarrollar algún proyecto para los grandes usuarios, que es lo que se denomina MATER, que son las siglas de Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable”, explicó el titular de CEA. “A los contratos MATER es a donde se van a apuntar las próximas decisiones de inversión en el sector. Van a estar enfiladas a los contratos corporativos, es decir entre un generador y un gran usuario”, estimó el directivo.

Con los MATER, los grandes usuarios ya contaban con un instrumento ideado como la alternativa para cubrir su cuota de energía renovable por medio de contratos privados. Se agrega ahora un estímulo mayor: la variable del costo. El aumento de tarifas eléctrica para los grandes usuarios conectados a las redes de distribución (industrias y comercios identificadas con el acrónimo GUDI's), aparece en ese sentido como una veta para motorizar el segmento de las energías renovables.

La pregunta que se plantea en esta instancia es si los contrataos MATER lograrán cumplir con las disposiciones de la Ley 27.191 de Fomento para el Uso de Fuentes Renovables para la Generación, que dice que para el año 2025 tendríamos que incorporar 10.000 MW de energías alternativas a las de origen fósil a la red eléctrica, con el objetivo de completar un 20% de la matriz energética argentina.

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