Chubut

Chubut: el riesgo de que se rompa la paz social

El gremio de petroleros privados de Chubut denuncia la falta de inversión y de incentivos en la región.

La parte norte de la Cuenca del Golfo San Jorge vive tiempos difíciles. La falta de contratos a largo plazo, el pago de sueldos atrasados y telegramas de despidos son una combinación peligrosa que amenaza con poner en riesgo la paz social en Chubut.

El lunes comenzó con una quema de cubiertas por parte de los trabajadores de la empresa TIP SA en la sede de YPF en Comodoro Rivadavia. Los operarios reclamaban el pago de su aguinaldo y contratos de largo plazo que permitan previsibilidad a las contratistas.

El conflicto escaló a tal punto que el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut amenazó con parar todas las actividades en los yacimientos de la compañía. El pago de los haberes se realizó y todas las medidas de fuerza fueron desactivadas.

El martes, las tratativas continuaron con una reunión para avanzar con la posibilidad de extender los contratos de las pymes de la región y fiscalizar las medidas de seguridad en la parte norte de la Cuenca del Golfo San Jorge.

La calma parecía llegar al convencional, pero un nuevo problema puso en jaque los puestos laborales. Los trabajadores de Calfrac despertaron el miércoles con telegramas de despidos.

La empresa de servicios avanzó con la baja de 20 operarios acusando una baja en su actividad en el yacimiento El Tordillo.

El Sindicato de Petroleros Privados de Chubut realizó una asamblea en la base de la compañía para diagramar las acciones. Los trabajadores empezaron con la retención de servicio y se advirtió que se podrían agudizar las medidas de fuerza.

La conciliación obligatoria permitió encontrar aire y comenzar a encontrar un camino para que los operarios no pierdan sus puestos laborales.

No es la primera vez que Calfrac tiene conflictos en Chubut. En los últimos meses del año pasado, la empresa de servicios también quiso avanzar con despidos para cerrar el sector de cementación. El problema fue solucionado y se protegieron las fuentes laborales.

Calfrac también había comunicado hace dos semanas sus intenciones de mudar un equipo de fractura desde Comodoro Rivadavia hacia Neuquén.

Es que la actividad que demanda Vaca Muerta es titánica y los equipos no dan abasto. La noticia generó recelo en la industria y se buscaron alternativas para que los operarios no se vean afectados.

El panorama no es sencillo. El quiebre de la paz social está más latente que nunca.

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