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Litio: la posibilidad de superar la producción de Chile

El país produjo 6.200 toneladas de litio durante el año pasado y algunos analistas aseguran que podría superar a Chile.

El litio se instala en el escenario energético a paso firme; todo parece indicar que la tendencia se profundizará en las próximas décadas y se calcula que la demanda subirá un 25% en 2023. Este impulso va acompañado por el mercado de los vehículos eléctricos y por el de las baterías que los teléfonos móviles y las computadoras portátiles necesitan para funcionar.

Tan instalado está y estará el litio en el día a día que muchos analistas lo llaman "el oro blanco" o "el oro del siglo XXI". Al igual que el metal precioso, el litio es relativamente escaso, se encuentra en bajos niveles de concentración y está distribuido de manera desigual dentro de la corteza terrestre.

Esta introducción nos zambulle en el tema central de esta nota porque nuestro país forma parte del top 5 en el ranking de los mayores productores del mundo, elaborado por Statista.com, empresa que recopila datos estadísticos sobre más de 80.000 temas procedentes de más de 22.500 fuentes.

Australia lidera con creces en producción minera de litio, con 55.000 toneladas en 2021, según los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos. En segundo lugar, con 26.000 toneladas, se sitúa Chile, cuyo territorio también alberga las más grandes reservas de litio del mundo, estimadas en 9,2 millones de toneladas. La minería china se ubica en tercer lugar, con una producción de 14.000 toneladas, seguida por Argentina, que produjo 6.200 toneladas de litio el año pasado y algunos analistas aseguran que podría superar a Chile.

En declaraciones a medios internacionales, Nadav Rajzman, economista y exdirector nacional de promoción y economía minera del Ministerio de Desarrollo Productivo, con estos proyectos el país estará más cerca de las 100 mil toneladas de capacidad instalada. Aunque aclaró que llegar a producir y exportar ese nivel de capacidad instalada podría tardar hasta dos años.

De hecho, Rajzman afirma que es “totalmente factible” que Argentina supere a Chile en el ranking de los productores de litio del mundo porque “tiene mayor volumen de proyectos”, pero afirma que no será algo inmediato sino que lo proyecta para 2030.

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Datos, para un lado y para otro

Esta bonanza de reservas, de producción y de expectativas no parece verse acompañada por un boom en las exportaciones. De hecho, según información de la secretaría de Minería, durante 2022 las exportaciones de carbonato de litio alcanzaron los 696 millones de dólares, una cifra austera en el marco del complejo exportador minero (el oro, por ejemplo, soportó 2.159 millones de dólares en 2022).

A pesar del magro resultado, lo cierto es que esa cifra registró una suba interanual del 234% pero hay que decir que esa trepada estuvo explicada principalmente por los altos precios del litio en el mercado internacional -según datos del ministerio de Economía, la tonelada de carbonato de litio promedió los 71.189 dólares en 2022- dado que las cantidades crecieron apenas el 5,2%.

Algunos datos que terminan de completar el escenario minero: el litio representó el 6% de las exportaciones del complejo en 2021 y el año pasado esa participación creció un 18%.

En este contexto, la pregunta del millón es: ¿qué pasará con el litio en Argentina en el debate 2023? En este punto, desde el sector se percibe que 2023 será un año de transición. Sólo se espera la expansión de los dos proyectos que hoy producen litio en Argentina: proyecto Fénix en Catamarca y el proyecto Olaroz en Jujuy. Además, entraría en producción el proyecto Cauchari-Olaroz operado por Minera Exar, con la participación de Ganfeng y Lithium Americas.

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