¿De gigante del petróleo a gigante del hidrógeno?

Aunque se espera que el hidrógeno verde sea un componente clave en el mundo energético del futuro, el mercado apenas está despegando. Con frecuencia, grandes proyectos se posponen o se cancelan por completo. Recientemente, la empresa Thyssen-Krupp generó revuelo: la conversión de su proceso de producción de carbón a hidrógeno verde, que podría convertirla en uno de los mayores consumidores de Europa, se puso en duda.

El hidrógeno verde, producido a partir de energías renovables, se utiliza principalmente en sectores donde es difícil la electrificación. Los mayores requerimientos se encuentran en las industrias del acero, la química y el transporte. Según estimaciones, se necesitarán más de 100 millones de toneladas de hidrógeno verde para 2030 en todo el mundo.

La transición de fósiles a renovables

Actualmente, las instalaciones existentes solo alcanzan para producir un millón de toneladas. Hoy en día, el hidrógeno se produce casi exclusivamente a partir de gas natural fósil.

Todavía no está claro de dónde provendrá todo el hidrógeno verde. Un país que aspira a ser líder en la producción es Arabia Saudita. Según información de ZDF, el país planea crear una megaempresa para este propósito.

Detrás de este proyecto se encuentra el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF). En la conferencia económica FII en Riad, el ministro de Energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman Al Saud, anunció el martes: “Ya somos el mayor productor de hidrógeno y estamos listos para exportar hidrógeno verde y sostenible”.

Arabia Saudita busca cubrir al menos el 10% de la demanda mundial en el futuro. Según expertos, si lo logra, sería un "cambio de juego" para el mercado del hidrógeno. "Arabia Saudita podría resolver un gran problema", afirmó el ingeniero Michael Sterner, asesor del gobierno alemán. Un proyecto de tal magnitud podría ser una "señal importante" para el mercado, especialmente en este momento.

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Mega ciudad gigantesca, objetivo gigantesco

El proyecto Neom, una ciudad futurista en el noroeste de Arabia Saudita es considerado un modelo para el suministro de energía con hidrógeno verde. Esta ciudad abarca un área del tamaño de Bélgica. Peter Terium, ex presidente de RWE y actual gerente de la empresa energética y de agua Innova de Neom, lidera este ambicioso proyecto desde hace seis años.

Para finales de la década, se espera que todos los clientes privados e industriales de Neom reciban energía renovable, explicó Terium. "Es factible". Según él, una de las ventajas del lugar son las condiciones favorables de sol y viento de la región.

La proximidad al mar también es una ventaja para el suministro de agua, ya que la extracción de aguas subterráneas "no es sostenible a largo plazo". En general, "los recursos renovables son esenciales para la producción de hidrógeno verde", subrayó Terium y adelantó: "Ya estamos implementando el primer gran parque solar y eólico para la producción de hidrógeno verde".

Otras instalaciones seguirán, "de modo que para 2030 podamos suministrar todo a partir de energías renovables", añadió.

"Conviene producir hidrógeno verde aquí y exportarlo"

Comparado con Europa, Terium considera que la megaciudad saudí tiene una ventaja. En Neom se producen más de 2.000 megavatios de capacidad de electrolizadores para hidrógeno, mientras que en Europa solo hay "iniciativas para producir 200 megavatios de capacidad de electrolizadores". Además, el hidrógeno verde que se ofrece aquí es relativamente barato en comparación: Las condiciones de sol y viento en Neom son tan únicas que podemos producir hidrógeno a precios con los que en Europa solo se puede soñar.

Por eso, "vale la pena producir hidrógeno verde aquí y exportarlo". ¿Será posible alcanzar el objetivo de ser renovable para 2030 y exportar hidrógeno verde al mundo? Para lograrlo, se necesitan más inversiones, como la construcción de líneas de alta tensión y estaciones transformadoras, así como eficientes sistemas de almacenamiento.