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La suba del barril de Brent y el frente tarifario

El precio del crudo de referencia implica una buena señal para la industria pero impone desafíos a Nación, que aplaza definiciones en las tarifas 90 días.

El gobierno nacional tomó dos medidas que son centrales vistas desde el corazón del sector petrolero. Por un lado, autorizó el quinto incremento consecutivo de los combustibles, algo sustancial para evitar que la brecha entre el precio internacional del crudo y el valor de las naftas genere tensiones dentro de la industria.

Al mismo tiempo, garantizó cierto margen de ingresos para YPF, su nave insignia para fijar condiciones en el sector. Los combustibles son el principal motor de ingresos de la petrolera, rumbo a un año en el que debería ir incrementando sus inversiones en upstream de todo el país: la empresa deberá perforar (o completar más pozos) tanto en el segmento del gas como en el del crudo.

Claro, esto en el plan ideal de confirmación de un mundo que podría empezar a salir de la pesadilla del COVID-19, si bien todavía conserva grandes dosis de incertidumbre dado que queda por ver el efecto de las vacunas en una posible reactivación que necesariamente demandará más combustibles.

Con todo, parte de ese movimiento empieza a verse en la Cuenca Neuquina. Las empresas ajustan sus planes de negocios para ir dando pazos en busca de ciertos márgenes de crecimiento.

En ese escenario, la suba del precio del crudo trajo buenas noticias. Los casi 52 dólares de esta semana son el mejor valor en nueve meses.

Está claro que el precio del crudo aún está lejos de ser la panacea. Pero por contraste con aquel infierno de precios denotado por el primer tramo de la cuarentena, con el Brent debajo de u$s 20 y el WTI en valores negativos, el ciclo actual de ofrece un cuadro de situación que hace pensar en cómo colocar excedentes en el exterior.

Tal como lo viene reflejando +e, algunos de los principales referentes de la industria quieren hacerlo.

Está claro, reclaman las condiciones que todavía el país no les asegura. Es algo que se discute por estas horas. Pero las chances son cada días más claras. De hecho, Vista Oil, por caso, exportará otros 470 mil barriles en enero, tal como lo consignó este medio.

Sería la variante positiva del precio del crudo. Sin embargo, esto implica también un ingrediente político inédito en medio de la pandemia. La necesidad de “correr” esos aumentos en el precio en los surtidores. Por ahora, la opción que tomó el Gobierno es la de sostener la paridad de la devaluación del peso, mes tras mes, con subas autorizadas a YPF en los cinco últimos meses. Queda por ver cómo será el traslado eventual si el crudo sigue subiendo, en un contexto en el que en el país eso trae aparejado efectos en todos los precios, algo que para expertos del sector ocurre en una proporción desmedida y sin relación con el impacto que debiera tener.

En paralelo, otra definición que genera cierto ruido dentro de la industria: luego de un año, el gobierno nacional posterga por otros 90 días la decisión de una suba en las tarifas.

Sucede en la misma semana en la que adjudicó el Plan Gas.Ar a productoras, uno de los sectores que estará más que pendiente de cómo se da ese proceso de normalización de precios, de cara a los usuarios de todos los segmentos.

Será una parte central de esas condiciones que reclaman las principales petroleras para seguir transitando un camino de acuerdos, pero también de garantías que durante el último año no estuvieron del todo dadas.

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