barril congelado

Drama. Las pymes viven el día a día

La pesificación de los contratos en un dólar a $43,19 llega a toda la cadena de valor de Vaca Muerta. Desde las empresas de servicios hasta los corralones de materiales. CEIPA pide calmar los ánimos en el sector.

El temor a caer en una cesación de pagos y en una suerte de batalla entre empresas que se conocen hace más de 10 años está latente en Neuquén. El freno al precio del barril Brent en un dólar a $45,19 es un riesgo para las más de 850 empresas que facturan servicios en Vaca Muerta.

Si bien la decisión de pesificar los contratos en dólares comenzó con YPF, desde la Cámara Empresarial Industrial Petrolera y Afines de Neuquén (CEIPA) y la Cámara Patagónica de Empresas de Servicios Petroleros (Capespe) temen que pueda a extenderse a otras operadoras de la Cuenca Neuquina.

El decreto de necesidad y urgencia 566/19 de la Secretaría de Energía de la Nación congeló el precio del barril Brent para evitar una escalada a los combustibles y una estampida inflacionaria. Pero la petrolera de bandera trasladó esa lógica a toda la cadena de contratos con las prestadoras de servicios especiales.

“Es todo muy incipiente para analizar, lo más importante sería que no dilaten los pagos por el costo financiero que eso implica”, confió a +e un empresario del sector, que tiene contrato directo con YPF.

Si bien la mayoría de los empresarios coinciden en que el problema primero lo tendrán las grandes empresas de servicios petroleros, que acaparan una porción grande del mercado, el temor es que éstas comiencen a trasladar el achique de la facturación a toda la cadena de valor de las empresas neuquinas.

“Lo que cayó peor en la industria es que la medida fue de forma unilateral, cuando se establecen cláusulas para haya una negociación ante causas de fuerza mayor”, explicó Gonzalo Echegaray, secretario de Relaciones Institucionales de CEIPA.

El problema hacia abajo de la cadena de valor es el clima de desconfianza que genera una medida como la pesificación de contratos, y la mayoría coincide en que “hoy no hay precio” para facturar servicios.

“Vamos a suponer que yo necesito ir a un corralón para que me provea de hierro. No puedo decirle que me baje el precio porque los contratos se pesificaron en un dólar a $45,19; directamente no me van a vender, porque no tendría lógica”, ejemplificó otro empresario pyme del sector.

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El drama que exponen los empresarios en este contexto se suma a otro crónico: una inflación que puede superar el 56% anual, más allá de las medidas de congelamiento del barril que impuso Nación. Este corrimiento de los precios, más la imposibilidad de actualizar contratos, hace que el mercado local se convierta en una compleja bomba difícil de desactivar a corto plazo.

La extensión de los pagos a más de 120 días es otra de las dificultades que afrontan las pymes neuquinas. “Si ya te pagaban atrasado y tenés que pedir actualizaciones, con esto del freno al barril hace que no sepas qué vas a hacer, si seguir prestando servicios o no”, confió otro empresario que opera en los yacimientos.

Para algunos empresarios consultados por +e, la actividad en Vaca Muerta sigue su curso pero con un nivel alto de incertidumbre. Aún no se afinan las relaciones comerciales entre los proveedores y a fin de mes podría haber alguna precisión de cómo se ajustarán los contratos y las refacturaciones de los servicios a Vaca Muerta.

Desde CEIPA indicaron que buscan una reunión urgente con la Cámara de Empresas de Operaciones Especiales Petroleras (CEOPE) para analizar cómo seguirá la situación de los contratos en estos meses.

Es que la vigencia del decreto de congelamiento del barril es por 90 días, en medio de un proceso electoral nacional también incierto. La pregunta que se hacen en el sector hidrocarburífero, y sobre todo en el gobierno neuquino, es: ¿cómo se sale del decreto sin tener consecuencias negativas?

Si bien los más afectados son las empresas que facturan en dólares a YPF, la pesificación, según comentó Echegaray de CEIPA, puede afectar a toda la cadena de valor de la industria de servicios de la provincia.

La mayoría de las compañías trabajan con proveedores locales que también tienen que ajustar precios por inflación y el freno al barril genera tensión en las relaciones. En ese sentido, lo más importante para el sector es que no se rompan los lazos de confianza, más allá del complejo contexto económico.

Así las cosas, el sector vive contra reloj las negociaciones que puedan darse en la esfera política de manera urgente.

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