GNL

El clima ayuda al Gobierno y contiene la demanda de GNL

Las altas temperaturas de julio hicieron que la demanda de gas muestre una fuerte caída interanual y que el retraso del llenado del GNK no genere problemas.

La inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner se anunció para el 20 de junio, cuando se finalizaron las obras sobre el caño, se terminó celebrando el 9 de julio y se espera que recién esté en funcionamiento en estos días. El retraso no es significativo por la magnitud de la obra, pero de haber tenido un invierno frío, hubiera implicado tener que reforzar las importaciones de GNL o combustibles líquidos, en un momento en el que las reservas del Banco Central se encuentran en mínimos históricos.

Por el contrario, el clima jugó a favor del Gobierno y redujo la demanda de gas, evitando estas complicaciones. Según los informes de la consultora Economía & Energía, en la primera semana de julio el consumo de gas cayó un 6% interanual, en la segunda la merma fue del 1,6% y en la tercera semana se registró el mayor desplome con un retroceso del 7,6% a partir del veranito que se vivió el último fin de semana.

De este modo, la demanda de gas apenas superó los 140 millones de metros cúbicos diarios, lejos de los 150 a 160 millones de metros cúbicos diarios con los que acostumbra operar el sistema durante la temporada invernal.

El fenómeno ya había sido anticipado por el Servicio Meteorológico Nacional que, a principios de junio, publicó su reporte trimestral donde proyectó “temperaturas superiores a las normales” en la mayoría del país.

Particularmente, en el litoral, este de Buenos Aires, región del NOA y Cuyo; y “normal o superior a la normal” en Córdoba, oeste de Santa Fe, oeste de Buenos Aires y La Pampa. Es decir, en los principales centros urbanos de consumo de gas natural residencial.

Dada la característica estacional de la demanda argentina, el factor climático es el driver principal que determina las necesidades de importaciones del sistema. Mientras que en muchos países con mayor participación de demanda industrial, el consumo de gas se mantiene constante, en nuestro país, el gran peso que tiene el sector residencian en el mercado gasífero hace que se duplique su consumo entre el verano y el invierno.

Al reducirse este fenómeno, se necesitan menos importaciones de GNL y de combustibles líquidos como el gasoil y el fueloil que suelen abastecer al parque termoeléctrico cuando el sistema se encuentra estresado por faltante de gas natural. Algo muy recurrente durante los tres meses más fríos del año.

Al mismo tiempo, la mejora de las precipitaciones no sólo está beneficiando al campo luego de una dura sequía, sino que también alivia las necesidades de combustibles fósiles al permitir una mayor generación hidroeléctrica, evitando que entre en operación las centrales térmicas más ineficientes que encarecen los costos del sistema y, por lo tanto, disparan los subsidios energéticos para cubrir este diferencial.

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