La falta de repuestos pone en peligro a la actividad
Las empresas de servicio deben hacer malabares para mantener el ritmo de producción. Los repuestos no abundan y se monitorea de cerca las decisiones de Nación.
El problema no es nuevo y se da en determinados momentos. Los primeros casos se registraron el año pasado y, en mayo, se tuvieron que parar al menos dos pozos en Vaca Muerta debido a la falta de repuestos de los equipos.
La escasez de insumos claves para la industria es un reflejo del crecimiento de la actividad después de la pandemia, pero también deja al descubierto los problemas macroeconómicos del país. La restricción a las importaciones es el problema principal para que las empresas de servicio no puedan stokearse de piezas fundamentales para los perforadores.
En diálogo con +e, Ernesto Díaz sostuvo que, para lo que queda del año, no se espera que se importen nuevos equipos y que Vaca Muerta deberá seguir trabajando con los fierros que tiene a su disposición.
El vicepresidente para Latinoamérica de la consultora Rystad Energy detalló que, si bien se registraron pozos interrumpidos por unos días, no fueron considerados problemas serios. “Hemos tenido situaciones puntuales donde sí se ha frenado la actividad por unos días, pero no fueron de gravedad”, afirmó.
La situación es monitoreada día a día. Las empresas de servicio deben estar atentas a la apertura de importaciones para que puedan conseguir repuestos. Sin embargo, la casi nula disponibilidad de divisas y las restricciones constantes hacen que la tarea sea titánica.
“No hay repuestos y hay que salir corriendo a hacer un pedido a la Secretaría para que ayuden con las importaciones y demás. Yo no tengo registros de que se haya parado un equipo por seis meses (por las declaraciones de Marcelo Rucci por el riesgo que corre la actividad). Me parece un poco exagerado, pero sí las empresas tratan de estar encima del tema y ver cuando se liberan las importaciones”, destacó el especialista.
El grifo de las importaciones se cierra, se abre y se vuelve a cerrar dejando sin la posibilidad de importar en grandes cantidades. Este problema golpea duro a las empresas de servicio por no tener un diálogo directo con el Gobierno nacional.
“No es lo mismo la estructura y la capacidad de llegar al gobierno que tiene una operadora a la que tiene una empresa de servicios. Son estas últimas las que la están pasando realmente mal con el tema de las importaciones”, analizó.
Asimismo, el vicepresidente para Latinoamérica de la consultora Rystad Energy ponderó que la clave para este semestre es lograr que la operación no se detenga y cumplir con los planes establecidos por las operadoras.
Asimismo, Díaz manifestó que la industria debe atravesar las olas que genera el desorden macroeconómico para pensar en los próximos años. Si la intención es acelerar la producción a partir del 2024, será necesario contar con más equipos.
“Hay que pensar en el mediano plazo. El año que viene y el próximo será fundamental contar con las herramientas, los servicios, la gente, la capacidad en los hoteles, la posibilidad de importar y que se puedan llegar divisas”, aseguró.
El horizonte de llegar a un millón de barriles para el 2030 no debería ser un problema si se liberan las importaciones, se normaliza el giro de dividendos y se estabiliza la macroeconomía. “Ese objetivo no debería ser un gran problema porque ya hay disponibilidad de equipos en Estados Unidos a partir de esta segunda mitad de año, sobre todo de equipos de perforación”, aseveró.
La oferta de equipos se debe a la baja de la demanda en las cuencas estadounidenses lo que genera una baja en los precios de los perforadores.
Los sets de fractura también comienzan a tener disponibilidad. La industria ha logrado arreglárselas con los equipos que tiene en el país, pero para dar un salto de calidad es necesario contar con la última tecnología que están usando en Permian. Los costos son altos, pero Díaz confía que, si se estabiliza un poco la economía, se podrán adquirir nuevas herramientas.
“Ya se está normalizando la disponibilidad de los sets de factura en Estados Unidos, están bajando los precios, por lo cual se debería tener acceso a esos equipos. Obviamente, los equipos de última generación son los más eficientes y son más caros por lo que con la situación actual será difícil conseguir ese tipo de equipos”, consideró.
En tanto, el vicepresidente para Latinoamérica de la consultora Rystad Energy manifestó que este tipo de equipo no van a ser necesarios en el corto y mediano plazo. “Tenemos herramientas para atender la demanda de acá a dos o tres años más, pero tenemos que sumar un par de equipos adicionales para no sufrir complicaciones”, subrayó Díaz.
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