Las pymes petroleras se debaten entre crecer y sobrevivir
En la Cuenca del Golfo San Jorge y la Cuenca Neuquina hay dos escenarios distintos para las pymes locales. La primera está en crisis y la segunda, al límite de su capacidad.
Las pymes de las principales cuencas productivas atraviesan distintas realidades. Las empresas de la Cuenca Neuquina están al límite de su capacidad y con expectativas de cara al futuro. Mientras que las compañías de la Cuenca del Golfo San Jorge están preocupadas porque la producción baja y el impacto es cada vez más grande.
En Vaca Muerta, las actividades se reactivaron de la mano del Plan Gas.Ar. Esto favoreció a las pymes, pero dejó en evidencia que todavía dependen de los servicios on call. “Es un problema, pero de alguna manera, es nuestro canal de sustento”, subrayaron desde el sector ante la consulta de +e.
El aumento de la demanda también demostró que la capacidad estructural y de equipamiento de las pymes se encuentra al límite. Es por eso que la atención está centrada en lo que pueda pasar el próximo año si se inaugura el gasoducto Néstor Kirchner y si se continúa con la restricción de importaciones.
La falta de acceso a las divisas es una de las críticas que hacen desde las pymes de Vaca Muerta. “Hay un error de concepto y de aplicación muy severo porque no podemos importar equipamiento nuevo y no vamos a estar preparados para lo que se viene. Es un punto que se debe revisar. Hoy estamos todos felices porque estamos trabajando, pero estamos casi al límite”, advirtieron.
En este escenario, el ducto que propone sacar el gas de la Cuenca Neuquina podría convertirse en un dolor de cabeza para toda la industria.
“Si el gasoducto está en los tiempos estipulados estaríamos en problemas porque no podríamos cubrir la demanda que generaría ese proyecto. Las empresas están en un punto de colapso”, aseguraron y destacaron: “Se quiere producir más, pero la infraestructura está al límite. Los accidentes son las señales de que el esquema no aguanta más”.
Otro es el panorama en la Cuenca del Golfo San Jorge. Los registros de la Secretaría de Energía de la Nación muestran que la actividad nunca volvió a recuperar los valores prepandemia. La región contaba con 18 equipos antes de la llegada del COVID-19 y, en la actualidad, tiene 11 equipos repartidos entre Chubut y Santa Cruz. Esto repercute directamente en las pymes, que no ven un “cambio en el corto plazo”.
Hay tres factores claves que impactan sobre las empresas. Uno es la capacidad ociosa, otro es la incertidumbre de no conseguir insumos que repercute en la planificación y el tercero es la carrera contra la inflación. Este último genera un desfasaje entre lo que se cobra por hacer el trabajo y lo que se gasta en insumos. “Hoy estás haciendo el trabajo y perdés el margen porque no lograste discutir el precio del insumo que compraste. Hay un desajuste tarifario por problemas de la inflación y no por negociación con las operadoras”, describieron en diálogo con este medio.
La inflación es un punto en común entre ambas regiones. En Neuquén agregan que cada vez se hace más difícil afrontar el pago de los salarios porque la cadena de pagos se ve interrumpida.
“Las operadoras son bastante irresponsables con los pagos. La crisis es la de siempre: te pagan cuando quieren y se suma que los precios están bastante desactualizados. Nos cuesta un montón mejorar la lista de precios con las empresas que tenemos contratos. Hay empresas que no nos quieren tocar los servicios desde hace dos años. Aumentan los sueldos al ritmo de la inflación, pero la actualización por la lista de precios viene mucho más lenta”, cuestionaron.
Las expectativas también son dispares entre ambas regiones. En Vaca Muerta son optimistas con el Gasoducto Néstor Kirchner. “La bandera de lucha es sacar el ducto adelante por eso nuestro horizonte de recuperación es optimista siempre y cuando las estructuras políticas se estabilicen”, analizaron.
Las mezquindades políticas son miradas de reojo por el sector. “Ya nos pasó cuando se pinchó el Plan Gas.Ar. por la pelea entre Neuquén y Nación. Esperemos que esta vez no pase lo mismo con el gasoducto porque fue bastante irresponsable que se atrasara el Plan Gas”, sostuvieron.
En la Cuenca del Golfo San Jorge no hay buenas perspectivas con respecto al futuro. La “relativa calma” no quita la preocupación de las pymes con respecto a la falta de un esquema de aumento de producción. “Ninguna operadora tiene pensado aumentar la producción”, subrayaron.
“Celebramos poder cubrir los costos, pero venimos de reducirnos un 30%. Nuestra cabeza está puesta en buscar el agujero donde se escapa el agua para ponerle un corcho. Lamentablemente, la empresa que aumentó su actividad fue porque ‘se comió a otro’ y eso no es señal de crecimiento”, afirmaron. las fuentes del sector.
Las claves
- Imposibilidad de importar insumos. Las pymes se quedaron afuera del decreto que les permite a las operadoras tener un acceso a divisas para traer maquinaria desde el exterior.
- Inflación. Las compañías quedan en el medio de pagar los insumos y cobrar una tarifa. “Todos los días es una carrera contra la inflación. Uno queda desfasado con respecto a lo que tiene que pagar por insumos y lo que debe cobrar por la tarifa”, explicaron.
- Macroeconomía inestable. Tanto en la Cuenca del Golfo San Jorge como en la Cuenca Neuquina sufrieron el cierre de muchas empresas. Otras tuvieron que reducir parte de su personal y solo unas pocas pudieron crecer. “Estamos en un país en crisis y estamos pasando un otoño difícil. No estamos muertos, seguimos vivos, pero si no flexibilizan algunos temas para que las empresas puedan trabajar, vamos a estar complicados”, advirtieron desde el sector.
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