Un sostén que llegará con la producción en caída
El barril argentino. Las provincias productoras creen que el valor diferencial será realidad. Pero el beneficio se aplicará en un contexto en el que las productoras pisan el freno en sus áreas.
La llegada del precio sostén se hace esperar para el crudo. Con todo, fuentes del gobierno nacional y las provincias productoras afirman que el valor diferencial se terminará aplicando. Y que también vendrá con un nuevo esquema de retenciones.
El tema forma parte central de los cálculos financieros que hacen las administraciones provinciales. Esta semana apareció una variable adicional: con las empresas recortando producción por la baja de la demanda interna, el margen de barriles que quedarán abarcados por este valor será menor.
La discusión
La discusión en el sector petrolero para aplicar un precio sostén y así desacoplar el precio interno del derrumbe del barril internacional tiene sus orígenes a comienzos de marzo. En aquel momento, el sindicalista y ex senador Guillermo Pereyra planteó la vuelta a este esquema. Fue poco después del primer “lunes negro”, cuando el Brent se desplomó a menos de 35 dólares, en lo que fue el inicio de la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia.
La propuesta de las provincias productoras era la de establecer un precio sostén de 54 dólares, que haga viable en lo comercial a los desarrollos en marcha y que impida una fuerte caída en los ingresos por regalías. Sin embargo, desde el gobierno nacional piensan en valores que giren en torno a los 45 y 46 dólares.
Sin dudas, la pandemia del coronavirus y la decisión del presidente Alberto Fernández de aplicar una cuarentena en todo el territorio argentino cambiaron completamente la agenda.
En el frente gremial están preocupados por las fuentes laborales: unos 50 mil trabajadores se desempeñan en los yacimientos de todo el país y la actividad está apenas en un 20%.
Con el ingreso en “modo pandemia” de los proyectos de desarrollo de las principales operadoras de Vaca Muerta, la inquietud de los sindicatos pasa por cómo activar un plan que contenga a la fuerza laboral sin conflictividad por despidos masivos en medio de la crisis del coronavirus.
En el diálogo que tuvo el gobernador Omar Gutiérrez con el presidente Alberto Fernández se puso sobre la mesa la preocupación de las provincias por el sector hidrocarburífero.
El mandatario neuquino recordó que la necesidad es contar con un precio interno por sobre el barril internacional, un nuevo esquema de retenciones atado al valor del barril y la liberación de excedentes de petróleo para exportación y así descomprimir las refinerías y terminales de almacenaje.
Este último punto es importante porque es lo que están discutiendo los países petroleros: la infraestructura no podrá seguir guardando más crudo. Hay países que vendieron su petróleo a valores por debajo del mercado solo para quitarse el problema del almacenamiento.
En el caso argentino, hay millones de barriles que sobrarán, y es lo que explican los recortes que las empresas aceptaron estar aplicando desde el jueves pasado.
A la baja global del precio del barril se le suma la que ya experimentaba la Argentina en una suerte de lastre de ocho meses de freno inicial de inversiones y caída en la actividad.
Las provincias, nucleadas en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), necesitarán recursos para hacer frente a la etapa más dura de la pandemia del coronavirus y al “día después”.
Mientras tanto, la industria petrolera de la Argentina tiene que esperar el impacto del acuerdo entre la OPEP, Rusia y Estados Unidos. La aplicación de un recorte récord de entre 10 y 15 millones de barriles por día aliviaría la situación por un periodo al subir el valor del crudo.
La mutación del virus a COVID-19 que empezó en China llega a su pico máximo en algunos países; sin embargo, en países como la Argentina todavía falta camino por andar. La cuarentena duraría hasta fin de mes y el movimiento económico pasó a valores negativos en buena parte de las industrias.
La crisis tiene como foco la demanda: sin consumo, no son necesarios ni los combustibles ni sus derivados, por lo que solo resta esperar a que termine el aislamiento y sea seguro volver a las calles.
O como lo resumió Pereyra públicamente: “Tenemos que aguantar esta para volver al trabajo”.
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