Hidrógeno

Hidrógeno: la apuesta a todos los colores

Matías Catueño, responsable técnico del Consorcio H2ar en Y-TEC, analizó el presente y futuro del hidrógeno en un webinar de FIUBA e YPF.

Esta semana la Secretaría de Energía de la Nación anunció que abrirá el debate en torno a un proyecto de ley sobre el hidrógeno, teniendo en cuenta que se venció el plazo de la antigua normativa para el desarrollo de la tecnología, producción, uso y aplicaciones del H2 como combustible y vector de energía. “Esperamos que a lo largo de este mes, la secretaría que encabezo y otros ministerios del gobierno impulsen proyectos de GNL y de hidrógeno, porque para la generación de H2 Argentina tiene factores y ventajas competitivas únicas en el mundo”, dijo la secretaria Flavia Royón.

Este impulso no sorprende, todas las miradas están puestas en la producción de H2 como combustible de transición. “Para que el hidrógeno comience a ser un vector de transición energética y que empiece a reducir las emisiones y acompañe la lucha contra el cambio climático, vamos a una instancia en la que el hidrógeno gris se irá reemplazando de a poco y va a tomar mayor relevancia el hidrógeno azul, el hidrógeno verde y otras formas de producción”, dijo Matías Catueño, responsable técnico del Consorcio H2ar en Y-TEC, en el marco del seminario “Hidrógeno: oportunidades y desafíos”, organizado por FIUBA e YPF.

“Es necesario incrementar la cantidad de hidrógeno que se consume para reemplazar al gas, al carbón y a otras fuentes que ni siquiera usan al hidrógeno como parte del proceso. Lo que se observa es que la tendencia hacia el verde va a ocurrir en el largo plazo, pero en el medio van a coexistir todas las formas posibles de producción”, aseguró Catueño.

La clave es el transporte

En esta transición el hidrógeno va a estar compitiendo con otros procesos existentes, pero hay que destacar que se observa todo un abanico de posibilidades que se están desarrollando actualmente. ¿Cuáles son esos desarrollos? Según Catueño, “en el transporte cuando más pesado sea el vehículo o mayor carga a mover, más idóneo es el hidrógeno porque el segmento con el que más compite es con las baterías, las cuales ocupan espacio, necesitan tiempo de recarga, pesan mucho y el hidrógeno tiene una buena posibilidad de competir en el corto plazo”.

“En el uso de generación de calor empiezan a discutir un poco más las conveniencias porque pesan temas como la eficiencia energética, con lo cual puede ser más difícil implementarlo. Y también está el tema del hidrógeno como insumo industrial, el único reemplazante para descarbonizar industrias altamente emisoras”, aseguró el especialista, que también es Docente en la Maestría de Gestión de Hidrógeno de la Universidad Austral (UA)

“No nos perdamos en los colores”

“Vamos a tener una transición de un hidrógeno no limpio a uno más verde. Se está proyectando aumentar más de 5 veces el consumo y la producción de hidrógeno, lo cual no es sencillo y requiere inversiones muy importantes”, destacó Catueño a lo largo de una exposición en la que enfatizó la importancia de avanzar en la transición más allá de los colores.

En este sentido, afirmó que “la tendencia será empezar a limpiar lo que ya estamos consumiendo de hidrógeno en forma sucia y comenzar a agregar nuevos usos en la medida en que la tecnología vaya acompañando y los costos se vayan haciendo más accesibles”.

En este punto, las cifras contextualizan dónde estamos parados. “En Latinoamérica se consumen 4 millones de toneladas por año de hidrógeno, esto representa el 5% de la demanda mundial en todos sus usos industriales, que principalmente son: amoníaco, acero, refino y metanol. Nuestro país es el único de la región con capacidad significativa de esas cuatro industrias”, dijo.

“En Argentina estamos consumiendo anualmente 400.000 toneladas al año, de lo cual el 63% va a amoníaco, acero y metanol y parte de las emisiones que se generan en estas industrias son capturadas parcialmente en el propio proceso”, agregó.

En este punto, el analista terminó su disertación compartiendo su visión de los tiempos que vienen: “La proyección es aumentar la fuente de producción de hidrógeno, sumarle procesos de captura, complementarlo con energías renovables y empezar a utilizarlo en distintos sedimentos de nuestras industrias que puedan aplicarse en la región”.

No nos perdamos en los colores, lo único en lo que nos tenemos que detener es en que sea bajo en carbón. No importa la fuente, no importa el color, sólo tiene que ser bajo en carbón”, aseguró.

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