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La última oportunidad para consolidarse en el mercado energético global

Eduardo Bonis, Partner en Deloitte Argentina, compartió su visión sobre el potencial de Argentina en la industria del hidrógeno verde.

La tercera edición del Foro de Hidrógeno de la AHK Argentina prometió ser una punta de lanza para los proyectos en Argentina para ser un país netamente exportador. El mundo atento a la producción nacional donde Alemania pica en punto para ser el gran mercado del combustible del futuro.

En el panel “Situación actual del mercado global energético y avances del mercado hidrógeno renovable”, Eduardo Bonis, Partner en Deloitte Argentina, compartió su visión sobre el potencial de Argentina en la industria del hidrógeno verde y el contexto global que influye en este desarrollo.

El especialista destacó la creciente inversión en proyectos de bajas emisiones y el papel estratégico de Argentina en el mercado emergente del hidrógeno.

Hidrógeno en un contexto de volatilidad

Bonis subrayó la volatilidad del contexto energético actual, marcado por conflictos geopolíticos y problemas macroeconómicos, como el repunte inflacionario a nivel mundial. Esta incertidumbre, comentó, plantea desafíos, pero también oportunidades.

“Los argentinos somos expertos en navegar crisis, y las crisis siempre traen oportunidades. Hoy, tenemos una oportunidad única de aprovechar el potencial del hidrógeno verde para generar valor”, afirmó.

En los últimos años, los proyectos en hidrógeno verde han crecido exponencialmente, con más de 1.500 iniciativas a nivel global, de las cuales el 65% se encuentra en Europa, Norteamérica y Latinoamérica. Bonis destacó que hacia 2030, el hidrógeno verde liderará este sector, representando aproximadamente el 75% del mercado de bajas emisiones. Argentina cuenta con proyectos en desarrollo, lo que, según Bonis, representa un avance significativo para el país.

Argentina posee ventajas geográficas y climáticas para la producción de hidrógeno verde, gracias a sus vastas extensiones de tierra, abundantes fuentes de agua y condiciones favorables de sol y viento.

Además, su distancia de los principales focos de conflicto geopolítico la sitúa en un lugar estratégico. “Argentina y Alemania pueden complementarse en esta industria. Alemania necesitará importar al menos el 50% de su hidrógeno para 2030, mientras que Argentina puede producir excedentes y cubrir su demanda con menos del 20%, permitiendo un gran margen para la exportación”, explicó Bonis.

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Lo necesario para impulsar la industria

El especialista destacó dos elementos clave para el desarrollo del hidrógeno en Argentina. En primer lugar, mencionó los avances en políticas gubernamentales orientadas a la seguridad jurídica para inversionistas, como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece incentivos fiscales y garantiza la repatriación de ganancias sin trabas.

También valoró que este enfoque se esté adaptando en proyectos de ley específicos para el hidrógeno, señalando que “es un avance significativo que no existía hace un año”.

En segundo lugar, resaltó el rol de H2Global, un programa internacional que actúa como intermediario entre productores y consumidores de hidrógeno, cubriendo costos adicionales en este mercado emergente. “Siempre han existido dos grandes desafíos en el hidrógeno: el marco jurídico y el precio de mercado. Hoy vemos avances importantes en ambos frentes”, afirmó.

Una matriz energética diversificada y sostenible

Bonis proyectó una visión optimista sobre el futuro de Argentina en el mercado del hidrógeno verde. “Tenemos una oportunidad única de transformar nuestra matriz agroexportadora en una exportadora de energía limpia y de calidad”, subrayó.

Con el impulso adecuado en políticas y alianzas estratégicas, Argentina tiene el potencial de consolidarse como líder en el mercado de hidrógeno verde, contribuyendo tanto a la economía nacional como a la sostenibilidad global.

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