Educación

Vaca Muerta fue un imán para 300 estudiantes avanzados de la UNCo

La industria shale sigue captando jóvenes de la carrera de ingeniería. La mayoría cursó el 90% de las materias pero cuesta que vuelvan a terminar la cursada.

Por Sofia Sandoval - [email protected]

El crecimiento acelerado de la industria del petróleo y gas generó una demanda de profesionales que, en muchos casos, no llega a cubrirse con los graduados de la región. En ese contexto, las empresas salen a buscar a estudiantes avanzados que puedan realizar actividades de ingeniería incluso sin estar graduados y desde la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) afirmaron que hay al menos 300 alumnos a pocos pasos de recibirse que se alejaron del ámbito académico para trabajar en Vaca Muerta.

Desde hace casi una década, y a partir de un programa nacional de fomento de carreras técnicas a través de becas, la matrícula de la Facultad de Ingeniería de la UNCo se incrementó para recibir, cada año, a unos mil ingresantes. Sin embargo, el desgranamiento universitario de esta Facultad es tan alto como el de otras universidades del país, y eso lleva a que sólo se reciban entre 80 y 90 ingenieros por año en las distintas especialidades.

Si bien el número representa un porcentaje de graduados similar al de otras facultades de Argentina, el nivel no llega a cubrir la demanda de profesionales que exige el crecimiento de la industria de los hidrocarburos. En ese contexto, las empresas ligadas al sector salen a buscar ingenieros de otras provincias y países, pero también contratan a estudiantes avanzados que puedan cumplir el rol de ingenieros incluso antes de obtener su título.

Luciano Coppis, secretario de Extensión y Vinculación Tecnológica de la Facultad de Ingeniería de la UNCo, aseguró que son unos 300 los estudiantes que se alejaron de los estudios para desarrollar actividades en Vaca Muerta. En su mayoría, son alumnos de las carreras de Ingeniería en Petróleo, Ingeniería Mecánica e Ingeniería Química, las tres especialidades más requeridas por las empresas que operan en la región.

“La mayoría ya tienen más del 90% de la carrera realizada; pero, cuando comienzan a trabajar, se van alejando de los hábitos de estudio y les resulta cada vez más difícil terminar”, sostuvo el secretario y aclaró que la propia exigencia del trabajo en Vaca Muerta, que incluye viajes al campo o estancias prolongadas fuera de casa, también complota en contra de la aplicación a los estudios.

300 estudiantes trabajan en Vaca Muerta sin estar recibidos. La situación se genera por la alta demanda de profesionales del sector del oil and gas.

Para recibirse de ingeniero, la UNCo exige un plan de estudios de cinco años de duración más la entrega de un trabajo final, en donde los estudiantes deben demostrar que integraron distintos conocimientos adquiridos durante la carrera en base a un proyecto o el desarrollo de una investigación. “En términos reales, los estudiantes tardan unos siete años y medio en terminar”, señaló Coppis y aclaró que el trabajo final –una especie de tesis de grado- les lleva a los alumnos más de un año de desarrollo.

Para fomentar las graduaciones entre estos 300 estudiantes, la Facultad de Ingeniería comenzó a desarrollar una nueva modalidad en los trabajos finales, que permite que los alumnos compaginen su tarea en Vaca Muerta con un trabajo de respaldo académico.

Coppis explicó que anteriormente existían dos modalidades de trabajo final: una incluía el trabajo en una línea de investigación de la facultad a la par de otros investigadores de carrera, mientras que la segunda hace que los estudiantes se vinculen con una empresa o un organismo público para redefinir procesos, estudiar algún producto o ensayar materiales, y luego realizar un informe al respecto.

90% de la carrera cumplieron estos estudiantes que, en muchos casos, sólo adeudan el trabajo final, una especie de tesis que demanda un año de estudio y desarrollo.

En la actualidad, la Facultad sumó un nuevo tipo de trabajo final en donde los estudiantes puedan tomar las tareas que ya realizan en sus puestos laborales, siempre y cuando estén vinculadas a la ingeniería, y demuestren en su trabajo la forma en que aplicaron e integraron conocimientos de la carrera en torno a sus tareas en Vaca Muerta. De esta manera, buscan que los estudiantes alejados del ámbito académico tengan facilidades para culminar el trabajo final y obtener su título de grado.

Si bien Coppis aclaró que algunos estudiantes ya se encuentran liderando equipos o desarrollando técnicas complejas dentro de la industria, aclaró que esta modalidad exigirá “romper algunas lógicas estructurales para que se compare, en términos académicos, con lo que hacen otros estudiantes”. Es decir, buscarán que el trabajo basado en los proyectos de Vaca Muerta tenga la misma rigurosidad que los que presentan otros alumnos en ramas como investigación o estudios en terreno.

Sumado a esta nueva modalidad, uno de los puntos que colabora con la finalización de carrera de estos alumnos es la antigüedad del plan de estudios, que data de 1998. En ese sentido, los estudiantes que aún adeudan materias no tienen que rendir reválidas porque se mantienen dentro del mismo plan.

60% de los graduados ya trabajan en una empresa vinculada a Vaca Muerta. El resto desarrolla otras tareas como la investigación, la docencia o las obras civiles.

“Estamos trabajando en el desarrollo de un nuevo plan, pero es un proceso muy largo”, expresó el secretario y agregó que, de todas formas, una vez que se instaure el nuevo plan habrá un período de transición en donde convivan las materias viejas con las nuevas.

De este modo, la Facultad trabaja para captar otra vez a los estudiantes que, por las exigencias del trabajo, abandonaron la carrera cuando debían apenas unas pocas materias para terminar pero que, aún sin el título, ya desarrollan tareas complejas relativas a la ingeniería en Vaca Muerta.

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