La ola de calor reactivó la guerra por el agua entre Neuquén y Nación
Desde Neuquén cuestionan la decisión de aumentar los caudales del Limay para llevar más energía hidroeléctrica a Buenos Aires, pese a al emergencia hídrica.
La ola de calor que afecta desde hace unos días a la zona centro del país reavivó la guerra por el manejo del agua en la región del Comahue, tras la decisión de Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) de incrementar la erogación de caudales del río Limay para generar más hidroelectricidad y abastecer al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Desde el martes la AIC, a pedido de Cammesa, organismo que dirige el despacho eléctrico, decidió incrementar el caudal del río Limay, erogado por el compensador Arroyito, hasta los 600 m3/s, en virtud de una mayor generación requerida a la central El Chocón.
El viernes pasado, durante la nueva ola de calor, se alcanzó el mayor consumo eléctrico del país de toda la historia, con una demanda de 28.562 MW. Mientras que el día siguiente se registraron 27.203 MW, el nuevo récord para un día sábado.
Frente a esta situación, la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica (Adeera) reiteró su recomendación de que los usuarios hagan un uso adecuado de los artefactos eléctricos y, de esta manera, se aporte a que la utilización de los recursos del sistema eléctrico (generación, transporte y distribución) sea más eficiente.
La decisión de incrementar los caudales generó el malestar de los representantes de Neuquén en la AIC. El neuquino Elías Sapag cuestionó que sus pares de Río Negro y de Buenos Aires en el organismo accedieran al pedido de Cammesa.
“Hay improvisación y falta de planificación. Nosotros venimos hace un año y medio diciendo que hay una emergencia hídrica”, aseguró.
Tras indicar que la región atraviesa 15 años de sequía, Sapag indicó que no deberían erogarse más de 360 m3/s desde Arroyito.
“No puede ser que nosotros seamos los que tenemos que resolver los problemas de Buenos Aires. El problema es que están ingresando al sistema 110 m3 por segundo y estamos sacando 750. Estamos gastando nuestros ahorros para dar tranquilidad a nuestros pueblos”, dijo el representante neuquino en la AIC a FM Capital.
“Vamos a llegar al 1º de mayo con el agua suficiente para enfrentar el año (de riego), pero no sabemos cómo va a estar el invierno”, agregó.
Además, Sapag aseguró que no tiene respuestas de la Secretaría de Energía de la Nación, tanto por el manejo del agua como qué pasará con las concesiones hidroeléctricas que comienzan a vencer en agosto próximo.
“No nos pagan las regalías, no nos pagan los contratos como corresponden, no nos contestan qué van a hacer con los contratos, qué van a hacer con el personal”, señaló.
Reclamo por las concesiones
También sumó sis criticas a Nación el candidato a gobernador por el MPN, Marcos Koopmann. “Queda en evidencia, una vez más, que al centralismo porteño lo único que le interesa es generar energía para Buenos Aires y dejarnos la sequía a nosotros. A ellos no les importan las consecuencias que provoca erogar más, como, por ejemplo, afectar la seguridad del abastecimiento de agua para nuestra región”, dijo.
Y ratificó que desde Neuquén “exigiremos a Nación que se abstenga de avanzar con una prórroga de los contratos de las represas sobre el Limay, sin antes consultar y escuchar la opinión del gobierno de la provincia”.
"Para nosotros, la prioridad del uso del agua es abastecer el consumo de nuestros vecinos, después al sector productivo y a las industrias y en tercer lugar la generación de energía eléctrica”, señaló el vicegobernador, y rechazó el pedido realizado por Cammesa de aumentar las erogaciones que realizan las hidroeléctricas a 600 metros cúbicos por segundo durante los próximos 15 días, “a pesar de que rige la declaración de emergencia hídrica por la sequía que ya lleva más de diez años”.
Koopmann señaló que “la declaración de esa emergencia hídrica nos permitió poner topes a las erogaciones, para cuidar el nivel de reserva de los embalses y gracias a eso, las represas hoy acumulan un 67% del agua que podrían almacenar en esta época del año, pero después nos vemos frente a este tipo de situaciones de falta de planificación, donde al centralismo porteño, que toma las decisiones atrás de un escritorio a 1100 kilómetros de distancia, solo le interesa llevar energía a Buenos Aires”.
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