Navitas Petroleum acelera un megaproyecto offshore en Malvinas
Navitas confirmó la FID de Sea Lion y destinará 1.170 millones de dólares a la Fase 1 del mayor proyecto offshore de las Malvinas.
Navitas Petroleum, empresa de capitales israelíes, aprobó la decisión final de inversión (FID) para desarrollar Sea Lion, el principal proyecto offshore de las Islas Malvinas y uno de los descubrimientos de petróleo sin desarrollar más grandes del mundo.
La compañía formalizó este miércoles el anuncio mediante un reporte inmediato ante la Bolsa de Tel Aviv (TASE), donde informó que movilizará más de US$1.170 millones para ejecutar la primera fase del desarrollo. Sea Lion, descubierto en 2010 en el North Falkland Basin y ubicado 220 kilómetros al norte del archipiélago, contiene un estimado de 819 millones de barriles de petróleo.
La Fase 1 apunta a recuperar 170 millones de barriles, con una producción máxima proyectada cercana a los 50.000 barriles por día y un primer petróleo previsto para 2028, mediante un FPSO que Navitas comenzará a instalar en 2027.
El costo total de la Fase 1 asciende a US$1.800 millones. Navitas, operadora y titular del 65%, aportará US$1.170 millones, mientras que Rockhopper Exploration, dueña del 35%, financiará la porción restante. Navitas informó ante el TASE que su compañía de proyecto (NPDP) ya cerró acuerdos de financiamiento bancario por US$650 millones, parte de un paquete de deuda senior que podría superar los US$1.000 millones.
En tanto, Rockhopper estimó un requerimiento neto de capital de alrededor de US$112 millones, con el resto cubierto por financiamiento estructurado y flujos posteriores al inicio de producción.
El impacto en Malvinas
El avance del proyecto tiene un impacto económico sin precedentes para las Malvinas. Estudios técnicos estiman que Sea Lion podría aportar más de US$10.000 millones al PIB a lo largo de su vida útil y generar alrededor de US$3.750 millones en ingresos fiscales. Estas cifras representan un punto de inflexión para un territorio cuya economía se apoya principalmente en la pesca, la cría de ovejas y el turismo.
La renta del proyecto, según estimaciones locales, podría traducirse en beneficios extraordinarios para la población, compuesta por apenas 3.500 habitantes.
El FID consolida la estrategia de Navitas, una compañía israelí enfocada en transformar grandes descubrimientos sin desarrollar en proyectos financiables y ejecutables. Su equipo directivo, encabezado por Gideon Tadmor, tiene trayectoria en desarrollos offshore complejos, principalmente en gasoductos y FPSOs en el Mediterráneo y en el Golfo de México. Su modelo corporativo se basa en asumir el control técnico de proyectos que quedaron truncos por salidas de operadores mayores o cambios en las condiciones globales de inversión.
La posibilidad de tomar el control de Sea Lion surgió después de la salida de Harbour Energy, que había liderado el proyecto durante una década. El gobierno de las Malvinas aceptó el traspaso a Navitas tras evaluar su capacidad técnica y su historial en desarrollos offshore.
Un paso fundamental
Para Rockhopper Exploration, en cambio, el FID constituye un hito decisivo. La empresa británica descubrió Sea Lion en 2010, pero no cuenta con la capacidad financiera para liderar un desarrollo de estas dimensiones. Su valuación en la bolsa de Londres depende casi por completo de este proyecto, y su permanencia como socio minoritario se sostiene gracias al esquema de financiamiento estructurado que Navitas logró obtener.
Además, Rockhopper arrastra un largo litigio internacional contra Italia por la prohibición de operar en el Adriático, del cual obtuvo un laudo favorable por €190 millones, aunque sin impacto operativo directo en Malvinas.
El gobierno argentino reiteró en septiembre su rechazo al proyecto y calificó la explotación como ilegal, pero carece de resortes regulatorios para frenarlo.
Un proyecto con diferentes aristas
La operación se encuentra dentro de un territorio reconocido internacionalmente como British Overseas Territory y se desarrolla bajo un marco regulatorio propio, que administra licencias de exploración y explotación con vigencias que pueden superar las tres décadas.
Navitas estima instalar el FPSO en 2027, completar la conexión de pozos y líneas submarinas entre 2027 y 2028 e iniciar la producción en el primer trimestre de ese año. La fase inicial del desarrollo se complementará con una segunda etapa ya aprobada por las autoridades locales, que incorporará cerca de 149 millones de barriles adicionales.
Según Tadmor, la aprobación del FID marca el punto de inicio de una transformación económica de largo plazo tanto para la empresa como para las Malvinas, que dejarán atrás un ciclo de postergaciones que se extendió durante más de quince años.
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