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Del barril criollo al export parity: el sendero que piensa el Gobierno

Hay refinerías que empezaron a pagar el crudo a casi 60 dólares por barril, pero las más grandes logran ejercer su poder de compra. El plazo que imagina el Gobierno para converger al export parity.

El corrimiento del Estado en la conformación de los precios del crudo ya es un hecho y dio paso a una recomposición del barril criollo que no es lineal y depende del poder de negociación de cada empresa.

Refinerías chicas confirmaron a este medio que en los últimos días el precio del barril se les incrementó de 56 dólares a 59,5. Por el contrario, las grandes sostienen que hay una gran dispersión de precios y que a veces llegan ofertas por arriba de 56, aunque otras veces por debajo.

“Que el Gobierno haya enviado la señal de que no se va a meter generó que la libre negociación de las partes determine el precio. De esta manera, quien tiene más poder de negociación sale ganando. El horizonte está claro que es export parity, pero no va a ser gradual, sino difuso y en base a la lógica de mercado que es quien más puede, más gana. Las refinerías chicas van a terminar pagando el export parity más rápido”, indicaron desde una gran productora.

De acuerdo a la cotización de hoy, con un Brent a 79 dólares, menos descuentos y retenciones del 15%, el export parity se ubicaría en 64 dólares. Con lo cual el sendero de paridad se observa mucho más cercano que hace tiempo atrás cuando el Brent cotizaba por arriba de 90.

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El petróleo se revaloriza en el mercado interno tras la liberación de precios. REUTERS/Agustin Marcarian/File Photo

El petróleo se revaloriza en el mercado interno tras la liberación de precios. REUTERS/Agustin Marcarian/File Photo

Fuentes oficiales destacan que, en ese entonces, se pensaba que el sendero hacia la paridad de exportación hubiera durado entre 18 y 24 meses. En cambio, ahora ese proceso se puede realizar entre 3 o 6 meses de acuerdo a la evolución del Brent y la macroeconomía argentina.

En tanto, el objetivo es que el valor de los combustibles converja al import parity por la dependencia del país hacia las compras externas especialmente en el segmento premium de gasoil y algo de nafta. Eso elevaría la necesidad de aumentos y podría llevar el litro de esos combustibles a entre 1,2 y 1,5 dólares.

A corto plazo, las refinadoras ven un panorama donde todavía falta realizar un ajuste en torno al 25% para terminar de compensar el efecto devaluación y después de eso ver cómo sigue el proceso de recomposición.

La mayoría no imagina esta suba en lo que resta del año, pero sí en enero. En tanto, en febrero vence la prórroga del congelamiento al impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, un factor que implicará un salto de más de 100 pesos por litro entre ese ajuste y el de marzo.

Más allá de eso, la propia dinámica inflacionaria obligará a tener que aplicar actualizaciones mayores al 20% mensual simplemente para mantener el precio en términos reales, aunque podría ser más dependiendo de los ajustes en los biocombustibles.

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